[Análisis] The Red Strings Club
A lo largo de la historia, la humanidad siempre ha buscado la felicidad, la cual se describe como “estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno”. La felicidad total en teoría es una utopía, ya que existen momentos felices (no cabe duda), pero nadie es feliz totalmente, pero ¿y si eso realmente fuera posible?
Ese es precisamente uno de los dilemas que nos propone The Red Strings Club, un título desarrollado por Deconstructeam, un estudio independiente español formado por tan solo tres personas: Jordi de Paco (director creativo); Marina González (directora de arte) y Paula Ruiz (compositora y diseñadora de sonido) y distribuido por Devolver Digital.
En él viviremos una experiencia ciberpunk que nos hablará de la felicidad, pero también de la libertad, del destino y otras muchas capas que componen la construcción humana. Anteriormente ya os hablamos de él cuando asistimos a su presentación, pero hoy entraremos más en detalle analizando todo lo que ofrece este interesante título en Nintendo Switch, la primera versión para una consola (hasta ahora solo estaba disponible en PC, donde fue lanzado el 21 de enero de 2018).
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Argumento
La supuestamente altruista corporación Supercontinent Ltd está a punto de lanzar Bienestar Psíquico Social: un programa que eliminará la depresión, la ira y el miedo de la sociedad. Sin embargo, el barman de un club clandestino y un hacker freelance no consideran esta evolución como una mejora, sino como un lavado de cerebro. Con la ayuda involuntaria de empleados de la propia compañía y un androide empático que va por libre, el dúo hará todo lo posible para derribar este plan.
Jugabilidad
The Red Strings Club es una aventura gráfica cuya jugabilidad está basada en su magnífica narrativa de intriga ciberpunk donde sus principales ingredientes son la psicología del barman, la alfarería de implantes cibernéticos y el espionaje corporativo vocal. Dicho así suena bastante abstracto, pero ahora entraré a detallar a que me refiero con todo esto.
La historia de este título nos propone una historia bastante peculiar, que no por ello menos interesante, situándonos en el centro de una conspiración corporativa en un mundo ciberpunk donde una parte de la sociedad lleva implantes cibernéticos y una corporación llamada Supercontinent Ltd pretende que la población sea feliz suprimiendo emociones negativas como la depresión, la ira y el miedo mediante el lanzamiento de una actualización gratuita llamada Bienestar Psíquico Social, la cual no da opción a que los usuarios puedan decidir.
Aparentemente esto es muy bueno, pero no es oro todo lo que reluce. De hecho los protagonistas de nuestra aventura son un hacker llamado Brandeis y un barman llamado Donovan que dudan del propósito de dicha corporación. Este último es el dueño (y único camarero) de The Red Strings Club, un club que también da título a este videojuego. Ambos personajes se oponen a este actualización y harán todo lo posible (Brandeis realizará el trabajo de campo y Donovan lo hará desde la barra del club) para desentrañar las intenciones de Supercontinent.
Una de las cosas que más me ha gustado de este título es que a lo largo de todo nuestro periplo el juego nos hará pensar y cuestionarnos diferentes temas como si realmente es malo lo que pretende dicha corporación o si realmente estar en contra de ella es lo que deberíamos hacer. Incluso nos enfrentará a nuestra propia hipocresía respecto a determinados temas que parecíamos tener claros.
Básicamente nos encontramos ante una aventura gráfica point & click, que se basa en conversaciones, ya que los diálogos son parte fundamental. De hecho, la historia no avanza a través de la acción, sino que lo hace estrictamente a través de sus diálogos. Pero no solo eso, ya que Donovan también tendrá una habilidad y es que, como buen barman, podrá servir copas y preparar cócteles, mediante la manipulación de la licores, los cuales nos permiten conectar con las emociones de los clientes y cambiar su estado de ánimo (de ahí la psicología del barman que he comentado anteriormente). Esto nos servirá para poder sacar información a los diferentes miembros relacionados con la corporación Supercontinent que se dejan caer por el club (Donovan además de barman es broker de información) y en función de los que busquemos nos interesará que dicho cócteles les hagan tener una emoción u otra (las cuales son llamadas Nodos de Alma y están marcadas por círculos). Básicamente se trata de un minijuego donde deberemos combinar bebidas en un vaso (cada una mueve un círculo en una dirección) y nuestro objetivo será mover dicho círculo hasta la emoción que queremos despertar para que coincidan y añadirle un par de hielos para darle el toque final y que acabe encajando perfectamente en el nodo de alma elegida. Posteriormente se añade la posibilidad de usar una coctelera, con lo que el minijuego se vuelve un poco más complejo, pero nos acostumbraremos enseguida a su manejo (nos permite combinar varias direcciones a la vez). Una vez realizado con éxito, aparecerá la opción de servir y empezará la búsqueda de información. Una mecánica que a pesar de su simplicidad, me ha parecido muy interesante.
Hay que tener en cuenta que una vez tomada una decisión, el título no nos permite echar marcha atrás. Por lo que es importante primero detenerse y pensar con calma cual es nuestro objetivo ya que cada acción tiene su consecuencia y pase lo que pase la historia seguirá su curso. A veces nos dará la opción de elegir varias preguntas, otras deberemos escoger que es lo que es más importante preguntar en base a nuestros objetivos y según nuestras respuestas iremos avanzando por un camino u otro de la historia.
Otro personaje importante a destacar es que Akara-181, una androide que aparece por sorpresa en el club y que se convierte en una especie de relaciones públicas dando la bienvenida a los clientes, además de conversar con nosotros tras la marcha de ellos ofreciéndonos una especie de juego donde nos realizará diez preguntas y deberemos acertar un mínimo de siete para obtener una recompensa. La primera vez, si fallamos, nos permitirá repetirlas tantas veces como queramos hasta poder obtenerla, pero posteriormente si acertamos menos de siete, no habrá marcha atrás y nos quedaremos sin ella. Pero ahí no queda la cosa, ya que Akara tiene otra habilidad muy particular y es que puede crear en un torno de alfarero implantes cibernéticos. Se trata de otro minijuego en el que podemos moldear diferentes implantes que cambiarán las emociones de las personas. Volvemos a encontrarnos con un minijuego muy simple donde nuestro objetivo es moldear biomateria para crear dichos implantes, los cuales deben tener exactamente la misma forma del modelo que escojamos (hay varios para elegir en función de lo que necesiten nuestros cliente). Para ello lo primero será dar velocidad al torno pulsando varias veces un botón y luego ir alternando entre tres herramientas diferentes para darle forma en función de lo que necesitemos. Si nos equivocamos podemos tirar hacia atrás para volver a intentarlo y también podemos cambiar la música mientras trabajamos.
Por otro lado, Brandeis además de tocar el piano y conversar con nosotros en el club, también se encargará de la investigación de campo, es decir, de salir del club para investigar sobre la corporación. Su principal actividad como buen hacker será hackear, pero para ello también necesitará tirar de otro repertorio de habilidades. Entre ellas podr interactuar por teléfono y hacerse pasar por otras personas para obtener más información. A este personaje lo controlaremos de forma breve al final del juego, lo que nos permitirá ver otras localizaciones aparte del club (apenas hay cinco en el juego). Su mecánica se basa en imitar voces de empleados de la corporación (gracias a los implantes de Akara-181) haciéndose pasar por ellos y preguntar a otros empleados para descubrir nuevos datos y usar dicha información a su favor. Por el camino el juego incluso nos permite aprovechar la ocasión para sabotear (si queremos) la corporación.
Finalmente hay que destacar que The Red Strings Club, como la mayoría de juegos de Switch, puede jugarse en modo portátil, modo sobremesa y modo televisor. Además también es compatible con el mando Pro de Nintendo Switch y el servicio de guardado de datos en la nube.
Gráficos y sonido
A nivel gráfico, The Red Strings Club destaca por un estilo retro pixelado muy detallado tanto en sus personajes como en sus localizaciones con una ambientación futurista ciberpunk donde predomina el rojo neón. Un diseño artístico y temática que puede gustar más o menos, pero que le da un toque muy especial.
Por otro lado, su banda sonora es muy buena y consigue que el jugador se sumerja en la trama y casa muy bien con la acción. Los efectos de sonido también están a gran nivel. Finalmente hay que destacar que este título cuenta con los siguientes idiomas: japonés, francés, alemán, portugués, ruso, chino, inglés y español.
Duración
Estamos ante un título que es bastante corto, ya que su duración es de 5-6 horas. Sin embargo, como ya he comentado, no es un título que tenga solo un camino; sino que nuestras decisiones son las que lo van marcando, por lo que estamos ante un título que cuenta con varias ramificaciones y que invita a que el jugador explore otras decisiones para ver diferentes situaciones, por lo que es muy rejugable. No obstante, hay que destacar que el final del juego será siempre el mismo independientemente de las decisiones que tomemos.
Curiosidades
- Deconstructeam es un estudio indie de Valencia que saltó a la fama tras llamar la atención de Devolver Digital con Gods Will Be Watching.
- En The Red Strings Club se tratan multitud de temas tales como el destino, el individualismo del ser, la moral, el poder, la libertad, la felicidad, la hipocresía, el camino de la sociedad, etc.
- Por el club pasarán diversos personajes a lo largo de nuestra aventura y cada uno de ellos destila un carisma y una personalidad que no dejará indiferente a nadie. Sus diálogos nos darán algunos de los momentos más divertidos del juego.
Conclusión
The Red Strings Club destaca por su buena historia, magnífica narrativa, carismáticos personajes, embriagadora ambientación y su simple pero acertada jugabilidad basada en diálogos y minijuegos. Un título que nos invita a reflexionar y rejugarlo para explorar todas sus ramificaciones y ver qué hubiera sucedido de tomar diferentes decisiones.
Estamos sin duda ante un título muy recomendable que cualquier amante de las aventuras gráficas no debería perderse, ya que actualmente pocas veces suelen verse juegos de este género tan bien elaborados y lo más importante: hace pensar y replantearse muchos temas al jugador. Y eso hoy en día, eso me parece todo un logro. En definitiva, un título que no dejará indiferente a nadie y que atrapará al jugador de principio a fin.
The Red Strings Club está disponible desde 14 de marzo en formato digital, a través de la eShop de Nintendo Switch, a un precio de 14,99€. Necesitaréis un espacio libre de 240 MB en vuestra consola o tarjeta microSD para poder descargarlo.