[Análisis] Wolfenstein II: The New Colossus
Ha llegado un momento importante para Nintendo Switch. Uno en el que debe demostrar más fuerza que cabeza para ponerse a la altura, no solo con las plataformas portátiles actuales, donde la competencia es inexistente salvo por su hermana Nintendo 3DS, sino también con las plataformas de sobremesa.
Este injusto juicio por el que tiene que pasar al ser el primer sistema de videojuegos construido con una concepción híbrida, ha hecho a Nintendo ser protagonista, junto con Bethesda, de la construcción de hazañas técnicas llevadas a cabo por la desarrolladora, Panic Button, con Wolfenstein 2: The New Colossus como su obra culmen hasta el momento.
Hoy tenemos con nosotros la llegada a Switch de su juego más fuerte a nivel gráfico, que no solo supera con creces lo visto en la pasada generación. También hace que la consola mire frente a frente a su competencia, Playstation 4 y Xbox One.
Otros contenidos en esta categoría:
- -
Tabla de contenidos:
Cuando los nazis atacan
Comenzamos Wolfenstein 2: The New Colossus con una genial recapitulización de los hechos ocurridos en Wolfenstein: The New Order, un título que no llegó a ninguna consola de Nintendo, y que tenía una historia densa ubicada a principios de los años 60, con el régimen nazi en todo su esplendor. Tranquilos, no será necesario que la juguéis para enteraros de esta historia.
Tomaremos el papel de William Blazkowicz, miembro de la resistencia y encargado de salvar el mundo del imperio nazi. Esta historia no es del todo realista, y muestra un universo alternativo donde la tecnología usada ha alcanzado niveles incluso superiores a los actuales, teniendo tanto enormes avances médicos como militares.
Esto hace que nos podremos encontrar armas fantásticas como rayos laser, desintegradores, robots gigantes o armaduras de protección especiales.
A pesar de tratarse de un juego bélico, se da una gran importancia a los personajes protagonistas, tanto a su vida privada como a su papel en esta historia, poniendo énfasis en las relaciones afectivas.
Más allá de los elementos fantásticos, y de algunas escenas difíciles de digerir, Wolfenstein 2 nos presenta una historia adulta, que conecta con el jugador y que, aunque pueda parecer otra cosa en un primer momento, llega más lejos que asesinar un montón de nazis.
La increíble fuerza de Switch
Ya hemos tenido en Nintendo Switch varios estudios que se han dedicado a explotar técnicamente la consola, aunque la mayoría de juegos que han llegado se tratan de versiones de títulos que también aparecieron en la pasada generación. Otros son ports no tan trabajados, o que no han alcanzado los estándares de calidad que los jugadores esperamos.
Panic Button se ha convertido en la desarrolladora para Nintendo Switch que mejores resultados está consiguiendo en la consola a nivel técnico con buenas versiones de Doom y Rocket League.
Wolfenstein 2 juega en otra liga, y es el título más potente hasta el momento llevado a Nintendo Switch, y podemos decir que el resultado es muy satisfactorio.
Se trata de un juego con entornos más o menos cerrados, pero con algunos elementos que hacen que deslumbre a nivel visual. Las partículas, efectos de iluminación y texturas han sufrido una pequeña reducción de calidad respecto a las versiones para otras plataformas de sobremesa, aunque se ha tenido un enorme cuidado para tocar solo aquellos elementos que no afectan realmente al gameplay del juego.
A pesar de esto, sorprende ver algunos efectos gráficos con muy buena calidad, como la oclusión ambiental, reflejos dinámicos e iluminación avanzada. Se ha realizado un antialiasing en la versión portátil, que difumina la imagen haciendo que no podamos ver ni un solo diente de sierra. Como veis, se ha tenido muy claro el objetivo a conseguir a nivel gráfico en el juego, y el aspecto final que el equipo quería que tuviera esta versión de Nintendo Switch.
El título corre a 30 imágenes por segundo más o menos estables, aunque hemos visto en ocasiones como baja de este número, sin llegar a ser una caída preocupante. Por otro lado, hemos visto como la resolución del juego varía, especialmente en modo portátil, adaptándose a las situaciones para mantener un número de imágenes por segundo más estable, a costa de que la imagen se vea un poco más borrosa.
Se ha apuntado muy alto con Wolfenstein 2 en Switch: tenemos una resolución dinámica en televisor que llega hasta los 1080p, y que hace que no veamos fácilmente dientes de sierra, incluso en televisores de más de 50 pulgadas. El hecho de tener más resolución a costa de un menor número de imágenes por segundo es, simplemente, una cuestión de diseño, y nos parece una opción interesante para este juego. A pesar de esto, y en los momentos de más acción, se echa en falta la fluidez que da las 60 imágenes por segundo.
Hemos detectado pequeños fallos técnicos muy puntuales, como popping en pequeños elementos del escenario o carga de texturas lejanas sin transición, aunque como ya os hemos dicho, en muy pocas ocasiones. Al contrario de lo que esperábamos, los tiempos de carga no se hacen muy largos, siendo en todos los casos razonables.
Todo esto queda eclipsado por un genial diseño de personajes increíblemente bien animados, incluso durante las batallas, donde podremos disparar a distintas partes del cuerpo del enemigo, respondiendo de una forma totalmente natural y fluida. Increíblemente realista.
También tendremos algunas escenas cinemáticas generadas por la propia consola, y aunque no son tan fluidas como el propio juego, aquí si podemos decir que estamos ante una bestia técnica, a la altura de Xbox One y Playstation 4. No se ha recortado, en este apartado, prácticamente ninguna virguería gráfica, y podemos ver a alta resolución las escenas cinemáticas con una calidad asombrosa, especialmente en modo televisor.
No nos olvidamos de la modificación de los escenarios, no destructibles en su mayoría, pero si que podremos interactuar con ellos, dejando, por ejemplo, agujeros de bala en las paredes.
Puede que sea por ubicarse en los años 60, pero lo cierto es que la estética de este título nos recuerda fuertemente a Bioshock 1 y 2, y no solo por la época. Los entornos principales donde se desarrolla suelen ser de tipo industrial, con elementos metálicos y una paleta de colores oscura y poco saturada, que da un aspecto serio y lúgubre.
No se han cortado ni un pelo a la hora de representar escenas sangrientas. Este juego traerá un montón de vísceras, sangre, decapitaciones y amputaciones a Nintendo Switch. No es un contenido que sea habitual en la consola, desde luego, pero creemos que actualmente, hay un importante número de jugadores en la base instalada de la consola que piden títulos de corte más adulto o violento que los que nos trae la gran N.
La interfaz del juego es muy sencilla, de rápido acceso y fácil de aprender, con menús de juego simulando un papel antiguo y submenús de armas que se ejecutan de forma simultanea al propio juego, sin romper el dinamismo de las batallas.
La música nos ha parecido discreta, aunque con buenas composiciones que ayudan a ambientar el juego. Aunque el mejor elemento del apartado sonoro son los efectos. El sonido de los pasos de los enemigos y sus voces nos darán una idea de dónde se encuentran, y serán bastante importantes para su localización y emprender ataques por sorpresa.
El juego ha sido doblado a varios idiomas, incluido el castellano, y aunque su calidad no es del todo mala, nos quedamos con la versión inglesa.
Matar nazis como método antiestrés
Curiosamente, si nos tenemos que remontar a juegos FPS en Nintendo Switch, uno de los primeros nombres que se nos viene a la cabeza es Doom, y valga la redundancia, Panic Button también se encargó de este juego. De hecho, podríamos tomarlo como terreno de prácticas para que el port de Wolfenstein 2 llegara a buen puerto.
Se trata de un juego de disparos donde tendremos que recorrer distintos escenarios eliminando enemigos, desactivando trampas y cumpliendo objetivos. El modo de juego no viene a reinventar el género, aunque si que lo lleva a cabo con acierto, especialmente por el uso de armas distintas y especiales, la posibilidad de disparar con dos armas simultáneamente, los ataques cuerpo a cuerpo, o el dinamismo de movimiento en general.
Podremos movernos con el joystick izquierdo y apuntar con el derecho, pero Panic Button ha querido regalar a los Nintenderos una opción a la que le cogimos el gusto con juegos como Splatoon, y que viene a las mil maravillas: el apuntado por control por movimiento.
Usando los giroscopios de los mandos de Switch, podremos realizar un apuntado preciso junto con el joystick derecho. El funcionamiento es perfecto, y por si no os gusta la configuración por defecto, podremos modificarla a nuestro gusto a través de el menú de ajustes.
El dinamismo de las batallas encaja a la perfección con la agilidad y rapidez que da el control por movimiento, además de que es una característica que, seguro, habrían pedido los jugadores de Switch más pronto que tarde. Lamentablemente, no se ha dado soporte a la pantalla táctil del juego, aunque si a la vibración en HD, que, aunque esté incluida en el menú y pueda desactivarse, realmente no hemos notado grandes diferencias respecto a un sistema de vibración normal.
En conclusión, tenemos una forma de jugar muy intuitiva, dinámica y ágil, potenciada por un excelente uso del control por movimiento, algo que los Nintenderos pedimos en todos los shooter que aparecen en la consola, pero que pocas veces se nos concede.
La variedad de escenarios y pantallas hace que, a pesar de que sea un juego un tanto monótono, los cambios en la forma de jugar y objetivos hacen que no nos cansemos. La duración del juego para completarlo, a un ritmo normal, está en torno de las 15 horas. Una campaña bastante larga que no decae debido a lo rápido que avanza la trama, así como los giros argumentales.
Podremos elegir entre 6 niveles de dificultad, además de uno ultradifícil especial que debe ser desbloqueado, previamente habiendo completado los anteriores. Tendremos pequeñas motivaciones o incentivos para rejugar la historia en niveles de dificultad más elevados, como conseguir coleccionables o desbloquear extras.
Donde quieras, pero en solitario
Wolfenstein 2 es un juego concebido como un titulo completamente para un jugador. No se ha querido dar una experiencia alternativa online que pudiera empañar o distraer la atención de la campaña, y es que tanto nosotros como Bethesda, creemos que todavía existe un público que prefiere este tipo de juego a las experiencias online.
Al contrario que lo que ocurre normalmente con las versiones de juegos “grandes” que llegan a Switch, este lo hace con apenas contenido exclusivo, más allá de la inclusión del sensor de movimiento como método complementario de control. Así que no esperéis una skin de Mario o una tubería verde como arma en el juego: es una versión del juego en toda regla para Switch.
No hemos tenido ningún problema con las capacidades especiales de Nintendo Switch, teniendo un funcionamiento incluso mejor y más estable en formato portátil, y con un buen control tanto con este modo como con el televisor, jugando con el Joy-Con Grip o el mando pro de Switch.
Lucha por la libertad
Nintendo Switch se ha hecho mayor. Llega un FPS adulto a la consola, que demuestra que puede correr perfectamente juegos actuales correctamente.
Panic Button no se ha conformado con llevar a la consola un port reduciendo la calidad de los elementos y dejando una versión vacía, sosa y sin gracia. Ha mantenido una enorme cantidad de efectos visuales, teniendo como objetivo un framerate de 30 imágenes por segundo con una resolución variable, permitiéndose incluso el lujo de llegar a los 1080p en formato televisor, o aplicar suavizados en la versión portátil para que luzca impresionante.
Aunque no todo es el apartado gráfico, y Wolfenstein 2 es un juego con mucha carga argumental. Un viaje a la locura nazi de los 60 en un universo paralelo, donde conectaremos con los personajes y nos meterán de lleno en su historia para acabar con la general Engel y su grupo de psicópatas.
Debemos agradecer el detalle a Panic Button de incluir el control por movimiento en el juego, que, a nuestro parecer, lo hace más ágil y preciso de lo que ya es.
Esta versión de Wolfenstein 2: The New Colossus demuestra que es posible una Nintendo Switch al día, potente, adulta y todoterreno. Ahora son los jugadores de la consola los que deben demostrar que quieren y desean más contenido de este tipo.