[Análisis] Masters of Anima
Crear vida a partir de la nada. Aunque esa definición bien podría tratarse de un invocador al uso, de lo que os hablo es de transmutadores, los protagonistas de Masters of Anima. Os invocamos, queridos lectores, a que forméis parte del ritual de las próximas líneas.
Influido en gran parte por Pikmin, PASSTECH games invocó a Focus Home Interactive para traer al mundo Masters of Anima, un juego de origen francés. Aunque la experiencia de los primeros solo se basa en Space Run, la distribuidora ya tiene un largo recorrido en la industria con juegos como Vampyr.
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El alma de Spark
El origen de la vida suele emanar de alguna fuerza sobrenatural en los juegos y películas de ficción. En este caso, el anima se encarga de dar forma al mundo de Masters of Anima, algo que nos ha recordado mucho a películas como Star Wars, ya que es un elementos que está en el aire pero que solo unos pocos lo pueden percibir.
Estos elegidos son los llamados transmutadores, los cuales son los guardianes del propio planeta y encargados de mantener el equilibrio en el mundo. La mejor en esta profesión es Ana, maestra y mujer de Otto, nuestro protagonista.
Mientras Ana le enseña a su marido el poder del anima para que él pueda superar la prueba para ser transmutador, un estruendo zarandea la tierra. El origen de esto es Zahr, el villano que pretende destruir todo el planeta para regenerarlo y crear así una nueva vida. Además, este fragmentará a Ana en tres: corazón, mente y cuerpo.
Nuestro objetivo, por muy terrorífico que pueda parecer, es el de volver a juntar estas partes que han sido custodiadas por súbditos de Zahr y derrotar a su invocador, lo cual nos llevará unas 6 horas de juego. Atravesaremos desiertos, volcanes o bosques encantados con nuestro ejército, ampliándolo, mejorándolo y aprendiéndolo a usar.
El anima ni se crea ni se destruye, se transforma
Este ejercito emana del anima que Otto es capaz de almacenar en su báculo cuando vamos destruyendo vasijas o plantas. Cada orbe almacenado nos permitirá crear un pequeño grupo de guardianes que nos ayudarán a derrotar al mal que asola la tierra de Spark. Defensores, arqueros o invocadores formaran parte de nuestros conocimientos como transmutador.
La limitada invocación de seres obliga al jugador a pensar qué debe priorizar dependiendo de a qué enemigo nos encontremos, aunque en su mayoría estos sean casi iguales de enfrentar. No obstante, el núcleo de los combates reside en la posición que asignemos a nuestros guardianes.
Aunque a priori los combates de estrategia suelen ser bastante lentos, PASSTECH games ha logrado crear un sistema ágil, divertido y variado. En medio del combate podremos manejar a nuestro antojo al ejército invocado, destruyendo a unos arqueros para crear más defensores o a la inversa, cambiando de posición a los invocadores que van a ser atacados por el enemigo o arriesgando un orbe de anima para activar el grito de batalla y activar el ataque especial de nuestros guardianes. Además, Otto también puede atacar a los colosos si fuera necesario, aunque la distribución estratégica del ejército es mucho más importante.
Aun este dinamismo, y como hemos comentado anteriormente, echamos en falta algo de variedad a la hora de enfrentarnos a los enemigos, ya que al final todo se reduce en mover a las unidades que van a ser atacadas a otra posición (normalmente los que atacan a distancia) o activar el grito de batalla en el momento justo para aturdir al enemigo.
Descansado la mente
Afortunadamente, no todo son batallas en el mundo de Spark, sino que a lo largo de la historia encontraremos acertijos que resolver usando a nuestros guardianes. Aunque en el combate tienen su función, fuera de él tienen nuevas funciones que nos permiten resolver los rompecabezas. Estos suelen ser bastante ingeniosos y divertidos de resolver, sin llegar a frustrar al jugador pero tampoco ser facilones.
Los puzles te permiten desconectar del frenesí de la batalla para activar la mente a una manera más funcional, tranquilizando al jugador y ofreciendo un desafío distinto para que el aburrimiento no llegue. Esta alternancia entre puzle-combate crea un ritmo ideal que te mantiene atento.
Los escenarios permiten variar en la ejecución de los puzles, pero a excepción de uno, todos son bastante iguales en cuanto al diseño del escenario. Hay alguno más abierto que otro, pero en general todos son lineales y encontraremos pequeños desvíos para encontrar los coleccionables. A todo esto le debemos añadir una misión secundaria que encontraremos en cada una de las diez fases en las que se compone Masters of Anima.
A nivel técnico sí que nos hemos encontrado ciertos tirones mientras exploramos algunos escenarios y el cursor utilizado no es el mejor acompañante para seleccionar a un pequeño grupo de guardianes. Aun así, a nivel gráfico el modo portátil se puede llegar a resentir más que el de sobremesa, alcanzando 600p y 1080p respectivamente y mantienen los 30 FPS en ambos modos.
El alma del anima
Si echamos al caldero un combate dinámico, divertido y frenético junto a unos rompecabezas ingeniosos y satisfactorios y lo aderezamos con un ritmo ágil, el resultado es Masters of Anima, un juego que, aunque sólido, le faltan toques de originalidad y una historia más profunda. Masters of Anima ya está disponible en la eShop de Nintendo Switch con subtítulos en castellano por 19,99€ y un tamaño de descarga de 1046,48 MB.