[Análisis] Mini Metro

Zen. Aunque esta palabra se refieririese en un primer lugar a una escuela budista centrada en la meditación, su uso occidental se ha derivado de tal manera que actualmente podría definirse como un concepto centrado alrededor de la relajación y la calma sosegada interior. Este concepto normalmente no suele aparecer mucho en las descripciones de videojuegos, lo cual es entendible.

Como jugadores, buscamos vivir las experiencias más increíbles y fuera de nuestra capacidad humana. Queremos ser héroes de película, vivir una aventura sin igual, convertirnos en los campeones del mundo. Esto no quiere decir que los videojuegos no sean capaces de crear estas sensaciones. Igual que nuestra industria es capaz de crear productos con la intención de aterrar profundamente a sus consumidores, tampoco es extraño pensar en un juego que tiene como propósito el conseguir relajar a aquella persona que lo juegue. Un ejemplo de este tipo de juego es Mini Metro.

¡Pasajeros al tren!

Mini Metro originalmente fue un videojuego que salió para móviles desarrollado por Dinosaur Polo Studios. Este título se basa en la creación constante de líneas de metro en distintas ciudades del mundo. Líneas que debemos gestionar con tino para que no se nos acumulen muchos pasajeros en una misma estación durante demasiado tiempo, hecho que provoca un Game Over.

En Mini Metro, las distintas estaciones se dividen inicialmente en círculos, triángulos y cuadrados. Los pasajeros querrán ir a una de estas estaciones, independientemente de su posición en el mapa. Es decir, no les importa llegar a una estación triangular del norte o del sur. Tienes que construir líneas que sea eficientes y consigan transportar fácilmente a todos los pasajeros rápidamente. Al finalizar cada semana recibirás no sólo una nueva locomotora para colocar en una de las líneas que dispones, sino también un bonus que puede variar desde una nueva línea de tren, un vagón extra o incluso túneles, todo a tu elección.

Estos túneles sirven para que las vías puedan cruzar los diferentes ríos de las ciudades. Es decir, que tienes recursos limitados para poder atravesarlos eficientemente. Debido a esto, es posible que tengas que tomar compromisos y reestructurar algunas de tus líneas para poder conseguir alcanzar algunas estaciones situadas lejos, tras un río, mientras no tienes túneles libres por colocar en tu posesión.

Y esto es todo lo que se debe saber a la hora de jugar a Mini Metro. Aparte de un pequeño tutorial visual al principio de una partida, si no haces nada de nada, no se te comenta nada más a tener en cuenta. Yo personalmente con el tiempo he desarrollado ciertas estrategias y he conseguido entender poco a poco algunos aspectos importantes a tener en cuenta (como que es probable que las estaciones cuadradas sean muy poco frecuentes). Pero cualquier persona puede entrar rápidamente, entender el propósito del juego y conseguir una buena puntuación.

Lo importante es el viaje

Mini Metro es un juego que me ha hecho olvidarme del tiempo que le podía estar dedicando. Partidas de diez minutos me parecía que habían tomado media hora. Y digo esto último en el mejor de los sentidos posibles. Este título te engancha y te hace aprender poco a poco nuevas estrategias, te obliga a estar atento a todas las líneas que has creado y te incita a intentar crear una buena conexión fluida entre todas ellas.

Aún a pesar de ello, este es un juego en el que nunca ganas, sólo llegas un poco más lejos cada vez que juegas. Cada ciudadano transportado cuenta como un punto y tras una cantidad de puntos específica, normalmente en torno a los 500, puedes conseguir desbloquear nuevas ciudades con distribuciones diferentes de ríos alrededor de los cuales crear toda una red de transportes. Eso sí, claro está, todas las partidas empiezan con una posición de estaciones completamente aleatoria, para crear así una experiencia diferente cada vez que decides jugar.

Cuando pierdas en una partida, siempre tienes la oportunidad de seguir con esa estructura que has llegado a construir en un modo infinito. Este modo tiene como principal propósito el crear un ambiente en el que el jugador se preocupa menos de las acciones que toma y simplemente se queda mirando a los trenes aparte de formar la red de transporte “definitiva” en un entorno menos peligroso, puesto que el volumen de masas a llevar en este modo es menor al del modo de juego normal.

Travesía accidentada

Habiendo alabado con fervor el gameplay de Mini Metro, ¿hay algo que realmente no me llegue a gustar de este título? Sí, creo que el control no se adapta completamente bien a la consola nintendera. Como se ha dicho antes, estamos ante un juego que originalmente se estrenó en moviles. Es por ello por lo que para poder construir líneas en este título, se usa la pantalla táctil en casi todo momento.

Aunque la mayoría del tiempo, este sea un sistema de control que consigue responder correctamente ante las indicaciones del dedo de los jugadores, no se puede negar que en ocasiones resulta difícil mover las líneas con precisión cuando por una única estación pueden pasar un gran número de trenes al mismo tiempo.

Pero en caso de que no tengas la pantalla táctil a mano, como cuando la consola está conectada a la televisión, entonces nos encontramos con un esquema de control más tradicional que usa botones y la cruceta… Pero resulta ser más lioso y más complicado. Es difícil adaptar algo completamente táctil a unos controles totalmente análogos. Mini Metro es un ejemplo de la anterior afirmación, sufriendo por el hecho de tener que limitar múltiples comandos a unos pocos botones. Carece de uno de los mejores aspectos del esquema táctil, lo intuitivo que puede llegar a ser.

Fuera de este problema, es posible que Mini Metro resulte ser un juego con poca sustancia para algunos jugadores. No cuenta con modo historia o modo multijugador y todo su gameplay se basa únicamente en tu interés por conseguir puntos y mejorar o el simple hecho de echar una partida. Quizás no resulte ser un juego adecuado para aquellos jugadores que busquen un título más completo, más propio de una consola tal como la Nintendo Switch.

El arte de la planificación

Aun así, no por ello debemos menospreciar los logros de este título, tales como su excelente presentación minimalista. Mini Metro simplemente busca asemejarse todo lo posible a los mapas de metro de cada una de las ciudades que llega a incorporar. Por tanto, la mayoría del tiempo nos vemos frente a versiones blanquecinas de cada ciudad, atravesadas por líneas de colores que llegan a transmitir información fácilmente y con extrema claridad. Es un estilo visual simple que llega a complementarse muy bien con la temática de este título, aparte de ser eficiente y muy, muy agradable de ver.

Por el otro lado, la banda sonora resulta ser muy particular pues no está formada por ninguna pieza en específico, pues la música en realidad está formada únicamente por todos los efectos de sonido del juego. Estos efectos de sonido, activados principalmente cuando un pasajero sube a un vagón para viajar, son suaves y nunca llegan a ser estridentes, formando poco a poco un ambiente relajado que al mismo tiempo, te inmersa dentro de la “acción” de este juego.

Mini Metro es un juego bastante especial que consigue hacer muy bien muchas de las cosas que se propone y que llego a recomendar sin ningún problema a aquellas personas interesadas. Dicho todo esto no sabría decir si recomiendo más comprar la versión original para móviles, el sistema para el que este juego se pensó en primer lugar o la versión de este juego de estrategia para Nintendo Switch.

En cualquier caso, a un nivel base, diría que estamos ante un excelente trabajo por parte de los desarrolladores en crear un título de carácter arcade que mezcla al mismo tiempo una jugabilidad excelente y una presentación minimalista que acompaña a la perfección este título. Lo único que me hubiese gustado ver dentro de este juego y que no he podido encontrar por ningún lado es la posibilidad de construir el metro de Madrid. Pero esto no me impide alabar las muchas bondades de este peculiar juego.