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[Análisis] Dead Cells

Cuando la industria era joven y la tecnología muy limitada, el poder realizar mapas enormes con áreas que solo eran accesibles una vez adquiríamos una habilidad en específico, era la manera de hacer que el juego fuese satisfactorio a la par que duradero. Esto era un juego mental del desarrollador hacia el jugador, ya que en realidad el recorrido era el mismo, solo que ahora tu personaje era más fuerte y lo que antes eran problemas, ahora no eran más que un trámite hacia una nueva zona.

Esto es, en resumidas cuentas, el género metroidvania, un tipo de juego que dadas las limitaciones técnicas de las desarrolladoras indies se ha vuelto un comodín para ellas. Hollow Knight, Axiom Verge, o el reciente Iconoclasts es un ejemplo del, muy probablemente, overbooking del género. Dead Cells intenta alejarse de este grupo autodefiniéndose como roguevania y ofreciendo un soplo de aire fresco al género mezclando la aleatoriedad de los roguelite con la esencia clásica de los metroidvania.

Aunque Motion Twin se ha dedicado a los juegos gratuitos arcade, Dead Cells es su proyecto más ambicioso hasta la fecha. Con más de un año sufriendo cambios constantes como early access, la compañía francesa ha decidido actualizarlo a la esperada versión 1.0 para así dar el salto a Nintendo Switch.

Tradicionalmente innovador

Cuando un videojuego parece inventar un nuevo género en la industria de los videojuegos normalmente es porque no encuentra un hueco en los existentes. Dead Cells se ha autodefinido como un roguevania, pero hasta que no has catado el juego un par de horas no entiendes el motivo.

Se nos presenta una estructura clásica de mapeado típico de los metroidvania en el que hay distintas zonas que recorrer, secretos y zonas inaccesibles. Pero cuando morimos, la estructura de estas zonas ha variado por completo. Aunque a priori los atributos de un metroidvania no podrían casar con el elemento aleatorio, a posteriori vemos como Dead Cells consigue una fusión que funciona con eficacia.

Mezclas aparte, es un juego de acción y plataformas basado en un castillo que entraña un gran secreto. Una gran infección ha provocado la locura en el reino, pero debemos averiguar el por qué a través de cartas, testigos y habitaciones de un misterioso alquimista que intenta encontrar una cura.

Por el camino combatiremos contra una serie de enemigos que son variados, distintos de enfrentar y que si no vamos con cuidado, podrían acabar rápidamente con nuestra vida con un par de golpes. Mención aparte reciben los jefes finales, los cuales tendremos uno cada 2 zonas. Aunque encontramos que son algo escasos, si seguimos siempre la misma estructura se nos harán algo repetitivos, pero si vamos a otras zonas nos enfrentaremos a nuevos bosses diferentes de enfrentar y que serán mucho más tácticos. También encontraremos mini bosses mientras recorremos el mapa, los cuales se mantendrán inmóviles a no ser que se sientan amenazados. Todos ellos nos recompensarán con armas de gran poderío.

Raíces mortales

Su estructura es muy parecida a la de un árbol en el que el tronco es el final. Imaginaos que empezamos desde la hoja más alta del árbol: desde el principio ya podemos ir a por el jefe final siguiendo una estructura lineal y sin retorno una vez acabemos la zona, pero es con la adquisición de nuevas habilidades que podemos visitar otras zonas. Estas aptitudes no se consiguen  siguiendo siempre el primer recorrido, sino que tendremos que explorar nuevos lugares para conseguir las restantes y desbloquear aún más sectores. Lo más interesante de esto, es que puedes crear una inmensa cantidad de zonas con nuevas actualizaciones, ya que así lo permite.

Para avanzar por su escabroso mapa, al principio se nos ofrecerán una serie de armas que al principio serán fijas, pero que podremos hacer que estas sean aleatorias más adelante o podremos comprar en tiendas. Estas se dividen en tres grupos: brutales, tácticas y de supervivencia. Las primeras se detectan por su color rojizo y suelen ser cuerpo a cuerpo, las segundas son lilas e incluyen trampas, torretas o poderes, mientras que las de supervivencia son verdes y van desde los escudos, a armas pesadas.

Su jugabilidad y movimiento son realmente satisfactorios si nos nos topamos con alguno de sus escasos bugs que trasladan al personaje unos metros. Gracias a sus 60 FPS podemos redirigir con eficacia nuestro ataque aunque estemos en medio de él. Además, las armas obtienen diferentes bonificaciones dependiendo de cómo las utilicemos o la ubicación del enemigo. Las lanzas, por ejemplo, harán más daño si el enemigo está contra la pared, o las de hielo congelarán el agua para inmovilizar a los enemigos que se encuentren en ella.

Algunas de estas pueden tener dos atributos al mismo tiempo, solo que gracias a unos pergaminos de poder podremos elegir qué rama maximizar y hacer que ese arma se decante hacia un lado u otro en cuanto al daño se refiere. Dead Cells te permite adaptar tu manera de jugar a la rama que quieras, pero al comenzar de nuevo estas se resetean y puedes probar de nuevas.

Evolucionando

Aunque al principio la cantidad de armas y poderes es limitada, a medida que vamos avanzando iremos consiguiendo planos para desbloquearlas. Estos solo pueden ser descifrados en las zonas de paso entre lugares gracias al uso de las células. En estos lugares podremos recargar nuestra poción de vida, comprar mejoras o adquirir mutaciones.

Todo esto puede resultar algo complejo la primera vez que juegas pero, una vez nos adaptemos, Dead Cells se convierte en un juego muy divertido en el que recompensa al jugador explorar nuevas combinaciones por no tener una rama que destaque por encima de otras. Por ejemplo, podemos ir con armas cuerpo a cuerpo y granadas para ser 100% brutales, o mezclar la supervivencia y la táctica para que las torretas hagan el daño principal. Pero esta no es la única recompensa que ofrece.

Motion Twin reconoce la alta cantidad de speedrunners que hay en los metroidvania y sabe que en ciertos juegos aleatorios se recompensa por la rapidez. De esta combinación surgen las puertas con temporizador. En casi todas las zonas hay una puerta en la que en cierto minuto de juego se cierran. La primera de ellas la encontramos en las alcantarillas o el paseo de los condenados al minuto 2 de juego. Si llegamos antes de cumplir los dos minutos, dentro hallaremos células, pergaminos de poder y dinero.

Aún esta recompensa, si decidimos pasar de ellas y dedicarnos a la exploración, la recompensa suele ser prácticamente la misma. Hay secretos, misiones secundarias, habitaciones atemporales en las que descubrir la historia que entraña Dead Cells, teletransportadores y cofres. Algunos de ellos son normales, pero otros están malditos. Si abrimos estos últimos deberemos matar a 10 enemigos para deshacernos de una maldición, la cual nos mata solo de un golpe. Esta siempre es la misma, así que esperemos que en un futuro añaden nuevas en las que tu personaje ataque más lento o los enemigos revivan de nuevo más fuertes.

Los escenarios no son solo bonitos

Las zonas son jugablemente distintas. Algunas se diferencian más que otras, pero podemos pasar de lugares en los que activar un botón para redescubrirlo, a otros en los que un aura oscura se apodera de nosotros si no acudimos a una fuente de luz rápidamente. Esta deferencia en como afrontar el desafío también viene dada por su estética, la cual viene definida por la predominancia de un color.

Aún usar el píxel como su fuente gráfica, Motion Twin ha utilizado tal cantidad de ellos que prácticamente no se notan los bordes. Además, utilizar esta técnica les ha favorecido para conseguir unas animaciones de gran calidad, las cuales se disfrutan gracias a alcanzar los 1080p y 720p en modo dock y portátil respectivamente. No obstante, lo más importante de todo esto es la diferencia de su mapeado.

Aunque la aleatoriedad permite que siempre sea variable, las zonas mantienen una característica única entre ellas que siempre se mantiene. La torre del reloj tiene una gran verticalidad y deberemos encontrar unas llaves para continuar, mientras que en el pueblo de pilotos todo se esconde detrás de unas puertas.

A nivel sonoro tampoco defrauda, y es que Dead Cells consigue crear una banda sonora muy ambiental dependiendo de la zona, sin destacar por encima de los efectos sonoros, el verdadero protagonista. Cada arma tiene un efecto distinto y cambia dependiendo de si hacemos un crítico o nos propinan un fuerte golpe.

Aparte de todo lo comentado sobre su rejugabilidad evidente como juego aleatorio, Motion Twin ha incorporado los desafíos diarios para ponernos a prueba cada 24h. Estos son muy exigentes pero te ofrecerán una recompensa cada cierto número de desafíos completados.

Una fusión de células

Al igual que la estructura atómica de una célula, el juego de Motion Twin es complejo como el ADN, pero cada cosa está en un lugar por un motivo. Mezcla dos géneros con eficacia y se transforma en uno totalmente nuevo con unas mecánicas ajustadas al milímetro, una calidad gráfica de escándalo y una dificultad que invita a morir para aprender. Dead Cells estará disponible en la eshop de Nintendo Switch el 7 de agosto con un tamaño de descarga de 466,62 MB y un precio de 24,99€, y el 17 del mismo mes en físico por 34,99€.

9.5

[Análisis] Dead Cells

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Estructura compleja y sólida.
  • Combinación perfecta de géneros.
  • Jugabilidad y movimientos rápidos.
  • Exigente pero satisfactorio.
  • Gran calidad gráfica.
Flojea en:
  • Jefes finales escasos.
  • Algunos bugs de movimiento.