[Análisis] Baobabs Mausoleum Ep.1: Ovnifagos Don’t Eat Flamingos
Los videojuegos por fascículos ya no son una novedad. La saga Telltale Games los popularizó con videojuegos episódicos sobre grandes marcas del entretenimiento como The Walking Dead, Juego de Tronos o Batman. Sin embargo, solo ha el juego episódico sobre el hombre murciélago y Minecraft Story Mode han llegado a Nintendo Switch de la mano de Telltale. Por eso, es interesante que títulos independientes como Baobabs Mausoleum, creado por Jacob Jazz, adopten esta vía de financiación y distribución.
A falta de un segundo episodio, pasemos a analizar el primero de Baobabs Mausoleum. Un avance de lo que leeréis en adelante: se trata de un juego de autor, absolutamente lleno de intención y de libertad creativa.
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¿Qué hay en el cesto de Baobabs Mausoleum?
Me recuerdo saliendo del cine el verano pasado tras ver Valerian y la ciudad de los mil planetas con una ilustre traductora y que ella comentara lo bien que se lo había pasado viéndola: “jolines, es que es como si hubiera un cesto donde los guionistas iban sumando ideas creativas, divertidísimas, perfectas para el cine de aventuras”. El símil que usó del cesto me quedó grabado por lo bien que funcionaba.
La siguiente vez que pensé en esta comparación fue mientras jugaba a Super Mario Odyssey unos meses después. Tras aprender la variedad de habilidades que dispone Mario para divertirnos y sorprendernos visualicé otro cesto en el que excéntricos (y excéntricas) diseñadores de Nintendo iban lanzando ideas que en ningún caso se rehusaban.
Finalmente, la idea me volvió a la cabeza tras jugar a Baobabs Mausoleum. Tras el estilo pobremente pixelado se esconde un trabajo de autor lleno de creatividad. De hecho, es un derroche. Se entrevé, al jugarlo, que sin limitaciones técnicas Jacob Jazz sería capaz de dominar la variedad de géneros como otros creadores como Yoko Taro nos demuestran con sus juegos.
¿Qué hay en el cesto de Baobabs Mausoleum, pues? La idea principal es la de construir una historia de suspense policíaca —he leído por ahí que fijan como punto de partida de este título el amor que su autor siente con la serie Twin Peaks— mediante el género narrativo de la aventura point & click. Recordaréis juegos de este género como los de Ron Gilbert, creador de Monkey Island, Maniac Mansion y —recientemente en Switch— Thimbleweed Park. Sin embargo, el juego toma constantemente nuevas vías (desde combates de rol, acertijos, puzles, plataformas, disparos y acción) o dimensiones (vista cenital 2D, vista lateral 2D o incluso 3D).
Asimismo, Baobabs Mausoleum cuenta con una historia de los más llamativa. Por supuesto, la analogía del cesto sigue funcionando como anillo al dedo. El humor negro, las constantes referencias metanarrativas al jugador, los personajes desternillantes y las situaciones grotescas que recuerdan al genio Miguel Mihura, conforman una narrativa de lo absurdo que no entiende de censura ni de clichés.
Pero todo el derroche creativo termina. Lo hace pronto. Pese a contar con casi una decena de actos, no llega a la hora todo lo que puede dar de sí este primer episodio. Esto no es necesariamente negativo. Lo es, en cambio, que el juego esté repleto de irregularidades e imprecisiones fruto de la escasez de recurso y que la canción que suena en el cine —el acto más largo— se adentre en lo más íntimo de los oídos del jugador para gritarle que se suicide. Basta de música molesta y repetitiva, por favor.
Tengo que decir que, precisamente en este cine, hay un sutil tributo a Kill Bill, mi película favorita. Jacob Jazz tiene buen gusto.
Conclusiones
Baobabs Mausoleum lo componen muchas y disparatadas ideas que su creador ha tenido a bien incorporar. Desde pequeños puzles narrativos típicos de la aventura gráfica a situaciones de lo más grotesco propias de la literatura de lo absurdo. Sin embargo, este cesto lleno color se agrisa con algunas carencias técnicas.
Baobabs Mausoleum Ep.1: Ovnifagos Don’t Eat Flamingos llegó a la eShop de Nintendo Switch el pasado 24 de mayo a un precio de 5,99 €. El peso de descarga son 2,5 GB. Está totalmente en castellano; de hecho, el juego es español.