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[Análisis] The Mooseman

[Análisis] The Mooseman

Desde la pequeña desarrolladora rusa Morteshka llega a Nintendo Switch el título de The Mooseman, una aventura en 2D que se inspira en la mitología de la propia región del estudio y en sus pobladores ancestrales, los Komi.

En este plataformas, que cuenta con varios puzles, deberás acompañar a un chamán errante capaz de ver las bestias que habitan en los distintos paisajes del juego. Te encontrarás con una gran cantidad de animales y criaturas que podrán entorpecer o ayudarte en la caminata por las tres capas del universo.

Acompáñame junto a The Mooseman para comprobar si este espiritual recorrido ha valido la pena.

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El viaje a través de las tres capas del universo

Con una narrativa potente que intenta atrapar al jugador desde el primer instante, nos sumerge en el comienzo de la gran aventura que está por venir e invita a escuchar y aprender de todas las historias que tiene que contar.

Tras estas primeras palabras, nos encontramos en un basto bosque en el que deberemos comenzar a explorar para dar comienzo a nuestra trayectoria. A partir de aquí, nos depararan diversos puzles y criaturas que darán color a la experiencia de juego.

El recorrido de nuestro chamán, The Mooseman, se dividirá en tres mundos que formarán parte de un universo creado a partir de una cáscara de huevo por un dios llamado Yen. El Mundo Inferior es un océano infinito por donde vagan las almas de los fallecidos. El Mundo Medio es el lugar habitado por los hombres. Por último, el Mundo Superior es el lugar que habitaban los antiguos dioses.

Las intervenciones del narrador solo aparecen en los momentos cruciales entre las transiciones de una capa a otra, por lo que estaremos en lugares inhóspitos donde no se ofrece ni una pista, cinemática o diálogo que nos ayude a ingeniárnosla para seguir adelante. Junto al paisaje, sus elementos y nuestra capacidad deberemos de ser capaces de volver a restaurar la luz perdida del Sol.

Lo oculto a los ojos de los mortales

The Mooseman se guarda un as bajo la manga para poder vagar por estas tenebrosas tierras que nos permitirá ver entre el mundo real y el mundo de los espíritus. Una pequeña calavera blanca de animal nos servirá a modo de máscara para observar de una perspectiva totalmente diferente todo lo que nos rodea, viendo así todos los espíritus y monstruos que habitan en el mundo espiritual.

Este poder nos ayudará a encontrar respuestas a los acertijos que se nos plantean a lo largo del juego, participar en batallas contra jefes finales, así como encontrar algunos secretos bien guardados como coleccionables. Es un sistema que funciona bien, aunque en secuencias más frenéticas la transición entre ambos mundos puede ser un poco lenta.

Con el paso entre capas, el número de criaturas cada vez será mayor y sus ataques más complejos, por lo que se incorpora la habilidad de usar una porción de luz solar que nos servirá como escudo.

Los otros grandes elementos de juego implican una gran cantidad de destreza, donde tendrás que pasar sigilosamente sin ser detectado por una serpiente marina gigante o incluso usar animales como cebos para poder esquivar otras criaturas. A pesar de esto, el elemento de los rompecabezas es bastante simple y las batallas contra los jefes son bastante fáciles de librar una vez aprendidos los patrones de estos.

Una atmósfera y sonido envolventes

Gráficamente, The Mooseman es una pintura rupestre que cobra vida con una animación intencionalmente áspera y con un juego de perspectivas brillante para crear profundidad.  El arte es uno de los puntos fuertes de este título y nos regala momentos y paisajes de gran belleza.

Inicialmente, este título parece tener una influencia predominante de Limbo, aunque el estilo monocromático de los niveles de juego se expande con una paleta vívida de colores a medida que avanzas. A pesar de ello, muchos juegos independientes nos han sorprendido también con el apartado gráfico, por ello, The Mooseman es un juego efectivo, pero no espectacular.

También, hay que destacar el apartado sonoro que sobresale notablemente. La música con influencias folclóricas hace que nos adentremos más en el juego y realce más la propia experiencia del jugador.

Un breve recorrido

Tras finalizar el juego, The Mooseman vagará entre esos mundos otra vez tras llegar al Mundo Superior. A pesar de que queramos continuar junto a él, esto no será posible y es lo que hace que la experiencia sea muy corta.

Superar todas las capas nos lleva en torno a unas dos horas aproximadamente, dependiendo de cada jugador y de lo que le cuesten algunos puzles puede variar una hora arriba u hora abajo. Aunque, si queremos seguir jugando y volviendo a recordar todas aquellas increíbles historias e imágenes que dejamos atrás, siempre cabe la posibilidad de completar todos los coleccionables que trae consigo el juego.

Así que a pesar de su corta duración, podemos revivir lo jugado en busca de los secretos mejor escondidos del juego para coleccionar todos los artefactos de la tribu Chud.

Conclusiones

En general, este juego consigue merecer la pena debido a la interesante mitología que nos narra, sus increíbles paisajes, su banda sonora única y que se completa en un breve período de tiempo.

Aun así, a pesar de ser un plataforma cargado de puzles y batallas no consigue destacar por ello, ya que resultan muy sencillos de superar.

The Mooseman ya está disponible en la eShop de Nintendo Switch al precio de 6,99€ y necesitaréis 556 MB de memoria en vuestra consola.

7.5

[Análisis] The Mooseman

Puntuación Nintenderos: Recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Historia basada en mitología de culturas poco conocidas.
  • Gráficos efectivos con paisajes brillantes.
  • Música diferente con ambientación folclórica.
  • Narrativa potente.
Flojea en:
  • Puzles demasiado sencillos.
  • Batallas contra los jefes finales cortas y fáciles.
  • Duración muy corta .