[Análisis] West of Loathing
En el Nindies Showcase Spring 2018 de marzo pudimos ver por primera vez el juego que aquí se reseña: West of Loathing. Nintendo escoge cuidadosamente los juegos indie en los que confía durante un Indie Showcase y esta selección tiene una traducción clara: se trata casi siempre de calidad.
Por supuesto, la presentación de este título fue el diseño simplista en blanco y negro protagonizado por personajes-palito, el esquema del ser humano que cualquier niño aprende a dibujar con 3 años. Como podéis ver, este análisis ha puntuado favorablemente este título. Y no solo este análisis, sino gran parte de la comunidad de analistas, puesto que la nota en Metacritic es de 86. ¿Acaso se premia el diseño simplista? Bueno, este es un diseño que permite a los creadores del título ahondar mucho más en otras mecánicas de juego tales como la animación, muy usada durante todo el juego, o la escritura. El objetivo de este análisis es argumentar por qué un juego cuyo dibujo es lowcost puede ser un asombroso juego de aventura.
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Una aventura hilarante
La escritura de West of Loathing
¿Cuánto está dispuesto a leer un jugador de videojuegos? Esta es una pregunta elemental que debió de surgir durante el planteamiento y desarrollo de West of Loathing. La intención de Zack Johnson, líder del proyecto y guionista, ha sido claramente la de profundizar en un ficticio mundo de Western a base de una gran cantidad de escritura. En otros términos, los cuadros de texto cuentan con un narrador detallista y preciso y los Johnson no escatima en diálogos. Vas a estar leyendo por decenas de horas.
Si la intención del diseñador Johnson es hacernos leer es porque se siente increíblemente cómodo en la faceta de escribir. He aquí un hombre que conoce sus virtudes. Todo, absolutamente todo, el texto rezuma creatividad, inteligencia, sabiduría, gracia. Es una gran comedia, absolutamente satírica, que se ríe de sus obras congéneres (tanto los RPG en videojuegos, como los Westerns en el cine) como hizo El Quijote hace cuatro siglos. E, igual que la obra de Miguel de Cervantes, va más allá y acaba tomándose en serio su texto para contar algo más que su propia sátira.
¿Con qué problema puede encontrarse un jugador hispanohablante? West of Loathing es un título no traducido al español. El nivel de exigencia de conocimientos de inglés es altísimo, tanto que yo he tenido que jugarlo con un chico (Pablo) que pasó su infancia y comienzos de adolescencia en Estados Unidos y, ni siquiera con todo su gran conocimiento de la lengua inglesa pudimos entender algunas construcciones locales. (Aún así, el sentido general del juego lo he podido entender de sobra.)
La animación de West of Loathing
Dijo Johnson en PC Gamer que este no es un juego con chistes, si no un juego hecho por chistes. La voluntad de hacer reír está por todas partes. Como hemos reseñado, lo está en la escritura, con gags especialmente hilarantes como la búsqueda en el interior de los distintos tarros de escupitajos de los saloons (spittoon, en inglés). Pero no se queda solo en la escritura, sino que va más allá.
Como podis ver, en los distintos tráilers e imágenes que acompañan este texto, el diseño es de lo más simplista. El motivo es igual de simple: cuánto menos recursos tomes en diseñar, más elementos podrás diseñar. En otras palabras, quitar del dibujo para poner del juego. Esto me hace pensar en las grandes producciones que solemos ver en consolas de la competencia o incluso en Xenoblade Chronicles 2, juegos que prestan mucha atención en generar enormes escenarios detallados, pero que luego ofrecen pocas herramientas al jugador.
Pues bien, este juego no. Este juego ofrece muchas herramientas. Muchas variaciones. A nivel de animación, las interactuaciones con el entorno son grotescas. Lo dice el tráiler: miles de gags. Como jugador, ¿te reconoces pulsando la A para escudriñar en cualquier rincón? De esto mismo saca partido West of Loathing recompensándote con una breve, sutil animación graciosa como pisar excrementos de caballo (nos imaginamos cómo debe oler el Far West) o exhumar cadáveres de las tumbas. Ah, y cuando aprendas a andarraro, verás.
Trasfondo de rol
Si bien en líneas generas sigue una jugabilidad de aventura gráfica —es decir, que te convierte en recadero—, el trasfondo del juego es el combate por turnos típico del RPG. Digo trasfondo porque es opcional (o semi opcional).
La mayor parte de misiones cuyo objetivo es un combate son secundarias. No es necesario luchar. Sorprende que este juego lleve un paso más allá el concepto presentado por Undertale sobre la innecesaria violencia en los RPG. Si es un juego de rol, ¿no debería dar la opción que el avatar fuese un cobarde y siguiera una estrategia evasiva? Este juego lo ofrece. Aunque pocos van a tomar este camino.
Si bien al principio parece un juego cuyo combate es de chiste —fácil, con pulsar A sin mirar bastaría—, lo cierto es que con el tiempo se complica sobremanera. La cantidad de ataques, armas y estrategias que usar contra los distintos enemigos —arañas, vacas, esqueletos, hillbillys y demás sorpresas— es abundante. Cuanto más buscas, más te da. Ojo, no es broma, este juego es enorme y completarlo al 100 % lleva 20 horas o más.
¿Parecía cosa menor en el Nindies Showcase, verdad?
Conclusiones
La sorpresa con este título ha sido la calidad de su escritura y cómo logra transmitir humor mediante complejos y trabajados gags. Con sensacionales microanimaciones, este es un título para cuestionarse (y burlarse de) algunos de los pilares que han transmitido tanto el cine Western como los videojuegos de rol.
West of Loathing se publicó en la eShop de Nintendo Switch el pasado 31 de mayo. Su precio es de 9 €. El tamaño de descarga, algo más de 2 GB. Totalmente en inglés (alto).