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[Análisis] The Long Reach

Al salir de ver Alien: Covenant hace un año, en una discusión como cualquier otra con mi admirada Elodie Mellado (debo ir con cuidado con lo de mi, no sea que incurra en un gesto machista), hablamos sobre el género de ciencia ficción. La discusión la empezó que yo dijera que Star Wars era una película de ciencia ficción, y ella saltó como un resorte a desmentirme:

—¡Qué dices! Star Wars es una película de aventuras.

—Claro, y de ciencia ficción —repliqué—.

—No. Ciencia ficción es todo aquello que tiene que ver con un dilema pensado en el futuro o en la ciencia actual. Y Star Wars no presenta dilemas de ningún tipo, a diferencia de Blade Runner, Alien o Arrival.

No recuerdo cómo siguió, pero seguro que no dimos ni ella ni yo el brazo a torcer. Mi conclusión final, tan diplomática como siempre, debió de ser:

—Pues hay películas de ciencia ficción con y sin dilema, ¡como si el dilema fuera exclusivo de este género!

¿Y qué tiene que ver esta confesión que no importa un carajo a quién lea esto que se supone que es un análisis de un videojuego llamado The Long Reach en Nintendo Switch? He aquí la asociación de ideas: el caso es que The Long Reach es del tipo ciencia ficción con dilema. O ciencia ficción a secas, según mi admirada Elodie (debo seguir yendo con cuidado con lo de mi, no sea que incurra de nuevo en un gesto machista).

La intención de un novel

Mi abuela dice que la gente joven está preparada de sobras y cargada de ilusión, y que da gusto verla. Roman Tomilin es uno de esos jóvenes que mi abuela tomaría como joven preparado y lleno de ilusión, que ha fundado una propia compañía de videojuegos para hacer lo que a él y a sus colaboradores les gusta hacer: crear videojuegos.

Bajo el nombre de Painted Black Games (claramente influenciado por obra maestra del Rock de The Rolling Stones), ha decidido probar el género de la aventura gráfica de terror psicológico. Así se resume escuetamente a The Long Reach. Hay un laboratorio; una científica con un proyecto peligroso, extramuros de la moral de la sociedad; el proyecto sale mal y desencadena una epidémica locura colectiva. Stewart, el personaje que controlamos, está en medio de esta situación paranormal.

Al tratarse de un proyecto novel, entiendo que las ganas y la ilusión se deben dar por supuestas. Sobre la jugabilidad base de la aventura gráfica —este juego recuerda por mecánicas a las obras clásicas de Ron Gilbert, por ejemplo—, Tomilin y compañía debieron hacerse preguntas sobre cómo acercar el juego al terror psicológico. La respuesta la encontraron —a mi entender— en la violencia extrema e irracional de los científicos contagiados por el virus de la locura y en los efectos de sonido que llevan la tensión al oído del jugador.

En parte, consiguen su objetivo. Lamentablemente, solo en parte. La violencia extrema e irracional se entiende, pero no causa tanto terror como debería. El tráiler del juego expresa mucho mejor la sensación de horror y tensión que el propio juego, puesto que este cuenta con demasiadas limitaciones técnicas y algún bug que lo convierten en un producto imperfecto. Los efectos de sonido son buenos, más todavía si presumes que los medios con los que cuenta el estudio son limitados. Pero, de nuevo, no consiguen eclipsar las pequeñas taras de la jugabilidad, con unos puzles tan planos y poco diseñada para generar miedo. Es como si solo quisieran transmitir miedo a través del envoltorio, sin intentar adentrar al jugador a la locura que demanda este título.

Como he referido anteriormente, este videojuego trata uno o varios dilemas. ¿Está justificada la experimentación científica sean cuales sean sus experimentos? ¿El fin, mejorar la vida de la comunidad, justifica los medios? Etc. Estos dilemas suenan a manidos. Por suerte, el juego depara algunos giros de guion que llevan el dilema a planteamientos más modernos e interesantes.

Conclusiones

La grandeza de este título es la intención de sus responsables en llevar a cabo un proyecto lleno de tensión propia de la locura y de dilemas propios de la ciencia ficción. Para ello presentan personajes idos que causan verdadero pavor, especialmente acentuado con un buen apartado sonoro. Tristemente, todas estas ideas geniales no logran maravillar debido a un diseño de los niveles plano y ajeno al terror.

The Long Reach se lanzó en la eShop de Nintendo Switch el pasado 15 de marzo a un precio de 14,99 € (durante las primeras semanas cuenta con descuento). Textos en español. Tamaño de descarga, cerca de 460 MB.

6.5

[Análisis] The Long Reach

Puntuación Nintenderos: Buen juego

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Lleno de intención y de ideas geniales.
  • El juego te lleva a dilemas morales propios de la ciencia ficción.
Flojea en:
  • Los puzles y las limitaciones técnicas desentonan con el conjunto del juego.