Análisis Análisis Switch Nintendo Switch

[Análisis] Salt and Sanctuary

[Análisis] Salt and Sanctuary

Salt and Sanctuary llega a Nintendo Switch tras más de dos años de su lanzamiento para PS4, pasando, posteriormente, por Steam y PS Vita, y lo hace pisando fuerte, aunque sin traernos más novedades de lo que esas anteriores versiones nos ofrecieron en su día. A pesar de ello, este juego no es menor, ni pobre en cuanto a su contenido, puesto que nos ofrece una buena cantidad de horas para poner a prueba nuestra habilidad en el combate y superar los horrores que se nos avecinan en cualquier lugar del mundo en el que nos encontramos.

Una historia contada desde la lejanía

Tras llevar a cabo la creación de nuestro personaje, el título nos expondrá nuestra misión, proteger a la princesa, lo que, a priori, podría parecer un tanto “simplón”. Sin embargo, tras esa breve introducción, se nos sitúa en un barco atacado por piratas y bandidos y, sin muchas más explicaciones, nos lleva de lleno a pelear contra ellos y…contra el primer jefe del juego. El título no es fácil y desde un primer momento nos daremos cuenta de que protegernos con el escudo o controlar el timing del contragolpe puede ser lo que separe la victoria o la derrota en un combate. Salt and Sanctuary quiere convencernos, ya de primeras, de que esto no es un paseo, pero, con mucha práctica, conseguiremos adaptarnos a él y sentir esa alegría que hay detrás de todo gran sufrimiento.

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La historia se nos va narrando a través de conversaciones con otros NPCs que nos cuentan su principal visión de lo que sucede a su alrededor. Obviamente, las localizaciones también nos hablan, nos indican cómo vivían sus gentes; y los monstruos que veremos a lo largo y ancho del mapeado nos cuentan las atrocidades que se sucedían en este basto mundo. A través de el árbol de habilidades podremos leer pasajes o versículos de distintos libros, lo que nos ofrece más contexto. No os esperéis cinemáticas o narrativas interminables, eso no funciona aquí, la narrativa se nos cuenta siempre y cuando estemos atentos a nuestro alrededor, pero no intenta que la entendamos, al menos de primeras.

Dark Souls en 2D

El título de Ska Studios bebe directamente de la mítica saga de From Software, desde la personalización del personaje, hasta la distribución más medida de los pasillos y enemigos, o la interconexión de los diferentes escenarios que conviven en el mismo mundo. Si en Dark Souls aumentamos nuestro nivel recolectando almas, tras matar a un enemigo, en Salt and Sanctuary obtendremos sal que podremos canjear en los santuarios para subir de nivel. Aunque, cuidado, si caemos en combate, perderemos la sal y tendremos que dar caza al enemigo que nos mató para recuperarla, o la perderemos para siempre si caemos antes de lograrlo.

Para conseguir avanzar en la aventura tendremos que canjear los orbes por talentos en el árbol de habilidades y, ya os avisamos, no os asustéis cuando lo abráis por primera vez, porque es realmente inmenso y nos enseña, a las claras, que no hay una única forma de jugar a este título. Si queremos pasarnos el juego con un escudo y una espada, podemos hacerlo; pero si preferimos ser más agresivos y luchar con hacha en una mano y mosquete en la otra, porqué no. Es una delicia probar las estrategias más diversas y darte cuenta de que todas funcionan.

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No obstante, si algo ha calcado este título a Dark Souls, es su dificultad. No estamos ante un juego sencillo, aunque, a medida que vamos avanzando, nos percatamos de que tampoco es tan difícil. Este juego exige habilidad y, sobre todo, prestar atención a los detalles. Moriremos más de una vez cayendo en una trampa que, por ir corriendo, no hemos visto venir. Entrar en una nueva zona significa observar y deleitarnos con los nuevos enemigos que tenemos enfrente, estudiar sus movimientos y sus debilidades para, posteriormente, ser letales contra ellos. El culmen de la habilidad y la observación está, como no, en los jefes finales, el clímax del juego. Nos enfrentaremos a una gran cantidad de bosses que nos harán sudar la gota gorda. Su estética, el set de movimientos e, incluso, los sonidos que les acompañan están cuidados a un nivel que roza lo enfermizo. No hay mayor satisfacción que acabar con ese jefe que se nos atragantaba y que conseguía eliminarnos una y otra vez.

La belleza del horror

Estamos ante un juego visceral, sangriento y cruel. Sus escenarios están adornados con una cantidad de detalles de lo más escabrosos y, a pesar todo, hay un grado de belleza en ello. El apartado artístico de este juego es perfecto. A pesar de la oscuridad reinante en, prácticamente, todo momento, seremos capaces de discernir entre las distintas mazmorras ese detalle que las hace únicas. La paleta de colores tiende al rojo y a los colores más oscuros, pero es digno de ver cómo superamos una zona y pasamos a otra completamente distinta en, absolutamente, todo. De estar en un castillo, iluminado y con vidrieras enormes y enemigos más “señoriales”, pasaremos a estar en un bosque rodeado de árboles inmensos y tratando de acabar con bandidos o zombies. Es una pena que la banda sonora sea tan nimia, es cierto que en los combates se reactivará y nos pondrá en situación con coros y un tono de guitarra eléctrica profundo, aunque sin desentonar con la estética medieval que nos presenta el título. No obstante, sólo hay una canción para las peleas contra los jefes y no dispondremos sino del ruido ambiente durante el resto de la aventura.

Si algo debemos señalar es cómo este título consigue transmitir la visceralidad más cruenta a través de la sangre y los desmembramientos enemigos. Cuando luchemos, sentiremos cada golpe que demos, sea cual sea el arma que utilicemos para ello, produciéndose un festival de sangre que se transmitirá al escenario y a nuestra arma. Conseguir un parry desencadena una animación, que cambiará en función del arma que portemos, pero que, en definitiva, lleva consigo transmitir toda la furia y rabia del protagonista sobre el enemigo, generando un festival de sangre digno de cualquier película gore. Si bien hay que reseñar que en modo portátil encontramos pequeños bajones de FPS en diversos momentos del juego, aunque no suceden en modo televisor.

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Multijugador local

Podremos utilizar la opción del multijugador local, aunque es cierto que la gracia del juego está, precisamente, en ser conquistado por un jugador. Sin embargo, la opción está ahí y nos puede ayudar enormemente ante los enemigos más peligrosos y los jefes finales más duros. Es una opción muy plausible y divertido, aunque pierde un poco de la esencia del título.

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Conclusiones finales

Salt and Sanctuary es un título que aquellos fans de la saga de From Software disfrutarán desde principio a fin. Esa historia transmitida a través de los escenarios, de los enemigos y de las descripciones de las armas o las habilidades; un mundo completamente interconectado; las trampas y la sensación de inferioridad ante los enemigos y, como no, de esos majestuosos jefes finales, una maravilla. Su jugabilidad está perfectamente implementada en Nintendo Switch y será muy sencillo hacernos pronto con ella. Es un juego que, tras completarlo por primera vez, lo que tardaremos más o menos unas 15-17 horas, lo volveremos a completar de nuevo probando otra serie de armas y de habilidades. Es cierto que su banda sonora es demasiado floja, pero se pasa por alto tras el gran diseño artístico de los escenarios y enemigos. Es un juego que ningún poseedor de Nintendo Switch debería perderse.

Salt and Sanctuary puede descargarse desde la eShop a un precio de 14,99€ y ocupa 1,1 GB.

https://www.youtube.com/watch?v=KeDHXUWdVy4

9.0

[Análisis] Salt and Sanctuary

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Los jefes finales son increíbles en diseño y set de movimientos.
  • Los escenarios tienen un apartado artístico soberbio.
  • La curva de dificultad está muy bien medida.
  • Larga duración y rejugabilidad.
  • Gran cantidad de habilidades y armas que permiten un rango enorme de acción al jugador.
  • Consigue captar la esencia de Dark Souls y transmitirla a las 2D.
Flojea en:
  • Ciertos bajones de FPS en modo portátil.
  • La banda sonora es demasiado monótona.
  • Ciertos enemigos tienen instakill muy molestos.