[Análisis] forma.8
Que el género metroidvania es uno de mis favoritos no es ningún secreto, y en los últimos tiempos están llegando a este él una gran cantidad de geniales títulos, muchos de ellos por llegar o ya presentes en Nintendo Switch. Forma 8 es uno de estos títulos, con sus propias particularidades que los hacen único, con un apartado visual muy vistoso y un control preciso.
Creado por la desarrolladora italiana MixedBag Srl, la premisa de este título es bastante simple: una nave espacial lanza unas sondas a un planeta para que lo exploren, y nosotros encarnaremos a una de esas sondas mientras deambulamos entre los diferentes lugares del misterioso planeta.
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Sin embargo, pese a que su jugabilidad y su apartado gráfico son más que correctos, hay una ausencia casi total de historia, y la manera que tiene el título de mostrarte los objetivos es bastante vaga, por decirlo de una manera amable. ¿Podrá superar esta importante carencia Forma.8? Sigue leyendo para enterarte.
Tabla de contenidos:
Jugabilidad
Al inicio del juego, tras una breve introducción, tomaremos control del protagonista, una sonda con total libertad de movimiento. Lo que más llama la atención nada más empezar es que no es un control “sobre suelo”, es decir, la sonda flota en el aire, si bien tendremos barreras físicas como paredes o lava.
Durante los primeros compases, nos iremos haciendo con el control, e iremos adquiriendo habilidades mediante los cuerpos de otras sondas, ahora caídas, que se asignarán automáticamente a un botón. Las habilidades son bastante variadas, como una “onda de choque” con la que podremos activar interruptores y golpear a los enemigos, unas bombas que podremos impulsar con la onda de choque o un sprint para ir más rápido.
El objetivo principal del juego será el de ir de un punto A a un punto B, aunque el juego realmente no cuenta con un sistema diferenciado de niveles. A lo largo de la aventura nos iremos encontrando con diferentes enemigos (diferenciados por tener un punto morado), que podrán acabar con nosotros si reducen nuestra barra de salud a cero. Si esto ocurre, deberemos comenzar desde el último punto de salvado, el inicio de nivel o una especie de rombos que servirán como checkpoint.
Para superar los niveles, a menudo tendremos que resolver diferentes puzles y conseguir llaves con las que desbloquear puertas, además de diferentes potenciadores para las habilidades, que iremos recogiendo en habitaciones y emplazamientos ocultas, como incentivo para explorar todo el mapa. Al pulsar L podremos ver un mapa con la disposición de las habitaciones y los diferentes objetos que hemos conseguido de la habitación en la que nos encontramos.
Lo realmente remarcable del título es su curva de dificultad, pues si bien los primeros niveles son bastante sencillos e intuitivos, llegará un punto donde algunos enemigos os la harán pasar canutas, o ciertas secciones de la historia que os costarán más de una muerte hasta encontrar la clave para pasar a la siguiente habitación, además de puzles cada vez más enrevesados e interesantes. Como punto negativo, la falta total de indicios de como seguir hará que tengas que pararte a pensar de vez en cuando, o directamente deambular por el mapa, pues los pasos a seguir no quedan del todo claros en alguna que otra ocasión.
Gráficos y sonido
A nivel estético, el juego es muy bonito, con un diseño de enemigos muy variado y con unos niveles bastante cuidados, si bien a veces la cámara del juego puede llegar a causar malas pasadas. En ciertos momentos de la historia, la cámara se alejará demasiado para ponernos en perspectiva y el personaje será un punto diminuto, además de notarse unos dientes de sierra que rompen un poco con la estética tan cuidada que tiene el título.
El diseño del protagonista es minimalista, sin ninguna cualidad a destacar, más allá de ser una bolita flotante. Los enemigos están claramente diferenciados, cada uno con su propio diseño y habilidades (salto, lanzamiento de bolas de energía…) y los jefes de nivel son completamente diferentes a los enemigos comunes, tanto a nivel estético como jugable.
La banda sonora está compuesta por música sencilla y agradable, que acompaña a la acción de manera adecuada, si bien no hay ninguna canción especialmente remarcable.
El diseño de los menús es bastante sencillo, teniendo el menú principal tres opciones: jugar, en la que elegiremos el archivo de nuestra partida (teniendo la opción de copiar archivos o borrarlos si así lo deseamos), las opciones (idioma y vibración) y los créditos. Este título viene traducido al castellano, lo cual es de agradecer, si bien dentro del juego no hay texto alguno y únicamente se aplica el idioma en los diferentes menús del juego.
Duración
El título tiene una duración de unas 7-8 horas, aunque para completarlo al 100% tendréis que explorar todos los recovecos de los niveles hasta encontrar todos los niveles. El juego, eso sí, no invita demasiado a la rejugabilidad, ya que una vez finalizado, habrás acabado con todo lo que el título tiene por ofrecer.
Conclusión
Si bien su jugabilidad, su curva de dificultad y su estética resultan muy atractivas, el juego tiene el fallo de no contar con una historia demasiado clara, y la vaguedad a la hora de indicarnos cual es el siguiente objetivo puede llegar a frustarnos en algunos momentos. Pese a ello, es un título relajante, muy disfrutable y que te atrapará hasta que lo termines. Si estás buscando un título diferente en la eShop de Switch a un gran precio, sin duda deberías darle una oportunidad a Forma.8.
Podéis encontrar forma.8 en la eShop de Nintendo Switch a un precio de 9,99 € y necesitaréis un espacio libre de 642,78 MB para poder descargarlo.