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[Análisis] A Normal Lost Phone

[Análisis] A Normal Lost Phone

Mi vida no es apasionante, pero dejad que os cuente algo sobre mí. Era principios de septiembre de 2014, la noche antes de que mi amiga Elodie y yo cogiéramos un avión para ir a Venecia para acudir al festival de cine que anualmente se celebra allí.

A los dos nos entusiasmaban los videojuegos —esto todavía no ha cambiado— y ella me quiso enseñar el juego del que todo el mundo hablaba: la demo del nuevo Silent Hill, llamada P.T. Nos aterramos en la hora aproximada que se tarda en recorrer una y otra vez ese pasillo tan claustrofóbico. Al completarla, nos pusimos a debatir posibles interpretaciones sobre el juego: ¿Quién eres? ¿Por qué te castigan tanto? ¿Por qué salta un error en mitad del juego? ¿No será que el jugador somos nosotros y llevamos unas gafas de realidad virtual?

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Estas preguntas nos derivaron poco a poco a teorizar sobre los videojuegos e incluso a proponer uno nosotros. Si el jugador y el personaje pueden ser la misma persona, como dedujimos al plantear la última pregunta, ¿cómo podríamos hacer un videojuego con esa idea? Necesitábamos una idea barata de producir, así que las gafas de realidad virtual no eran posibles. ¿Y si simplemente usábamos el escritorio del ordenador? Que el jugador escudriñara el escritorio de un ordenador con un sistema operativo propio (o libre, como Linux). Nos quedamos callados a sabiendas de que la idea no era para nada disparatada.

El tiempo nos ha dado la razón y, después de Her Story, muchos han sido los juegos que han llevado esta idea que azarosamente tuvimos durante el verano de 2014. Ahora, uno de los títulos más exitosos con esta fórmula llega a Nintendo Switch: A Normal Lost Phone.

Una historia de visibilidad

En A Normal Lost Phone el jugador no escudriña el escritorio de un ordenador, sino los menús un móvil perdido. Gracias al nombre, ya conoce detalles de la historia: el personaje del juego es el mismo que el del jugador: alguien que se ha encontrado un móvil perdido. Puede ser cualquier persona, porque cualquier persona puede encontrarse un móvil perdido. Es decir, aplica un método narrativo que todo lo cuadra.

Las opciones que te da el teléfono móvil como interfaz narrativa son fáciles de deducir: un WhatsApp, un email, un Tinder, la galería de fotos, el navegador de internet, etc. A través de la mirada indiscreta del jugador que, pacientemente, se dedica a cotillear en la vida de los demás, A Normal Lost Phone te cuenta una vida concreta.

¿Qué clase de vida es la que te cuenta? La de un chico, Sam, que acaba de cumplir 18 años y que lleva una vida muy organizada entre el colegio, su dedicación a la música, sus amigos, su familia, el club de juegos de mesa y el club de lectura.

Pese a ser innovadora y construirse en el medio del videojuego, esta es una obra literaria, y como tal ofrece una trama, con su nudo y su desenlace. Por tanto, habrá un desarrollo en los dos protagonistas de esta historia: Sam, por ser a quién pertenece el móvil y contar una cantidad enorme de información sobre él durante sus últimos dos meses, y el jugador, por ser quién descubre el móvil y va asimilando la información a medida que lee mensajes, deduce contraseñas y, en definitiva, conoce mejor a Sam.

Advertencia: a partir de aquí este análisis cuenta detalles de la trama que se conocen a partir de la mitad en adelante de la historia de este título. Esto es, hay SPOILERS.

Porque la verdad es que tras la vida presuntamente placentera de Sam se esconde un martirio vivido en silencio, ocultado a su entorno más cercano. Al principio, A Normal Lost Phone cuenta que el personaje que ha perdido el móvil tiene una orientación sexual amplia, que no se limita a querer a su novia Melissa. Esto permite una ambigüedad perfecta que el jugador desea desambiguar y le impide dejar de jugar hasta averiguar qué esconde Sam. ¿Es homosexual y no quiere decirlo porque su familia homófoba?

El caso es que a medida que el jugador lee mensajes y conoce más a Sam, la teoría de la homosexualidad lo lleva hasta un foro LGBT, en el que Sam tiene una cuenta. La historia que las tres fundadoras de Accidental Queen, el estudio detrás del juego, querían contar a partir de este método narrativo es dar visibilidad de este colectivo que sufre en silencio la falta de empatía y el desconocimiento social de su razón de ser.

El mundo del videojuego no es ajeno a este desconocimiento. Recuerdo que este año hubo una polémica con Mass Effect: Andromeda porque un personaje femenino transexual (esto es, con cambio de sexo) contaba su pasado hombre (o su pasado mujer en un cuerpo cuyos genitales son externos) en la primera línea de diálogo. Fue polémico porque transexuales y transgénero confesaron que no es algo que quieras airear en la primera conversación que tienes con nadie.

En respuesta indirecta a esta falta de rigor de Bioware, Accidental Queen ha consultado a un extenso grupo de transexuales y más personas relacionadas con el colectivo LGBTI para asegurarse de que los mensajes en su juego eran más o menos fieles a la realidad. El foro al que hago referencia dos párrafos más arriba trata especialmente este tema con abundancia y se sirve de los consejos de quienes han sido consultados.

Debo decir que, al concluir esta breve historia de visibilidad, me han invadido sentimientos contradictorios. Por un lado celebro que se ayude a la sensibilización de la sociedad de cualquier asunto mediante cualquier expresión artística, y la reclamación de libertad de orientación sexual o la falta de empatía sobre la disforia de género son dos claros ejemplos de temas que deben sensibilizarse socialmente. No obstante, por otro lado, el final es tan ideal que convierte el juego en una especie de panfleto e idealiza el drama.

Supongo que esta última afirmación está condicionada por haber jugado a A Normal Lost Phone el mismo día que vi Lady Bird, cuyo final es lo opuesto a idealizar el drama. Y me encanta.

Conclusiones

A Normal Lost Phone cuenta una historia de visibilidad sobre un colectivo que a menudo pasa desapercibido en la sociedad heteropatriarcal que vivimos. Es una buena muestra de que el medio del videojuego sirve como expresión artística válida para sensibilizar a la sociedad de sus problemas más cancerígenos.

La manera de contarlo es especial, una evidencia más de que la narración en los videojuegos es mucho más que el point and click o la lectura con pocas acciones para el jugador.

A Normal Lost Phone estará disponible en la eShop de Nintendo Switch a partir del 1 de marzo a un precio de 5,99€. Completamente en español bien traducido. Pesa nada: poco más de 100 Mb.

 

8.0

[Análisis] A Normal Lost Phone

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Incorpora un tema que es necesario: la sensibilización social en torno al colectivo LGBTI.
  • La manera de contar la historia, tan única del medio del videojuego.
  • Es tan corto que lo puedes acabar en una hora y pico, y eso es genial para un juego narrativo.
  • Se puede jugar en modo portrait: en portátil, con la pantalla en vertical y con controles táctiles.
Flojea en:
  • Algunos detalles menores rompen la inmersión del juego.
  • Probablemente sea mejor jugarlo en un móvil, puesto que el juego emula la interfaz de un móvil.