[Análisis] Doom
13 de mayo de 2016. Fecha que marqué en mi calendario con énfasis, pues volvía Doom. Y por lo que se había mostrado en vídeos y gameplays, prometía volver a las raíces de la saga.
La entrega original de Doom, en 1993, bebió directamente de Wolfenstein 3D, pero mejoró la fórmula de manera sustancial,y fue pionera en muchos aspectos: creación de una comunidad online de creación de mapas (estamos hablando de un juego que salió en 1993, casi nada), establecimiento de los cimientos de los FPS (First Person Shooter) y un sinfín de características que se convirtieron en el A, B y C del género.
Entregas posteriores de la saga siguieron siendo un éxito, si bien tras Doom 3, en 2004, parecía que la saga había entrado en un punto muerto, pues se iba alejando del frenetismo de sus orígenes, para «diluirse» en un FPS de acción y terror.
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Y entonces, Bethesda Softworks hizo algo que parecía impensable: llevó la saga a sus raíces, una orgía de muerte y sangre terriblemente divertida, un juego cuyo verbo principal era el movimiento continuo y los combates frenéticos, nominado al GOTY de 2016, premio que finalmente se llevaría Overwatch.
Cuando comencé a jugarlo, recordé una de las frases que Rorschach, icónico personaje de Watchmen, dice a los presidiarios de una cárcel:
«Ninguno de vosotros lo entiende. Yo no estoy encerrado aquí con vosotros. Sois vosotros los que estáis encerrados aquí conmigo«
Y precisamente esa es la sensación que nos acompañará durante el transcurso del juego: los demonios, en todas sus formas, son legión, pero nosotros, el marine anónimo, somos una amenaza mayor para ellos, que ellos para nosotros. Un juego en el que la historia no es importante, y no es necesario que lo sea, pues el objetivo principal está más que claro desde el primer momento: hay que salir ahí fuera y matar unos cuantos demonios.
La pregunta que os estaréis haciendo es: ¿merece la pena la versión de Switch? Seguid leyendo para descubrirlo.
Tabla de contenidos:
Jugabilidad
Nos moveremos con el stick izquierdo, dispararemos con el botón ZR, lanzaremos granadas con el botón L (cuando las encontremos) y usaremos las habilidades especiales del arma (si las tiene) con el botón ZL. Pulsando abajo en el botón direccional podremos ver la misión actual y los retos cumplidos y por cumplir en el nivel, y pulsando arriba cambiaremos la habilidad especial del arma equipada (si hemos desbloqueado las dos).
Con el botón B saltaremos, con A nos agacharemos y con Y sacaremos la brutal motosierra (cuando la encontremos), cuyas muertes nos darán gran cantidad de recursos. Con el botón -, accederemos a un completo mapa, y si mantenemos pulsado L, podremos acceder a nuestro arsenal de armas completo.
Durante el transcurso del juego, iremos completando objetivos, que darán paso a otros objetivos. La premisa nunca cansa, y si en algún momento nos perdemos (personalmente me ha pasado una sola vez cuando lo he rejugado en Switch), echar un vistazo al mapa bastará para saber donde tenemos que dirigirnos.
El primer «tirón de orejas» de esta versión de Switch tiene que ver con el botón de interacción, tanto a la hora de las ejecuciones (los enemigos, cuando reciban cierta cantidad de daño, parpadearán, y si pulsamos el joystick derecho, acabaremos con su vida de una manera brutal) como de recoger objetos, también pulsando el stick derecho. En opinión de este humilde analista, quizás tendría que haberse escogido uno de los botones «básicos» (A, B, X o Y) para dichas interacciones.
Podremos mejorar nuestro traje encontrando fichas de Pretor, que recogeremos de cadáveres de los guardas de élite humanos, y para mejorar nuestras armas, dispondremos de puntos de mejora de armas, que obtendremos completando retos, descubriendo secretos y aumentando nuestra clasificación de combate.
El punto más importante dentro de la jugabilidad es sin duda alguna el movimiento: en Doom, el estatismo es sinónimo de muerte. El juego nos anima y obliga a estar en continuo movimiento durante los combates, creando un ambiente realmente frenético, donde las balas no son tan importantes, pues el escenario y los enemigos nos darán los recursos que necesitemos, si bien lo harán si jugamos «bajo las reglas de Doom», es decir, usando de manera continua las ejecuciones de enemigos.
Gráficos y sonido
Y llegamos al que probablemente sea el punto más importante de este análisis: el aspecto gráfico del título. Los 30 frames por segundo del título respecto a los 60 del resto de plataformas han sido amplio motivo de debate, si bien dejaré algo bien claro: la experiencia de juego sigue siendo igual de frenética y divertida, y no enturbia demasiado el gameplay. No hay bajadas de frames, y el juego se mantiene estable en los 30 fps.
Por supuesto que se nota la diferencia respecto a versiones más fluidas del juego, pero la diversión sigue ahí, y Panic Button se ha encargado de que la experiencia de juego del título se viva perfectamente. Y es que hay que señalar que si, son 30 fps, pero el título cuenta con un modo portátil que me ha sorprendido para bien. Mantiene los 720p de la versión en dock, se ve muy bien para ser una versión portátil de Doom y, de nuevo, corre a 30 fps estables sin una sola caída de frames.
Si que debo de hablar del antialiasing, bastante agresivo bajo mi punto de vista, que hace que en ciertos momentos los fondos se vean algo borrosos, aunque no es algo que no se haya visto en el resto de plataformas (excepto en PC, que sigue siendo la mejor versión hasta la fecha). El resto de aspectos gráficos cumplen de manera más que adecuada, y como se ha dicho antes, la experiencia Doom sigue siendo estupenda en esta versión.
El diseño de niveles está muy conseguido con muchos secretos por descubrir, y con muchos elementos con los que interaccionar, como bidones explosivos. Los enemigos se repiten bastante, pero el uso de varios tipos de enemigo en cada combate le aporta un aire muy fresco, y no hace pesado el juego en ningún momento.
En cuanto al sonido, la banda sonora sigue siendo un punto fuerte de este título, con temas que beben de las bandas sonoras de otras entregas de la saga, que van desde la electrónica hasta el rock más duro (casi metal), acompañando a la acción de forma magistral y haciendo el gameplay aún más divertido si cabe.
Los menús siguen siendo muy sencillos en su navegación, y nos permitirán personalizar aspectos de jugabilidad del título, cambiar la disposición del mando, controlar los niveles de volumen y quitar el desenfoque de movimiento y la aberración cromática (recomiendo la desactivación de estas dos opciones). También podremos reiniciar la misión o cargar el juego desde el último punto de control.
Duración
La campaña de Doom se completa en unas 10-12 horas que se te pasarán volando. El juego es altamente rejugable (cuenta con varios niveles de dificultad, y algunos son un verdadero reto incluso para los jugones más empedernidos), el modo arcade es un genial añadido al título y el modo multijugador añade aún más horas a un título ya de por si sobresaliente. Además, y como colofón, la versión de Switch incluye todo el contenido descargable del título lanzado hasta el momento.
La ausencia más grave de esta versión es la del modo Snapmap: mapas creados por la comunidad que aumentaban la duración del título hasta el infinito. El juego cuenta con bastante contenido, si bien es cierto que es una auténtica pena que el «espíritu Doom» que crea la comunidad con sus mapas en el resto de versiones se pierda en la versión de Nintendo Switch.
Conclusión
Me gustaría comenzar con la conclusión de este análisis diciendo algo bastante obvio si ya habéis leído el resto de este texto: la versión de Doom de Switch es simple y llanamente brutal. No tiene los 60fps que el resto de versiones pero si cuenta con un modo portátil que creo que es uno de los principales puntos fuertes de esta versión. La mejor versión para disfrutar de este título en pantalla grande sigue siendo la de PC, no nos engañemos, pero esta versión nos permite matar demonios donde queramos.
Todos los miedos y temores que tenía respecto a esta versión han desaparecido de un plumazo cuando la he jugado: no es sólo Doom, es Doom dónde quieras y cómo quieras. Los hándicaps de esta versión principalmente son dos: los 30 fps (que personalmente creo que es una tontería tras jugar a esta versión) y la ausencia de Snapmap (se habría agradecido al menos poder acceder a los mapas de la comunidad, aunque no pudiésemos crear contenido desde Switch).
Si no has jugado a Doom, esta es una oportunidad de oro para hacerlo, pues esta versión no suda demasiado al compararse con la de otras consolas. La versión de PC sigue siendo magistral, pero la posibilidad de llevarnos Doom a cualquier parte es un punto muy a favor de una versión que sorprenderá a más de uno.
Puedes encontrar Doom en la eShop de Switch y en tiendas a un precio de 59,99€, y necesitarás un espacio libre de 14675,87 MB para poder descargarlo.