[Análisis] Night in the Woods
Estamos en la mejor época para jugar a videojuegos. Dejando a un lado la nostalgia, los videojuegos nunca han sido tan populares, tan accesibles, tan variados y tan experimentales. En estos últimos años, ha crecido la tendencia de superponer la historia frente al videojuego, pero sin abandonar del todo la jugabilidad que los convierte en eso, en juegos. Los walking simulators y compañía han causado un gran revuelo en mi cabeza, al tener en frente un gran producto, pero no saber si calificarlo como videojuego.
Lo que está claro es que la línea entre lo que es videojuego o no cada vez es más difusa, y realmente lo importante es que nos encontramos ante historias maravillosas y personajes magníficos, independientemente del enfoque jugable del mismo. Night in the Woods es el ejemplo perfecto de una experimentación increíble de los límites narrativos del medio y fusionando tantos elementos (propios del videojuego, del cómic, del cine, de la literatura) que nos demuestra que aún nos queda mucho camino por recorrer en la evolución de los videojuegos y de su componente artístico y cultural.
Iniciado como un tímido proyecto de Kickstarter, Night in the Woods salió a la luz en febrero de 2017 (después de superar con creces su objetivo de financiación), y es ahora, un año después, cuando llega a Nintendo Switch. Llega a la consola de Nintendo en un port que contiene la versión más completa del juego, con todos los extras incluidos hasta la fecha. Es el momento de adentrarnos en el bosque.
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Tabla de contenidos:
Bienvenida a casa, Mae
El mundo de Night in the Woods está poblado por animales antropomórficos, y en esta historia encarnamos a Mae Borowski, una joven gata de 20 años que acaba de dejar la universidad para volver a su hogar, Possum Springs. El hogar de Mae es una pequeña ciudad (antiguamente un pueblo minero) azotado por la crisis económica y el envejecimiento de su población, y se convertirá en uno de los pilares del juego para lanzar afiladas críticas al sistema capitalista. Pero el verdadero pilar de este juego es Mae y sus sentimientos. Sus padres se han esforzado mucho para que su hija pudiera ir a la Universidad, y no entienden por qué ha vuelto y Mae no puede evitar sentirse culpable de la difícil situación económica de sus progenitores.
Mae busca refugio en sus antiguos amigos, pero poco a poco descubre que ellos han madurado más rápido que ella, que tienen trabajos y planes para el futuro. Se siente tan desbordada por la situación y le resulta tan complicado mostrar sus sentimientos que sólo se puede guiar por la violencia y la frustración (violencia que tiempo atrás ya le causó problemas en el pueblo). Añadido a todo esto hay una historia misteriosa que encierra una oscura relación con el pueblo, con sus amigos, con ella, e incluso con su relación con Dios. Esta trama es realmente la que lleva detrás el peso fuerte del juego, pero tarda mucho en arrancar y puede parecer que el juego no tiene un rumbo fijo hasta que comienzan los misterios y la trama oscura/sobrenatural.
El juego está dividido en los días que Mae está en el pueblo, de mañana a noche, y aquí viene lo bueno: nosotros decidimos casi todo lo que hacemos. Podemos elegir en quedar directamente con nuestros antiguos amigos o, por el contrario, irnos al río subterráneo del pueblo y hablar con los estudiantes de instituto que se reúnen allí. El pueblo está plagado de personajes interesantes, con sus propios problemas, tramas y forma de relacionarse con nosotros. Es decisión nuestra con quién hablamos, por qué lo hacemos y a dónde queremos llevar esa relación.
Por ejemplo, un pequeño ratón de 15 años, llamado Lori Meyers, siempre estará en un tejado de la ciudad. Nosotros elegimos si hablar con él o pasar de largo. Si decidimos conversar con él, podemos decidir si hacerlo todos los días, o sólo los que queramos. Cuando más nos relacionemos con los personajes, mayor vínculo y mayor relación estableceremos con ellos.
Aquí viene lo malo: el juego está en inglés. No es necesario un nivel muy avanzado, pero si que es cierto que con un nivel medio-alto es como disfrutaremos más del juego. Cuando un juego no está traducido a nuestro idioma siempre es un punto negativo, pero en juegos donde tiene tanta importancia la trama y hay tantos juegos de palabras es casi un pecado. Entiendo que para un estudio indie traducir y localizar toda la enorme cantidad de diálogos en el juego es una tarea titánica y muy cara. Es realmente una pena que no todo el mundo pueda disfrutar de los pensamientos de Mae. Una verdadera pena.
Possum Springs
Movernos por Possum Springs es una verdadera maravilla visual y jugable. Los controles responden realmente bien, y a esto se le añade las 60 imágenes por segundo a las que se mueve el juego, y con una resolución de 1080p en el dock (720p en el modo portátil). Las animaciones de Mae son tan fluidas que es estupendo ver como se mueven sus orejas al saltar o como se tambalea entre los tejados de la ciudad. Y si a esto le añadimos su fantástico estilo cartoon (sus líneas rectas y forma geométricas recuerdan a series como Samurai Jack) estamos ante una delicia visual.
La ciudad no es el único lugar donde nos moveremos, ya que dependiendo de con quien quedemos, y con el transcurso de la historia, iremos visitando diferentes localizaciones cerca de la ciudad: el bosque, el centro comercial a punto de cerrar, el cementerio, un museo, los raíles del tren, la estación…
A esto se le añaden los minijuegos que componen y nutren un poco más el aspecto jugable del juego. Cuando tocamos con nuestra banda (nuestros antiguos amigos de instituto), nos encontraremos ante una pantalla al más puro estilo Guitar Hero. También podemos robar galletas para alimentar a unas pequeñas ratas, ir en barco por el río en busca de chatarra, usar un telescopio para ver las constelaciones y aprender sobre la propia mitología del universo del juego; o jugar a un dungeon crawler llamado Demontower en nuestro portátil, y es realmente divertido (podría ser un juego por sí mismo). También es cierto que a veces estos minijuegos rompen con el curso narrativo de la historia “principal” pero no dejan de ser divertidos y entretenidos.
La banda sonora es realmente buena, y las canciones de la banda recuerdan a los grupos de rock de los 90. En el juego aparece la letra de las canciones, pero no son cantadas, son simplemente instrumentales. Sin embargo, los fans del juego han invadido la red con sus covers y es quizás uno de los comportamientos fans-producto que más me ha emocionado en mi vida como jugón. Y más allá de las canciones de la banda, los temas ambientales del juego son muy notables y cumplen la función pensada en cada momento (destacaría Astral Alley y Weird Autumn como los mejores temas en mi opinión).
El aspecto más llamativo del juego son sus diálogos. Son cercanos, terriblemente divertidos y devastadores cuando necesitan serlo. Los personajes principales como Mae, sus padres y sus amigos Gregg, Angus y Beatrice resultan individuos con los que es muy fácil empatizar y están tremendamente bien presentados y colocados en el juego. Además se trata de una historia que no es nada normativa y resulta una representación brutal de nuestro tiempo, de los cambios, de las personas que se resisten a crecer, que tienen dudas existenciales y no tienen con quién compartirlas.
Extras
Y eso no es todo, la versión del juego para Switch contiene un apartado de extras que nos muestra una galería de artes conceptuales del juego (iremos desbloqueando las imágenes a medida que avanzamos en el juego y en las relaciones con los demás personajes). Además, se añaden dos pequeñas historias adicionales: Lost Constellation y Longest Night. Longest Night nos presenta a Mae y a sus amigos en una hoguera mirando las estrellas. A través de un pequeño minijuego que consiste en unir las estrellas que emiten el mismo sonido, iremos formando constelaciones e iremos descubriendo más de la increíble y rica mitología que tiene detrás el universo de estos animales antropomórficos. En Lost Constellation nosotros controlaremos al protagonista de un cuento que le está contando a una pequeña Mae su padre. Son contenidos que se agradecen y que alargan la vida del juego, que llega a tener una duración muy subjetiva, ya que depende casi enteramente de con quien decidamos hablar, cuantas veces lo hagamos y que respondamos. La duración ronda unas 8/9 horas de media.
Conclusión
Night in the Woods nos transporta a un mundo de pasados tormentosos, futuros inciertos, y de una joven perdida en el presente. Resulta difícil encontrar otro juego que resulte tan cercano y tan subjetivo a la vez, jugando y experimentando con los límites narrativos del medio. Su estilo artístico, su música, sus personajes y su historia lo convierten en una obra indispensable para Nintendo Switch. Como os comentaba al principio, estamos en la mejor época para jugar a videojuegos, y obras como Night in the Woods son la prueba. No tengáis miedo a adentraros en el bosque.
Podéis encontrar Night in the Woods en la eShop a un precio de 18,99€/ 17,09£ / 19,99$ y necesitaréis 6,3 GB de espacio para el almacenamiento para el juego.