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[Impresiones finales] Super Smash Bros. Ultimate

Parece que va llegando el momento de arreglar el recatado 2018 de Switch con su último bombazo del año, que servirá para endulzar sus Navidades si los turrones y mazapanes no son suficientes. Nintendo se ha guardado para final de año su trabajo más grande, y muy posiblemente, la obra redonda de Masahiro Sakurai: Super Smash Bros. Ultimate.

La compañía nos ha invitado a probar el modo aventura del juego, así como el modo espíritu y el clásico, y ya estamos en disposición de contaros nuestras primeras impresiones de esta versión casi final del juego.

La clave está en el espíritu

La gran novedad de este Súper Smash Bros son, indiscutiblemente, los espíritus, una solución a la imposibilidad de incluir a todos los personajes de videojuegos en Ultimate, añadiendo un poco de todos los mundos a este proyecto de Sakurai.

Para empezar, este modo gira en torno a potenciadores con formas que reconocemos de otros juegos, llamados espíritus, y que podremos equipar de diferentes formas a los luchadores del plantel. Los habrá de dos tipos, primarios y secundarios, teniendo más o menos efecto dependiendo de sus características y niveles. Entorno a los modificadores gira este modo… aunque incluso podríamos extenderlo al juego completo. Los espíritus podrán ser usados incluso en el modo de combates entre amigos, añadiendo handicap particulares y variados a las batallas. Aunque su uso más coherente se lleva a cabo en el modo aventura, El mundo de estrellas perdidas.

Una escena cinemática, generada por ordenador y con todos los personajes de Nintendo cayendo en combate contra Lúmina, sirve como elemento introductor a este particular modo historia. Nace con la idea en mente de solventar un error de concepto que tuvo Super Smash Bros. para Wii U, el de no llevar al jugador por un recorrido de juego que fomente el descubrimiento. La premisa de este Super Smash Bros. es dar un motivo al jugador para ponerse a los mandos durante decenas de horas, y no solamente a los coleccionistas. Tanto la trama de Ultimate como el modo de desbloqueo de contenido, está orientado a que no queramos dejar de jugar a las pocas horas.

En un principio, el juego contará únicamente con los 7 primeros personajes que aparecieron en el título de Super Smash Bros. de Nintendo 64: estos son Mario, Samus, Pikachu, Link, Fox, Kirby y Donkey Kong. A partir de este cohibido comienzo, el jugador empezará a romper barreras desbloqueando personajes de la forma que más le guste, aunque todo está pensado para que se libere a los protagonistas desde el modo aventura. Este modo, en un principio, únicamente se podrá jugar con Kirby, y nos parece una decisión de lo más acertada, no solo por ser la criaturita de Masahiro Sakurai, si no también por ser uno de los personajes más fáciles de manejar, más llamativos y una introducción perfecta a la forma de jugar de Smash.

En el modo aventura no solo se liberarán los espíritus de los luchadores. También será uno de los lugares donde podremos rescatar espíritus de personajes de videojuegos. El otro es el Tablero de Espíritus, donde cada cinco minutos se ofrecerán hasta 10 pruebas para conseguir espíritus de una forma más directa, ofreciendo un combate temático y dando como recompensa el espíritu coleccionable. Con una dificultad variable, nos ha parecido de lo más interesante el concepto de juego que ofrece, no dando al jugador todo lo que tiene de golpe, si no mostrándolo de forma aleatoria y gradual. Queremos hacer mención a que estos combates contra espíritus, aunque no pertenezcan al modo aventura, son igual de creativos y originales. Las luchas contra espíritus están basados en combates temáticos, añadiendo elementos distintivos del espíritu a liberar, y modificando la forma, características y parámetros, tanto de los luchadores como del escenario.

Todos son únicos

No todo estará orientado a los espíritus, aunque nos parece el concepto sobre el que gira Super Smash Bros. Ultimate. También hemos podido probar el tradicional modo Clásico, que también ha sufrido unos retoques desde la última vez que lo vimos, haciéndolo bastante más llamativo.

En primer lugar, los luchadores contra los que se enfrenten los protagonistas no sern aleatorios, si no que estarán previamente programados por el equipo de desarrollo para que tengan una coherencia con respecto a la historia de cada uno, más o menos acertada. Por poner un ejemplo, el jefe final del modo Arcade de Mario será Giga Bowser, siendo su antagonista en casi todos sus juegos.

La selección de dificultad ha sido convenientemente representada por un precioso mural con todos los luchadores del juego, aumentando o disminuyendo respecto a una base impuesta por nosotros mismos, dependiendo de lo bien que combatamos. En este modo también será posible desbloquear a los personajes del plantel, así que los que no quieran liarse con el modo historia e ir al grano, tendrán disponible una forma mucho más tradicional de jugar.

La última batalla

El conjunto total de Ultimate nos ha transmitido muy buenas sensaciones, con una base muy sólida, labrada a lo largo de los años, y que ha conseguido llegar a formar algo increíblemente maduro. En cuanto al contenido del juego, sin haberlo visto por completo, creemos que aunque los combates sufran modificaciones por espíritus, puede terminar dejando la sensación al jugador de que Ultimate es “combate tras combate” y nada más, con un punto más original en fases de bonus, y pequeños puzzles a resolver en el modo aventura.

En cualquier caso, Super Smash Bros Ultimate apunta a ser el mejor juego de Nintendo Switch de 2018, especialmente por la sensación que nos ha transmitido de ir al grano, de tener las ideas y el concepto en el que se basa bien claro, a pesar de ser bastante complejo. Tenéis una cita el 7 de diciembre en el nuevo club de peleas Nintendero, y aquí estaremos para contaros cómo de bien, o de mal, concluye el crossover definitivo de los videojuegos.