[Análisis] Pato Box
Punch-Out!! es probablemente uno de los títulos de la era temprana de la NES que más han llegado a influenciar a toda una generación de jugadores. ¿Y cómo no podía hacerlo? Presentaba una jugabilidad fácil de entender y que conseguía ser desafiante, aparte de que nos presentaba a un gran elenco de personajes animados y carismáticos que no podían encontrarse en muchos otros juegos de la época.
¿Por qué menciono a este videojuego retro? Porque hoy analizaremos a Pato Box, un videojuego que toma inspiración en este título de Nintendo, pero que busca añadir muchos elementos propios que consigan convertir a esta nueva obra en algo completamente diferente a su predecesor. Entre estos elementos se incluyen un modo historia, secciones de exploración y un apartado gráfico que recuerda entre varios elementos a los cómics noir o incluso al videojuego Madworld para Wii. Aun así, ¿son todas estas adiciones bienvenidas en la base jugable de Punch-Out!!?
Tabla de contenidos:
Un pato caído en desgracia
Empecemos hablando de la trama de este título. Tu nombre es Primo, más conocido como Pato Box, campeón mundial de boxeo que es también conocido por ser híbrido entre humano y pato que trabaja para la megacompañía Deathflock. Un buen día, en un combate contra Kilpatrick, eres traicionado. A partir de ese momento, juras venganza contra las fuerzas de Deathflock, razón por la cual debes explorar su enorme edificio y derrotar a todos los capitanes antes de luchar contra el señor que controla todo desde las sombras.
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Esta trama es narrada a través de cinemáticas que se asemejan a paneles de cómic, una referencia al tono noire de la trama. Aun así, hay que mencionar que estas cinemáticas no pueden ser saltadas en ningún momento, lo que puede molestar a varios jugadores que quieren simplemente ponerse a jugar.
Dicho todo esto, a mi opinión, la trama de Pato Box se siente incompleta. No conocemos en absoluto a nuestro protagonista, no hemos pasado nada de tiempo con él ni con las personas que él personalmente conoce, pero se supone que el juego nos presenta múltiples giros de la trama de vez en cuando para sorprendernos por completo. Aun así, debido a nuestro desconocimiento de las relaciones del protagonista o de sus pensamientos debido a que el personaje es estoico, estos sucesos no consiguen tal efecto en nosotros.
Otro punto a destacar de la trama es que sus intentos de comentario social resultan ser demasiado obvios y tontos al final del día. Puede que ese fuera en parte la intención de los desarrolladores de Bromio, pero aun así, el producto final cuenta con tales críticas mordaces como “Sé parte del sistema” en el edificio de los malos. Estimulante. En definitiva, el juego podría eliminar su trama y no creo que me hubiese importado en absoluto.
Sensaciones de antaño
Ahora bien, es cierto que antes he mencionado que el juego muestra sus cinemáticas en secuencias que recuerdan a un cómic noire. Recuerdan a este estilo no sólo por el tono y la temática de la trama, sino también por la paleta de colores que se utiliza a lo largo de esta obra. Pato Box es completamente monocromático. Sólo encontramos negro y blanco. Y al menos puedo decir que los desarrolladores aprovechan esta paleta para crear escenarios fáciles de leer que al mismo tiempo son deslumbrantes y muy llamativos. Además, cada comandante de Deathflock cuenta con animaciones fluidas que convierten sus enfrentamientos en espectáculos visuales.
Una lástima, eso sí, que la versión de Nintendo Switch sufra desafortunadamente de bajadas de framerate en varias de las zonas del juego. Son caídas que son notorias y aunque no rompen con la experiencia al completo, sí que son lo suficientemente comunes como para que ralenticen la experiencia al completo y por tanto, disminuyen la diversión que se puede conseguir con este título.
Algunas personas pensarán que teniendo un estilo visual basado principalmente en obras propias de la década de los 60 y los 70, el juego portaría una banda sonora de corte instrumental, posiblemente jazz. Nada más lejos de la realidad, pues en realidad nos encontramos con múltiples tonadas de corte electrónica.
A pesar de ésto, creo que estamos ante una mezcla que es en su mayor parte agradable. Sí, hay ciertos temas que funcionan más como sonido de fondo más que cualquier otra cosa, pero por el otro lado, también tenemos varias canciones memorables que consiguen que cada enfrentamiento con enemigos de gran importancia se incruste en nuestra mente. Y al menos puedo decir que eso es algo por lo que supera a una amplia variedad de juegos.
Un paseo desagradable
Ahora bien, dicho todo esto, ¿qué hay de la jugabilidad? Como he dicho antes, Pato Box busca asemejarse al clásico Punch-Out!!, así que debería destacar por tener un apartado jugable cuidado, pues era sobre este punto sobre el que se sostenía el juego original del que toma inspiración.
Podemos dividir el juego en dos secciones distintas, los segmentos de exploración y los segmentos de combate contra cada uno de los oficiales de Deathflock. Empecemos con los segmentos de exploración, en el que controlamos a un Pato Box que sólo puede hablar con algunas personas, moverse y golpear cosas. Esos son sus únicos comandos disponibles.
Cada comandante de Deathflock tiene bajo su vigilancia todo un piso del gran edificio en el que viven. Y cada uno de estos pisos tiene su propio desafío que se diferencia del resto. Ahora bien, ninguno de estos desafíos tiene que ver con luchar contra otras personas. Y esto me molesta bastante, sobre todo cuando nos encontramos con más de un nivel completamente innecesario.
¿Alguno de vosotros os habéis preguntado alguna vez cómo sería Punch-Out!! con un nivel de sigilo de temática survival horror? ¿O un nivel basado en un casino? ¿O un nivel en el que debes superar minijuegos tales como una especie de pinball con una silla? No, nadie buscaba algo similar en Punch-Out!! puesto que lo que era interesante de este último juego era su sistema de combate, no lo que hay entre ellos.
Pato Box decide alargar la duración del juego de una forma artificial, creando espacios con desafíos molestos que no consiguen ser emocionantes en ningún momento. Es más, debido a los controles inherentes de Pato Box en estas secciones, equiparables a los controles “de tanque de juegos como Resident Evil, hay varios de estos niveles que resultan ser altamente molestos y frustrantes.
Peleas de espectáculo
Encontrarte con tal panorama es desolador, porque por el otro lado, Pato Box cuenta con unas peleas contra jefes geniales. Estos son los momentos en los que el juego decide utilizar un esquema de control similar al del Punch-Out!! original y estos son los momentos que más he disfrutado.
Pato Box decide innovar e ir más lejos que su predecesor en cuanto a lo que se refiere a materia de jefes finales y por ello nos encontramos con ideas innovadoras como un jefe cocinero al que debemos de echar comida en su guiso para atontarle o incluso un enfrentamiento que se asemeja a un título de ritmo. No luchamos únicamente con boxeadores, sino con todo tipo de enemigos con una amplia variedad de armas a su disposición.
Y todas estas peleas son desafiantes y nunca se sienten injustas. Todos los jefes tienen tres fases, adquiriendo nuevos ataques y volviéndose más rápidos y agresivos conforme se pasa de un nivel al siguiente, pero todo movimiento que hacen está telegrafiado, por lo que es posible bloquear todo ataque con la suficiente paciencia y astucia. Es por este excelente diseño por lo que me encontré luchando contra cada uno de estos comandantes una y otra vez, sin importar el tiempo que perdía, puesto que me habían enganchado por completo.
Sí, definitivamente los jefes son espectaculares y son la razón por la que Pato Box destaca frente a otros juegos. Pero hay un problema muy importante, sólo nos encontramos con poco más de cinco jefes finales en todo el juego. Y teniendo tal número de peleas, nos encontramos con que en realidad, lo que prevalece en esta obra son los momentos de exploración que antes he explicado que no me llegan a gustar demasiado.
Conclusiones finales
Es una pena que Pato Box tenga tal genialidad dentro de sus jefes finales y que la diversión que surge de ellos se pierda y se sustituya por frustración durante los demás momentos del juego. Pato Box es una obra con un gran potencial y estaría más que dispuesto a probar una secuela en el caso de que sus desarrolladores decidiesen dar el paso.
Eso sí, dentro de esta hipotética segunda parte, una cosa debería ser mejorada, el diseño general de niveles del juego, porque por ahora, los interludios entre batallas no se sienten como una parte disfrutable del juego y son simples obstáculos en nuestro camino hacia el disfrute. Obstáculos poco interesantes y muy genéricos, aparte de mínimamente solicitados para ser precisos.
Por ahora, Pato Box se me hace únicamente divertido en su modo arcade. Elimina de en medio todo el contenido que personalmente considero innecesario y ofrece al jugador una experiencia que más se acerca al juego al que se asemeja, Punch-Out!! ¿Es Pato Box un juego que llegaréis a disfrutar? Sí, sus jefes finales son geniales y seguramente adores combatir contra ellos y derrotarlos. Pero también hay que advertir que para llegar a cada uno de ellos, no pasarás un rato particularmente entretenido.