[Análisis] Transistor

Análisis Análisis Switch

[Análisis] Transistor

Un cambio de aires

Supergiant Games, el estudio encargado de dar vida al reconocido Bastion allá por el 2011; se pusieron manos a la obra con nuevo proyecto. Tras más de tres años de desarrollo y unos cuantos de espera para la versión para Switch, por fin nos llega Transistor. Un juego RPG que combina con soltura el frenesí de los combates a tiempo real y la estrategia de los combates por turnos. La pregunta que no viene al caso es, ¿llegará Pyre a Switch?

La ciudad de Cloudbank

Una futurista ciudad llena de neones donde todo es modificable, el clima, los edificios… Es a los pies de uno de estos, donde comienza nuestra a priori confusa aventura. Controlaremos a Red, una cantante a la cual le han robado la voz y querrá descubrir que ha pasado. Una inquietud que compartiremos con ella pues entender la trama es algo que nos va a llevar más de 5 minutos.  Por suerte, nada más empezar nos hacemos con una espada tecnológica llamada Transistor con una masculina voz que hablará a nuestra protagonista y nos irá desmenuzando la historia poco a poco. Cuanto más avanzas, más consigue el guion que empaticemos con esa extraña pareja que no se pueden comunicar entre ellos directamente; la vocalista sin voz en busca de explicaciones, y la voz si cuerpo atrapada en el arma.

Abriéndose paso

Con el objetivo en mente, los protagonistas como uno solo a través de una ciudad que está siendo atacada in crescendo por unas extrañas criaturas robóticas. Para derrotarlas, puesto que impiden deliberadamente nuestro avance, contamos con la Transistor y una gran cantidad de modificadores que extraeremos de cierta gente de la ciudad. Cada modificador, puede cumplir hasta 3 funciones dependiendo dónde lo coloquemos. Puede ser un ataque per sé, un añadido para otra habilidad o que de un atributo pasivo. Siempre y cuando teniendo en cuenta que cada una consume cierta energía y no podrás equiparte todo, mucho menos al principio. Teniendo en cuenta que hay 16 modificaciones y que se pueden combinar entre ellas, el juego nos ofrece una muy amplia variedad de combate en la cual podremos innovar o encontrar una que se adapte más a nosotros.  No puedo acabar este apartado sin mencionar la curiosa dualidad del combate. Por un lado tenemos la acción a tiempo real donde deberemos esquivar y golpear con precisión para sobrevivir (la salud se recupera por completo al final de cada pelea) o se puede activar un modo “por turnos”. En este modo, se detiene el tiempo y aparece una barra que se irá llenando según se vaya eligiendo acciones (algunas llenan más barra que otras). Una vez seguro, puedes ejecutarlas de inmediato sin que ningún enemigo se active hasta que finalices. Sin embargo, y de ahí el concepto “por turnos”, sufrirás un cooldown en el que no podrás hacer más que moverte. Una combinación peculiar y bien llevada que casa a la perfección con la estética del juego. La penalización por perder toda tu salud, suele ser que se desactiva una de tus modificaciones (la puedes reactivar tras pasar por uno o dos checkpoints). Si sigues perdiendo vida, perderás ataques hasta que no te quede ninguno y tengas que reiniciar la fase.

Arte y música

La puesta en escena es realmente cautivadora a pesar de que quiera mantener una distancia con el espectador. Es fácil disfrutar de los pequeños detalles que dan vida a una ciudad llena de máquinas sociales, pedidos a domicilio, y vistas preciosas. Aunque lo mejor de todo, incluso que su historia, es la banda sonora. Una maravilla que te lleva de la mano al interior de la narrativa, pues es la música la encargada de llevar a otro nivel el apartado sonoro de Transistor. No solo la OST es la responsable de tan importante aspecto, también el cómo está implementada la voz en off de la espada. No quiero decir spoiler, pero fue una sorpresa agradable en más de una ocasión.

 

 Mis conclusiones

Lo feo: Una cantidad justa de enemigos que choca directamente con la gran variedad de modificadores que puede tener Red. Es por ello que puede llegar a hacerse repetitivo algunos combates. La ciudad está muy vacía a pesar de la información que nos llega por los terminales, hubiera estado bien poder ver a esa gente en apuros aunque fuese de lejos, eso haría que nos implicásemos aún más en la trama. Algunos detalles de la animación se pierden en el modo portátil  y es mejor jugarlo en modo TV.

Lo raro: Los obstáculos/coberturas de cada batalla se generan justo antes de entrar en una. Eso hace que no podamos decidir por dónde iniciar la gresca, pero también ayuda a que la experiencia sea más fluida. El propio estudio es consciente que la durabilidad de la historia principal no es demasiado larga, por ello habilitaron un modo “partida nueva +” donde poder seguir rejugando desde el comienzo, pero con lo que ya tuvieras desbloqueado. Esta vez con los enemigos difíciles desde el principio, esto alarga artificialmente la vida del juego.

Lo bueno: Es un título precioso lo mires por donde lo mires. Desde la historia de los dos protagonistas hasta el sistema de combates pasando por uno de sus aspectos más importantes, una sublime banda sonora. Tanto si decides combatir como quedarte quieto un rato para saborear la situación, Transistor es una pequeña joya.

Tenéis disponible el juego en la eShop de Nintendo Switch por 16,80€. El tamaño de su descarga es de 3236 MB

8.3

[Análisis] Transistor

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Un buen mapeado de botones.
  • Buena evolución de los personajes.
  • Una buena historia.
  • Arte.
Flojea en:
  • Durabilidad.
  • Cantidad justa de enemigos.


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