[Análisis] The Legend of Evil
Hay títulos que le van de perlas a Nintendo Switch, tales como Enter the Gungeon o Binding of Isaac nos permiten coger nuestra consola y disfrutar en cualquier parte de una partida más corta y rápida o bien de una más larga y desafiante. El juego que nos ocupa forma parte de ellos, un título que, si bien no llegará a convertirse en un estandarte del género Tower Defense, pero sí que nos ofrecerá una incalculable cantidad de horas si somos forofo de este estilo de juegos. The Legend of Evil nos otorga estrategia, altas dosis de dificultad y horas de juego para aburrirnos.
Tabla de contenidos:
Ser malo mola
La historia principal no es que cuente con una narrativa muy profunda, sin embargo, he de decir que sus diálogos (aunque en inglés) tienen momentos realmente cómicos y disfrutables. Estamos en una tierra donde, cada 10.000 años, el bien y el mal deberán de enfrentarse en una batalla de proporciones “épicas”. Pues bien, es posible que a muchos de vosotros os suene mucho el cliché a lo “The Legend of Zelda”, no obstante, la diferencia fundamental está en que encarnamos a los villanos por una vez, los cuales buscan alzarse victoriosos en las cruentas batallas que nos esperan.
Y decimos cruentas por un motivo, vamos a caer más de una vez y, aunque nuestro ejército de muchísimo terror, los humanos parecen estar un tanto “dopados” porque sus oleadas son absolutamente abrumadoras ante nuestros monstruosos esbirros, pero eso lo comentaremos más adelante. No obstante, la sensación de progresión está muy bien lograda, ganando esbirros nuevos y poderosos para no dejar a nadie con vida. Es una historia sencilla, clásica podríamos decir, pero
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¡Acabemos con los humanos!
Durante las batallas, deberemos proteger nuestro obelisco, que viene a actuar como base, fácilmente destruible todo sea de paso, y acabar con la base enemiga que está al final del recorrido. Para tal menester requeriremos crear nuestras propias bases gastando almas y atacarles con una amalgama de criaturas del inframundo de lo más variopinta y colorida, las cuales iremos desbloqueando a medida que avancemos en la historia. Sin embargo, escoger bien a qué monstruo invocamos o cuál no es vital, debido a que cada uno de ellos posee unas estadísticas determinadas: unos son más lentos, pero letales; mientras que otros son muy rápidos, pero tremendamente débiles a los ataques enemigos. Caeremos muchísimas veces, incluso en los primeros compases, porque escoger bien la estrategia a veces no está del todo claro, siendo un problema del que salimos a través del ensayo y error…demasiado ensayo y error, todo sea dicho de paso.
En otro orden de cosas, ciertas bases no nos servirán para invocar a esbirros, sino que nos otorgarán otras mejoras, tales como reducir la velocidad a la que nuestras criaturas van surgiendo o reducir la velocidad de los enemigos, etc. La verdad es que la acción resulta muy entretenida, principalmente porque es rápida, sencilla y al ser niveles de una duración muy corta no nos sentiremos demasiado frustrados por repetir si sucumbimos en ellos. Es cierto que la alta dificultad puede llegar a suponer un lastre demasiado grande para aquellos que no sean demasiado fans de los tower defense, pero será algo a lo que llegaréis a adaptaros con el paso de los minutos y las horas. Como ya hemos mencionado, es cierto que hay demasiado ensayo y error en el juego, aunque se le perdona por ser divertido.
Infinitas horas de diversión
Si bien en el modo historia podremos llegar a las 12-14 horas para completarlo con todas las medallas de todos los niveles, en lo que realmente podremos estar toda una vida disfrutando es en el modo procedural del juego. Efectivamente, este título posee un modo denominado “Rogue Conquest” donde cada partida es completamente aleatoria y nos tocará adaptarnos lo mejor posible para conseguir salir victoriosos. Si el modo historia era complejo, este modo se hace aún más, no obstante, no caemos tanto en el ensayo y error, algo un poco extraño, sino que una buena estrategia nos puede sacar de un buen apuro. Sin lugar a duda, estamos ante lo mejor del título, pudiendo personalizar incluso el demonio que queremos encarnar, haciéndose muy divertido y, obviamente, realmente satisfactorio salir victorioso de una escaramuza que, en un principio, podríamos llegar a pensar que estaba perdida. La gestión de nuestras unidades, de nuestras almas y cómo las invertimos para atacar o defender será crucial.
Un magnífico pixel art
El estilo pixel art está muy de moda en estos días, sin embargo, The Legend of Evil es uno de los títulos que mejor evocan este estilo artístico, siendo realmente vistoso en todos y cada uno de los monstruos que podremos invocar. No obstante, hay un problema muy grave, la repetición. La agradable belleza que desborda el juego se antoja un tanto efímera cuando, al cabo de las pocas horas, vemos que se repite demasiado, tanto en entornos como en personajes, lo que crea un poco de hastío al jugador. Es verdad que el ir desbloqueando personajes hace que cada uno de ellos se sienta especial, pero, finalmente, cae en la repetición de parajes y enemigos de forma inevitable.
Otro punto muy negativo es el apartado sonoro. Si decíamos que podría llegar a ser repetitivo lo visual, la banda sonora es aún peor. Hay pocas melodías y eso hace que, a poco que nuestra partida se nos haga un poco más larga de lo normal, acabaremos cansados de escuchar el mismo soniquete una y otra vez.
Conclusiones
The Legend of Evil es un tower defense para partidas cortas que le sienta de perlas a Nintendo Switch. Su duración es elevada, tanto por su modo campaña, como por el modo Rogue Conquest, lo que hará que tengamos juego para una ingente cantidad de horas, prácticamente ilimitadas. No obstante, es posible que caiga en la repetitividad en lo jugable a poco que nuestra partida dure más de lo esperado. Su estilo pixel art está muy bien cuidado, pero resulta un tanto repetitivo, como su banda sonora, lo que no le permite destacar frente a la competencia.
The Legend of Evil está disponible en formato digital desde la eShop a un precio de 6,99€ y ocupa un espacio de 713 MB.