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[Análisis] Pokémon: Let’s Go, Pikachu!

[Análisis] Pokémon: Let’s Go, Pikachu!

Si hace algunos años, nos hubieran dicho que íbamos a revisitar Kanto de esta forma, no lo habríamos creído. The Pokémon Company, junto a Nintendo, ha decidido tomar un camino alternativo para llenar nuestras Switch de Pokémon, de una manera más sencilla para ellos y atractiva para los más pequeños, aprovechando, de paso, el éxito logrado con Pokémon GO para teléfonos inteligentes.

Pikachu y Eevee tienen lista su primera aventura en la consola híbrida, tan solo en su segundo año de vida, y con un objetivo muy claro: ganarse al público infantil y al de Pokémon GO de un solo lanzamiento.

Érase una vez, en Pueblo Paleta…

Nunca pensamos que Game Freak cambiaría su camino, el que se ha labrado tras más de veinte años y el lanzamiento de Pokémon Rojo, Azul y Amarillo para GameBoy. Pero los tiempos cambian y las necesidades, tanto de las empresas como de los jugadores, han evolucionado, igual que sus criaturas.

Esto ha resultado en la disociación del juego principal de la serie Pokémon en dos ramas, con la premisa de abarcar el mayor público posible, y ofrecer experiencias que se adapten a todos. Hoy hablamos de la primera de ellas, la que se enfoca en el público juvenil y los jugadores noveles, Pokémon Let’s Go.


Este juego nace debido al enorme éxito de Pokémon GO para teléfonos inteligentes, que tuvo un importante descenso en actividad tras su lanzamiento, pero ha sabido recuperarse hasta convertirse en uno de los juegos para móviles que más dinero reportan en la actualidad.

Muchos se quejaron, tras el lanzamiento de Pokémon GO, de que el software estaba incompleto y que no tenía ninguna historia que seguir, si no que se basaba, simplemente, en capturar y entrenar monstruos de bolsillo. Pero esto es algo que The Pokémon Company sabía desde el principio, y aquí comenzó a fraguarse Pokémon Let’s Go, que promete rellenar ese hueco y convertir Pokémon GO en algo más.

Las dos versiones del juego nos trasladan, una vez más, a la región de Kanto, la primera que pudimos ver a lo largo de su historia. Somos un entrenador Pokémon que acaba de mudarse a Pueblo Paleta y, para empezar, el Profesor Oak nos dará nuestro primer Pokémon. Dependiendo de la edición que hayamos elegido, nos acompañará Pikachu o Eevee.

Aquí comienza esta aventura, con una historia que ya conocíamos y que tiene pocas sorpresas, pero que nos ha encantado revivir de una forma diferente. Para los jugadores que no la conocieron en Pokémon Rojo, Azul o Amarillo, decirles que será mejor que no esperen una narrativa muy compleja; el juego está orientado a disfrutar la experiencia, y aunque se nos cuente la historia de dos Pokémon legendarios de una forma enigmática y que nos genera interés, no es suficiente como para englobar el juego completo.

En lugar de eso, se compone de pequeñas historias que ocurren mientras avanzamos, que hacen que el jugador mantenga el interés, que explore el mundo que le rodea, y que haga de Kanto un lugar más familiar.

Pokémon como nunca antes

Hemos pasado de ver Pokémon en dos dimensiones, a un discreto 3D en Nintendo 3DS, ajustándose a la potencia de la consola y teniendo que eliminar el efecto estereoscópico para que no existan problema de rendimiento.

Pero Nintendo Switch es otro mundo. Ahora no solo tenemos un salto a nivel técnico importante, y una reducción de requisitos al eliminar completamente el efecto 3D estereoscópico, si no que “sobra potencia” por decirlo de alguna forma.

Esto se debe a que Game Freak no ha sido nada ambiciosa innovando en el apartado gráfico o artístico en la serie, pudiendo tratarse del mismo motor utilizado en Nintendo 3DS, reescalado a la alta definición y optimizado para la misma, con nuevos efectos de iluminación, texturas más detalladas, mejores modelados y, en general, una mejor experiencia visual. Pero no consideramos esto un buen trabajo, exactamente.

Limitarse a llevar a la alta definición lo visto en, por ejemplo, Pokémon X e Y, nos ha dejado una sensación irregular, aunque sirve para que conserve cierto toque retro que una reimaginación de Pokémon Amarillo necesita.

Kanto sigue exactamente igual que siempre, igual que como pudimos encontrarlo en los juegos originales de GameBoy, con un diseño de mapa estupendo, que se ha convertido en algo muy reconocible para los fans. A pesar de tratarse de un gran mundo, con cuevas y edificios como principales lugares interiores, cada lugar es reconocible, tiene algo que los hace especiales, y haber mantenido esto desde los juegos de GameBoy hasta la llegada de Let’s Go a Switch es fantástico.

El diseño estilo cabezón de los personajes puede no gustar a todos los jugadores, especialmente después de la llegada de Sol y Luna y su cambio hacia una estética más similar a la serie de animación, que tan bien fue recibido en su momento. Let’s Go ha supuesto un pequeño paso atrás en cuanto al diseño artístico, volviendo a los colores más saturados, una estética más infantil y deformada, aunque los Pokémon lucen mejor que nunca con los modelados similares a los de Pokémon GO.

Este estilo artístico ha permitido elevar la resolución del juego hasta los 1080 píxeles de alto, y mantener un framerate bastante estable, especialmente en modo televisor. Hemos visto como el rendimiento se resiente un poco más en modo portátil, con tirones recurrentes a la hora de aparecer muchos efectos en pantallas, como cuando un Pokémon sube de nivel.

Los personajes tampoco tienen una animación compleja ni natural, y no sabemos si se ha hecho adrede para dar esa sensación de juego retro en la actualidad, o ha sido falta de ganas por parte de Game Freak de cuidar estos pequeños detalles. Al fin y al cabo, gran parte del público que adquirirá el título obviará estos defectos.

Lo qué nos ha encantado, y también ha resultado una bofetada de nostalgia, ha sido la banda sonora remasterizada de la primera entrega. Cada canción, y cada efecto de sonido, ha sido rehecho con mucho cariño y mimo para traernos versiones de canciones clásicas con su aspecto hasta ahora.

A pesar de que el chip de sonido de GameBoy era lo que era, y no daba para mucho más, las canciones de sus juegos de Pokémon han marcado a muchos jugadores, a compositores de todas las regiones, e incluso a sus mismos creadores.

Al final y para el jugador, da como resultado una lista de composiciones alegres, increíblemente cuidadas, con sorpresas como la música que suena en Pueblo Lavanda, y las voces originales del anime de Pikachu y Eevee nos dejan más ganas que nunca de escuchar las del resto de Pokémon, en lugar de los clásicos gritos.

Poké Ball en mano

Y seguimos con cambios radicales, aunque seguimos jugando a un RPG por turnos.

Ahora, el juego que siempre se ha basado en capturar y entrenar monstruos consiste, más que nunca, en capturar y entrenar monstruos. Tomando elementos de Pokémon GO de aquí y allí, el juego gira entorno a lanzar una Poké Ball para intentar atraparlos, simplificando el proceso de captura de la saga hasta el momento, tanto para bien como para mal.

Ya no podremos luchar contra Pokémon salvajes (salvo excepciones), limitando su uso, únicamente, a los combates con otros entrenadores NPC que se encuentren por Kanto. Al principio nos ha dejado la sensación de que falta algo, de que la forma de captura es demasiado simple, incluso para la jugabilidad que ya conocemos de Pokémon GO, donde podemos darle efecto a la bola con giro. A pesar de esto, se fomenta la captura con un mecanismo que premia el encadenar Pokémon de la misma especie, apareciendo cada vez con mejores estadísticas.

En Let’s Go tenemos dos formas muy diferentes de jugar, dependiendo si es en televisor o portátil. En el primer caso, se utilizará el sensor por movimiento de los Joy-Con para lanzar imitar el lanzar la Poké Ball a la televisión, con un funcionamiento correcto, pero poco preciso. En cambio, en modo portátil, el sensor por movimiento moverá la cámara, y lanzaremos la Poké Ball pulsando el botón A al centro de la pantalla. Se trata de un sistema de apuntado, similar al minijuego de fotografía de Pokémon Sol y Luna, que resulta ser mucho más preciso que en modo televisor.

Esta diferencia tan grande en jugabilidad, hace que se disfruten más los combates en modo televisor, pero sea más productiva la captura en modo portátil. A pesar de esto, nos ha gustado más el juego en la palma de la mano.

Como RPG, la complejidad es irregular, con caramelos para potenciar las características de los Pokémon, PC que reflejan su poder y naturalezas que los diferenciarán unos de otros. Esto, junto con la posibilidad de encontrar criaturas de diferente color, llamadas variocolor, y que aparecerán aleatoriamente de forma excepcional, hacen que siempre tengamos una sensación de novedad al jugar.

Esta variedad, a pesar de estar incluidos los 151 primeros Pokémon (además de Meltan y Melmetal), hacen que siempre sientas la incógnita de que podrás encontrar algo nuevo al volver a jugar, o al capturar Pokémon salvajes.

Por otro lado, y aunque sigamos en todo momento una línea argumental sencilla que nos empuja a desafiar y ganar a todos los líderes de gimnasio de la región, se tiene en mente el mismo objetivo que en Pokémon GO: conseguirlos a todos.

No es un juego difícil, y es totalmente comprensible dado el público al que va dirigido, pero aun así sigue resultando divertido, y completar la historia principal nos llevará entre 15 y 20 horas de juego.

Todos pueden hacerse con todos

Y con Pokémon Let’s Go llega un peculiar mando con forma de Poké Ball, la Poké Ball Plus. Este dispositivo tiene múltiples funciones, aunque su principal uso es hacer de mando de juego. Incluye luces, vibración, botones y sensores de movimiento, para imitar el lanzamiento de la Poké Ball a la hora de capturarlos.

Al ser más preciso el lanzamiento en modo portátil, la Poké Ball Plus no resulta especialmente útil a la hora de jugar a Let’s Go, si no más bien, es una comodidad extra a la hora de jugar, y es que este extraño mando de Nintendo Switch está hecho exclusivamente para Go y Let’s Go.

También puede utilizarse para llevar a nuestros Pokémon de paseo, y si la conectamos al juego para móviles, girará las Poképaradas de forma automática, o nos permitirá capturar Pokémon pulsando su botón superior. En este sentido, se parece bastante al accesorio Pokémon GO Plus que fue lanzado hace un par de años.

El peso, el tacto y la forma en la que está construida la Poké Ball Plus, nos ha sorprendido de forma positiva. Es un dispositivo que se adapta perfectamente a nuestra mano, muy fácil de utilizar y agradable de tocar. Además, y al incluir un sistema de vibración similar al de los Joy-Con de Switch, podremos notar cómo los Pokémon se mueven en su interior.

El juego también incluye opciones multijugador, tanto local como online, para intercambiar Pokémon y realizar combates con otros entrenadores. Pero también podremos compartir la experiencia con otro jugador en la misma pantalla y en modo local.

En cualquier momento, un amigo puede unirse a la partida, tener su propio Pokémon del mismo equipo y colaborar con el jugador principal, atrapando Pokémon en compañía y convirtiendo la captura en un divertido minijuego de sincronización.

Es una característica que vemos que puede ser disfrutable por una gran cantidad de gente, debido a su accesibilidad y sencillez, tan fácil como lo fue jugar a Pokémon GO en su lanzamiento. El problema de esto es que el juego sigue siendo como siempre, y reduce la dificultad hasta niveles insospechados.

Si Pokémon Let’s Go no resulta un gran desafío en solitario, con un entrenador de apoyo lo es aún menos. Para bien y para mal.

El nuevo contenido del juego respecto a los títulos originales se limita a la aparición de Meltan y Melmetal como nuevas incorporaciones de la Pokédex, además de un contenido tras completar la historia principal interesante y original, que Nintendo mostró en el pasado.

La agradable odisea por Kanto

Pokémon Let’s Go es la vuelta a Kanto más dulce y enternecedora que podíamos esperar. No se ha tratado de llevar la saga Pokémon a un nuevo nivel, si no que se ha limitado a atraer a público que, o bien perdió el contacto con la serie y se reenganchó con Pokémon GO, o se adentren por primera vez en Pokémon de una forma diferente y más accesible.

Los jugadores veteranos no encontrarán aquí un desafío ni un reto, pero si un homenaje al comienzo de sus aventuras y un agradable regreso a Kanto, que para los jugadores exigentes podía haber sido mucho más, pero que ha preferido quedarse en una oda a Pokémon en GameBoy, reimaginado con la originalidad de Pokémon GO.

8.0

[Análisis] Pokémon: Let’s Go, Pikachu!

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Un apartado gráfico muy bonito, quizá demasiado simple, pero agradable.
  • La banda sonora, rehecha de cero tomando como base las piezas originales.
  • El cuidado que se ha tenido llevando Kanto a la alta definición.
  • Las animaciones de los Pokémon, especialmente de Pikachu y Eevee.
  • Increíblemente accesible para todo el público.
Flojea en:
  • Algunas animaciones algo toscas en ocasiones.
  • A la Poké Ball Plus le faltan algunos botones; interfaz poco adaptada al accesorio.
  • No supone ningún reto para los jugadores veteranos.