[Análisis] Super Toy Cars
Tras su paso por plataformas como Wii U y PC, Eclipse Games ha decidido traer también hasta Nintendo Switch su alocado título de carreras llamado Super Toy Cars, para tener diversión sobre ruedas ahora también de manera portátil además de en nuestro televisor. ¿Nos pasamos a comprobar el resultado?
Tabla de contenidos:
Cuando jugábamos a los cochecitos…
Seguro que la mayoría de nosotros tenemos un recuerdo de nuestra infancia en el que dejábamos volar la imaginación con nuestros pequeños coches de juguete, mientras fabricábamos nuestros propios circuitos domésticos por cualquier parte de la casa.
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Los había más afortunados, que tenían aquella alfombra con los dibujos de la carretera, las señales y el entorno ya creado. Pero los que no disponíamos de tal escenario, les dábamos forma entre piezas de construcción, botes vacíos, chapas, tablas de madera… y todo lo que pillásemos. Y Super Toy Cars nos trae un flashback de estos pequeños grandes momentos para provocarnos ese pellizquito de nostalgia y volver así a la diversión pura y dura.
El juego plantea así una dinámica muy sencilla: diferentes coches de juguete para elegir y correr así entre unos circuitos que evocan diferentes partes de la casa, como el garaje, la cocina, la habitación… con elementos que se desploman y nos hacen recordar que aquellos escenarios que creábamos de niños, eran tan originales como efímeros.
Con un planteamiento así, habría que ser de piedra como para no acercarse a Super Toy Cars… y una vez que lo hagáis, como mínimo, os sacará una sonrisilla.
Vamos a correr
Diversión al instante, esa es la premisa de Super Toy Cars. De primeras, nos encontramos con un sencillo menú donde podremos jugar al Modo Historia, una Carrera Rápida – que también podremos jugar en modo multijugador a pantalla partida para hasta cuatro usuarios- o acceder a los Extras, que básicamente se componen de un tutorial y la posibilidad de ver nuestras mejores marcas. Ya de primeras notamos un recorte respecto a la versión de Wii U, y es que no se ha incluido el Editor de Pistas que podría haberle dado algo más de vida al título. Un hecho incomprensible que hayan decidido eliminar tal opción.
Pasando al Modo Historia, que es donde reside el jugo de Super Toy Cars, nos encontraremos con ocho eventos compuestos de seis tipos de pruebas cada uno. Estas pruebas contienen diferentes desafíos, que se reparten de la siguiente forma:
- Carrera: Como su propio nombre indica, una competición básica de velocidad.
- Time Attack: Prueba de velocidad en la que debemos pasar por los checkpoints antes de que se acabe el tiempo.
- Contrarreloj: Batir el record de la pista para ganar el primer puesto.
- Eliminación: Una carrera en la que cada poco tiempo se va eliminando el último clasificado hasta quedar solo uno.
- Evasión: Se trata de un modo Eliminación donde el circuito está plagado de minas.
Dependiendo el puesto en el que quedemos en cada una de las pruebas, nos darán una serie de puntos, siendo diez el máximo y completando así cada uno de los eventos. Al hacerlo, también ganaremos monedas con las que adquirir nuevos vehículos para nuestro garaje y mejoras para los mismos.
Durante las carreras, además de acelerar y frenar, dispondremos de un turbo que podremos activar una vez se llene la barra superior de color azul y una serie de ítems repartidos por los circuitos que podremos usar en nuestro favor: misiles para lanzar a nuestros oponentes, una bola de billar gigante, trampas y recargas instantáneas de turbo. No son gran cosa, pero ayudan a ganar en situaciones apretadas.
Aquellos maravillosos mundos
Super Toy Cars entra por los ojos, así de simple. No hace alarde de grandes virguerías técnicas, pero sus diseños mezclan el colorido y la originalidad a partes iguales. En primer lugar, los coches, que van desde utilitarios a fórmula 1 pasando por furgonetas clásicas, remarcan ese aspecto de juguete que el juego quiere impregnar. No hay un gran número de modelos, pero los que hay se diferencian bastante entre sí. Además, podemos darle un toque más personal cambiándoles el color, y también podremos mejorar algunos de sus elementos, como los frenos, el motor, el cambio de marchas… a medida que ganemos carreras y con ello, monedas para poder adquirir estas mejoras.
Sin embargo, el impacto más nostálgico llega con sus escenarios, unos circuitos repartidos entre diferentes localizaciones de lo que podría ser la casa de cualquier niño, rodeados por elementos tan dispares como latas de tomate vacías, botes de caramelos que se abren en medio de la carrera, tornillos y tuercas, piezas de construcciones… todo es una oda a esa infancia en la que dejábamos volar la imaginación sin ataduras, y dejan un gran sabor de boca. Es una pena que no haya una mayor variedad de escenarios, ya que se acaban tornando escasos. El juego se mueve muy bien tanto en modo portátil como en sobremesa, aunque en momentos muy puntuales pega algún que otro tirón que no llegan a ser demasiado molestos.
En el aspecto sonoro, el juego vuelve a lucirse con una banda sonora de The Spin Wires, el grupo rockero que pone unos temas muy acordes al ritmo de juego, aunque se nos pueden llegar a quedar cortos en número. Los efectos de las explosiones, los derrapes y el rugido de motor de los diferentes vehículos suman puntos a una más que notable experiencia audiovisual.
¡Al volante!
En el aspecto jugable, Super Toy Cars propone una dinámica sencilla que se lleva a cabo de una forma fluida aunque con pequeñas lagunas, pues en ocasiones el coche se nos queda pillado en un punto determinado o parece congelarse al caer de algunas rampas, lo que hace que nos reinicie en el mismo punto pero perdiendo posiciones. Ese reinicio se produce también cuando nos salimos del circuito o cuando chocamos demasiado fuerte contra alguno de los límites del escenario, algo que también rompe un poco con la dinámica.
La sensación de velocidad que transmite es bastante buena, y dependiendo del vehículo que elijamos tendremos un comportamiento u otro. En este punto, encontraremos momentos en los que los movimientos del coche nos pueden resultar algo surrealistas al salirnos de una curva o impactar contra otro vehículo.
Respecto a los controles, cabe destacar que en el modo multijugador necesitaremos de un par de Joy-Con por cada jugador, pudiendo competir hasta cuatro usuarios en la Carrera Rápida. Por tanto, no podremos jugar contra un amigo si este no tiene otro mando completo, algo que resta opciones a la hora de usar su multijugador. Tenemos tres tipos de cámara, dos de ellas se sitúan en la parte trasera del vehículo, teniendo la opción de escoger entre la Lejana y la Cercana, y una Isométrica, vista desde el cielo que recuerda a un clásico como aquel Micro Machines de NES.
En cuanto a la duración, Super Toy Cars se hace bastante corto, quedando todo el peso relegado al Modo Historia, cuyas pruebas se pueden superar en pocas horas y sin demasiadas complicaciones. Por otro lado, resulta un tanto incomprensible que se haya eliminado el Editor de Pistas que ya se encontraba en la versión de Wii U, y que el online quede rlimitado a una simple tabla de tiempos, sin poder competir con otros usuarios del mundo.
Conclusiones
Super Toy Cars llega a Switch con la intención de ser una opción a tener en cuenta entre los títulos de velocidad de la consola, pero que se acaba quedando corto en opciones y contenidos. Cuenta con unos gráficos y un apartado sonoro muy atractivos que nos hace viajar a nuestra infancia, pero son poco aprovechados por una duración muy limitada y un escaso abanico de modos de juego y desafíos. Aún resulta incomprensible que a esta escasez de contenidos se le añada la eliminación del Editor de Pistas que ya contenía la versión de Wii U, dando la sensación de quedarse como un título incompleto para la máquina híbrida. Si no lo probasteis en su momento y queréis divertiros como lo hicisteis de pequeños jugando a los coches, puede ser una opción recomendada, que ya se encuentra disponible en la eShop de Nintendo Switch al precio de 8,99 € y para el que necesitaréis 612 MB.