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[Análisis] Eekeemoo: Splinters of the Dark Shard

[Análisis] Eekeemoo: Splinters of the Dark Shard

Eekeemo: Splinters of the Dark Shard es un videojuego que nos llega de la mano de Cogg Games contando la oscura historia del personaje que da nombre al título. Una aventura en tercera persona en la que ayudarás a Eekeemoo a rescatar a sus amigos, que han sido secuestrados por el malvado Dark Shard. A través de cuatro oscuros mundos, te enfrentarás con una multitud de enemigos de todo tipo: pequeños, grandes, gigantes, enormes… Pero sobre todo poderosos, muy poderosos. Y es que Eekeemoo puede resultar un juego interesante para los amantes de la acción, aunque tal vez se quede corto para aquellos a los que les gusta más profundizar en la historia. Pero vayamos por partes.

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Los personajes

Eekeemoo es un pequeño y adorable ser, vestido con una chaqueta bastante calentita, que debe abrirse paso a través de hordas de enemigos no-muertos para salvar a sus amigos. Sus poderes son básicos al principio, pero como en todo buen RPG irás desbloqueando distintos ataques que te ayudarán si los utilizas de forma estratégica. Además podrás desbloquear cuatro personajes más, los amigos de Eekeemoo a los que irás salvando, cada uno con poderes distintos. Estos se desbloquean a medida que superas cada capítulo del juego, siendo estos 5 en total.

Cada personaje irá recogiendo monedas, que utilizarás para desbloquear distintas utilidades del juego. Además tendrán 3 barras, las cuales indican la salud del personaje (en rojo), la energía acumulada para usar un poder (en azul) y una barra que aparece cuando tomamos un power-up que nos hará más fuertes, rápidos y resistentes (en violeta).

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Los capítulos

Como veníamos diciendo, hay 5 capítulos en Eekeemoo: Splinters of the Dark Shard, y cada uno distinto al anterior, en cierto modo. La finalidad es la misma en todos: Enfrentarte contra innumerables hordas de enemigos que parecen no tener fin, resolver puzles para desbloquear accesos, escaleras o puentes que te permitirán llegar a zonas más avanzadas y enfrentarte con jefes que no te lo pondrán nada fácil con sus letales y espectaculares ataques. Los capítulos están ambientados de forma distinta, pues pasarás de recorrer un bosque oscuro lleno de vegetación y plantas punzantes a una tundra congelada.

Los enemigos de Eekeemoo y su pandilla aparecerán de forma casi ilimitada. Si te quedas quieto en un punto del mapa, no dejarás de pulsar los botones de ataque durante muchos segundos, incluso minutos. Y es que cuando derrotas a una oleada de enemigos y empiezas a recoger las monedas, corazones y demás objetos que sueltan, aparecerán muchos más a tu alrededor, que impedirán que cojas todo aquello que has conseguido de la horda anterior. Aunque también arrojarán nuevos objetos; es la pescadilla que se muerde la cola. En definitiva, las hordas de zombis se amontonarán sobre ti sin inteligencia, sólo buscando ser un obstáculo para interponerse en tu camino.

Jugabilidad

Aunque el concepto y el estilo del juego parecen de primeras inofensivos, los problemas no tardan mucho en aparecer. En cuanto a la jugabilidad, Eekeemoo: Splinters of the Dark Shard tiene unos controles sencillos y que funcionan bien, sin embargo, cuando te zambulles en los combates, las cosas se ponen feas. La absoluta falta de animación de inmediatamente destruye cualquier sensación de diversión o brillo que el juego parecía ofrecer. En pocas palabras, nuestro pequeño amigo esquimal cae como un coche sin frenos por una carretera llena de curvas.

Algo que parecía ser positivo al principio, se vuelve muy perjudicial para la experiencia que se vive jugando. Los sencillos controles hacen que el juego pierda su encanto, pues llega un momento en que únicamente te limitarás a pulsar un botón y poco más. Puedes hacerlo bonito, está claro, pero no es necesario complicarte la vida para avanzar. Los momentos estratégicos se reducen a los combates contra los jefes, en los que no vale sólo con darle al botón de ataque, pero por desgracia son pocos los jefes que aparecen en el juego.

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Gráficos y sonido

El diseño de sonido es prácticamente inexistente. Con un ruido sordo que simboliza que has sido dañado y gestos suaves que te indican que has pulsado el botón de ataque no es suficiente para transmitir algo a los jugadores. Cada nivel puede tener su tema elemental, sin embargo, es una la canción en la cual se basan todas las demás y la que te acompañará a lo largo del juego. Es una de esas características que crean resultados demasiado crispados y que sólo consiguen llevar al jugador a la locura.

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Por el contrario, no podemos decir algo negativo sobre el aspecto visual. No podemos porque recordamos de qué juego estamos hablando. El diseño de los personajes es muy personal, podríamos decir que todos se han basado en la misma línea, lo cual no es algo contraproducente. Esto da personalidad al juego, ya que adquiere una característica única que ningún otro juego tiene. Los personajes son muy originales, aunque los escenarios son simples.

Es así, los escenarios son simples, pero no me malinterpretéis. Son simples porque tienen que serlo, porque no son el elemento que más debe llamar la atención del juego. Con unos escenarios súper elaborados la atención no estaría tan centrada en la acción del juego, y este análisis no sería el mismo. En definitiva, los caminos están bien delimitados, las paredes no dicen mucho porque son eso, paredes. Los elementos decorativos como plantas o rocas son sencillos, carecientes de texturas y detalles. Perfectos para Eekeemoo: Splinters of the Dark Shard.

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Conclusión

Eekeemoo: Splinters of the Dark Shard nos ha recordado estrechamente a la saga Warriors, pues los combates son similares aunque no tan exagerados. Básicamente deberás pulsar los botones de ataque como un loco hasta derrotar a los zombis para llegar a un jefe final el cual se diferencia del resto de enemigos en una salud notablemente alta. La construcción de niveles recuerda al mítico Spyro, no visualmente pero sí de forma estructural. Obviamente no podemos compararlo con ninguno de estos juegos, pero tiene aspectos que nos recuerdan a ellos.

En conclusión es un buen juego, algo corto ya que se puede completar en 5 horas, pero al valer 4,99€ merece la pena darle una oportunidad. Ocupa 815 MB de memoria, tamaño más que justo para una creación que te entretendrá y te hará desear una segunda parte cuando la completes. Aquí os dejamos con el tráiler del juego.

6.5

[Análisis] Eekeemoo: Splinters of the Dark Shard

Puntuación Nintenderos: Buen juego

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Controles sencillos e intuitivos.
  • Varios personajes desbloqueables.
  • Variedad de escenarios.
Flojea en:
  • Banda sonora pobre.
  • Duración corta.
  • Jugabilidad sencilla.