Este hombre comparte su emocionante viaje con un enorme cojín de Snorlax que compró cuando estaba borracho
Hemos hablado en muchas ocasiones del espectacular merchandising de Pokémon que está a la venta. Es más que probable que, en muchas ocasiones, al ver algún producto, hayáis estado tentados de gastar vuestros ahorros y haceros con él, a pesar de que el envío no llega hasta vuestro país o que los gastos por hacerlo llegar sean desorbitados.
Ante esta situación, lo normal es que, finalmente, no se compre el producto en cuestión, pero esto no fue lo que le pasó al protagonista de nuestra historia.
Todo comenzó el pasado mes de octubre, momento en el que Callum Underwood, jefe de juegos del servicio de streaming Caffeine, compró un enorme cojín de Snorlax mientras estaba borracho. Esto no hubiese sido ningún problema, más allá del dinero gastado, de no ser porque el vendedor del producto que Underwood había pedido no realizaba envíos a Newcastle, su lugar de residencia. Por este motivo, Callum decidió enviarlo a San Francisco, en Estados Unidos, lugar en el que vive su jefe.
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La solución encontrada, en principio, parecía buena; solo tendría que pedirle a su jefe que le enviase el paquete a Reino Unido. El problema vino después, cuando descubrió que el envío del cojín de San Francisco a Newcastle costaba 1.000$. Fue entonces cuando Underwood puso este tweet:
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1052862512238981120
Por favor, Twitter, ayúdame. Pedí este enorme cojín cuando estaba borracho y se lo mandé a mi amigo en América. El envío aquí, a Reino Unido, cuesta 1.000$. La caja es jodidamente grande y pesa 16,8 libras. ¿Alguna solución creativa para traerlo de San Francisco a Reino Unido?
Aunque Underwood recibió varias propuestas, como vaciar el peluche, enviarlo y volverlo a rellenar cuando llegase a su destino, finalmente las rechazó todas; parecía que la única forma de conseguir su Snorlax sería pagando esa cantidad de dinero.
Casi un mes después, el destino le dio una oportunidad a Callum, pues tuvo que hacer un viaje de trabajo a la Costa Oeste de Estados Unidos, momento que aprovechó para recoger su ansiado cojín. Decidió meterlo en una caja y llevarlo consigo en la bodega del avión, con la esperanza de traerlo de vuelta como si fuese una maleta más.
Fue entonces cuando surgió un nuevo inconveniente: para que los dos héroes de nuestra historia regresasen de San Francisco a su hogar, en Newcastle, tendrían que tomar varios vuelos. Underwood se lo tomó con humor y fue narrando toda su odisea a través de Twitter:
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1063517336383234048
Vuelo número 1, de San Francisco a Atlanta… deseadme suerte con este gran cojín en el avión.
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1063526283714400256
Adiós, mi dulce príncipe. Espero verte en Atlanta.
Tras el segundo vuelo, las cosas empeoraron, pues el personal del aeropuerto decidió investigar a Snorlax por si estaba siendo usado para el contrabando de droga.
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1064295821955469312
¡Oh, Dios mío, Snorlax! ¡Noooo! Podéis ver el cuchillo de la muerte de la TSA a la derecha.
La amable señora de la TSA lo miró detenidamente y admiró su tamaño: «unidad absoluta», dijo mientras intentaba exprimir el aire para volver a empaquetarlo.
Finalmente, por suerte, la historia terminó bien para nuestros dos amigos: