[Análisis] Squareboy vs Bullies: Arena Edition
Tras su lanzamiento en Nintendo Switch, Ratalaika Games nos trae a Nintendo 3DS una aventura de las de antaño, un beat’em up que recuerda a la época de recreativas o incluso a los juegos de Game Boy. Sin embargo en su premisa sencilla y llamativa se encuentra su mayor debilidad. No todo tiempo pasado fue mejor.
Karate Kid al cuadrado
Squareboy es un chaval normalillo que está esperando al bus, y de repente se ve atacado por unos matones. Despierta después de la paliza que le han dado en un dojo, donde un sensei le enseña artes marciales. A partir de ahí Squareboy va por la ciudad dando mamporros a todo matón que se encuentre.
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La historia es una chorrada bestial, pero tampoco le vamos a pedir mucho más a un juego de “yo contra el barrio”. Squareboy tiene una lista de movimientos muy sencilla: te mueves con la cruceta (con el joystick analógico es un suplicio), golpeas con B y saltas con A. Y con eso tienes para todo el juego. Hay combinaciones interesante como dar una patada giratoria si pulsas: arriba, abajo y B; pero realmente te vas a pasar el juego aporreando B, y haciendo dashes de un lado a otro para llevarte a todos los matones posibles por delante.
Este modo “Historia” nos lleva por unos 15 niveles (el primero es una cutscene cutre), donde iremos yendo a por los diferentes jefazos de los matones: uno con una bandana roja, un ninja y el gran jefe de los matones. Cabe destacar que la dificultad no es muy alta, habré muerto durante el juego unas 2 veces, y la presencia de botiquines (en lo que parecen cajas de pizza, es un detalle), de vez en cuando en cada nivel ayuda bastante.
En la pantalla de abajo se muestra nuestra salud en números, un poco innecesario porque ya aparece arriba en forma de barra roja, y un contador de estilo. Este contador irá subiendo a medida que hagamos combos especiales, dashes, contraataques, etc. Al final de cada capítulo nos darán una puntuación que podemos intentar superar, pero creo que a nadie le va a quitar el sueño.
Los decorados/fondos del juego son muy pobres, y parece que es a lo que menos tiempo han dedicado. Los enemigos tampoco es que sean lo más original del mundo, y son todos copias del enemigo básico, que viene a ser un cuadrado con el ceño fruncido. Tenemos al enemigo con la cresta punk, uno con un sombrero de mafioso que nos dispara (yo tampoco entiendo el porqué), uno con una bandana roja, otro con una banda azul que nos lanza bolas de béisbol, algunos ninjas, otros con una cacerola en la cabeza y unos con casco de obrero lanzándonos martillos.
El combate tiene su intríngulis en que saber identificar las amenazas y establecer prioridades: los enemigos que lanzan proyectiles son los más peligrosos, así que primero hay que ir a por ellos y acabar cuanto antes con una amenaza a distancia. Aunque… también puedes acabar con los enemigos básicos antes (tienen menos vida) y te libras de los ataques cuerpo a cuerpo. La decisión establece tu forma de jugar y es realmente lo más divertido del juego. También es cierto que cuando entran en juego las armas o los objetos que se pueden lanzar en el juego pueden cambiar tus prioridades. Sin embargo, de armas solo tenemos el bate y la cadena, y de objetos que podemos lanzar están la papelera, una caja de cartón o una rueda. Algunas armas más añadirían un poco más de tensión al juego (hay que quitarlas a tortas de los enemigos) y más diversión (aporrearles a cadenazos es mucho más divertido que tener que dar puñetazos). Una vez más, el juego acaba ofreciendo muy poco.
Dar cera, pulir cera
El juego es terriblemente corto, en una tarde lo acabas rápidamente. Cierto es que además del modo Historia cuenta con un modo Arena, donde deberemos enfrentarnos a oleadas de enemigos hasta que no podamos más, pero están divididos en 4 niveles, cada uno con una dificultad específica, y al acabar con eso… pues no queda mucho más. Hay una sección de logros que descubrí al acabar el modo historia y que, para mi sorpresa, había completado al 100%. No hay que esforzarse mucho, vaya. Con la puntuación del modo historia, con el modo Arena… se intenta buscar una rejugabilidad que no surge de ningún deseo del jugador. Una vez acabado, no existen las repentinas ganas de volver. Es una experiencia divertida, sí, pero no la repetiría, porque se volvería tediosa y aburrida. Es una rejugabilidad metida con calzador que solo afea más un juego que es un producto un tanto mediocre.
Conclusión
Squareboy vs Bullies: Arena Edition es un juego divertido y entretenido, pero que las 3 o 4 horas que dura son suficientes para no querer jugarlo más. Aún encima hay que tener en cuenta que el juego tiene ciertos bugs muy puntuales pero que no llegan a estropear la experiencia. Con su precio de 5 euros no resulta una opción muy llamativa. En un mercado tan competitivo como es los beat’em up, Squareboy no tiene nada que hacer, por mucho que vaya al dojo a entrenar. Os dejo con su tráiler en Nintendo Switch (no tiene de Nintendo 3DS):
Squareboy vs Bullies: Arena Edition está disponible en la eShop de 3DS por un precio de 4,99€ /£ 4,99 y ocupa un total de 111 bloques de memoria