[Impresiones] Super Mario Odyssey
Nintendo tiene su as en la manga para finalizar el primer año de Nintendo Switch a lo grande. Parece increíble que en menos de 12 meses tengamos juegos de las sagas principales de Mario, Zelda y Splatoon, y todos con un aspecto impecable.
Hoy nos centraremos en el primero de ellos, Super Mario Odyssey, la primera aventura de Mario en solitario y en 3D desde Super Mario Galaxy, con un corte más tradicional y orientado a un rango de público enorme, desde jugadores tradicionales hasta ocasionales.
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De un modo distinto a la serie Super Mario Bros, los títulos de Mario en tres dimensiones se caracterizan por ser más desafiantes, más libres y con desafíos más duros para los jugadores más exigentes. También implementan nuevas mecánicas para hacer que “el Mario de siempre” parezca nuevo y rompa con la monotonía, poniéndonos en un montón de situaciones diferentes.
Os contamos como ha sido nuestra primera partida a la nueva odisea de Mario.
Tabla de contenidos:
Están invitados a la boda de Peach y… Bowser
Como siempre, no esperemos de un título de Mario una trama compleja y digna de un guión de Hollywood.
En esta ocasión, el rey de los Koopa, Bowser, vuelve a secuestrar a la princesa Peach y esta vez va a por todas: quiere casarse con ella y contra su voluntad. Mario, por supuesto, no se lo pondrá tan fácil e irá sin pensárselo dos veces a rescatar a la princesa del Reino Champiñón, mientras Bowser estrena secuaces roedores para contrarrestar el ataque del fontanero.
Por suerte Mario no estará solo, y es que tendrá la ayuda de Cappy, un ente con forma de sombrero capaz de poseer o capturar elemento, y tras un desafortunado accidente acaba en la gorra de Mario.
Al igual que ocurría con Super Mario Galaxy o Sunshine, Super Mario Odyssey tiene un componente narrativo que hará que el jugador se interese por la trama, con personajes más profundos que el habitual Caco Gazapo.
A pesar de que sabemos a grandes rasgos el argumento del juego, aun nos queda por saber qué es en realidad Cappy o cómo Mario viaja entre mundos con su nueva nave, la Odyssey.
Rindiendo como el mejor
El hardware de Switch va a permitir crear a Nintendo mundos mucho más grandes con sus 4GB de memoria RAM, y el ejemplo más claro lo hemos tenido con Zelda: Breath Of The Wild y la increíble sensación de libertad que aporta a los jugadores.
Con Super Mario Odyssey esta sensación es similar, aunque no es la buscada por los desarrolladores.
Jugamos a dos niveles durante la demostración: uno en un entorno urbano llamado New Donk City, y el otro una zona desértica… pero con grandes piezas de hielo. Los dos estilos gráficos son radicalmente distintos: Super Mario es un personaje en tres dimensiones de corte caricaturesco que, al ser introducido en un entorno realista, hace que los dos estilos se polaricen aun más. Empecemos por comentar New Donk City.
Está claro que Switch, aun siendo un potente hardware móvil, no es comparable a las nuevas consolas de la competencia o PC’s de última generación, por lo tanto, no esperéis unos gráficos hiperrealistas en la zona urbana.
Gracias a pequeños trucos de programación se ha conseguido una calidad gráfica que hace que la ciudad parezca muy viva, aunque algo impersonal. Quizá en su propia impersonalidad radique la gracia de este escenario, donde la clave será la exploración.
Tenemos un montón de efectos gráficos que aportan ese algo que nos hace notar la diferencia con consolas de generaciones anteriores, como los reflejos en los cristales de los edificios y, sobre todo, el motor de iluminación, que da volumen y cuerpo al juego.
Por otro lado, y es algo que todos los que vieron el tráiler de presentación han podido escuchar, es la excelente y particular banda sonora de la que gozará el juego.
Al contrario que ocurría con Super Mario Galaxy, donde la música tenía ese algo que hace parecer a cada momento épico, en Odyssey se cambia por algo más divertido, casual, con melodías jazz y del siglo pasado, pero sin abandonar la estética de la saga Super Mario. Es muy agradable y quizá lo más diferente a otros títulos de la saga 3D, pero es algo que le aporta mucha personalidad al juego.
Vuelta al 64
Las comparaciones son odiosas, pero Super Mario 64 fue un hito en los videojuegos al ofrecer un mundo libre en tres dimensiones, y Odyssey no revoluciona como lo hizo en su momento.
La clave de este nuevo título es “capturar” con la gorra objetos y entes y poder convertirse en ellos durante un tiempo, aunque al menos por ahora no podremos capturar tantos elementos como quisiéramos.
Aunque quizá como ha ocurrido con Zelda: Breath Of The Wild, lo que entretendrá a los jugadores realmente sea la exploración. No tan brutal como en la aventura de Link, si no en entornos más pequeños y llenos de secretos. El objetivo será obtener todas las lunas de los mundos del juego (número aún por determinar, y que será determinante), escondidas por sus grandes escenarios con los que tendremos que interactuar.
El control de Mario no es ninguna novedad, y aunque Cappy le otorga un par de trucos nuevos, los jugadores que se pusieron a los mandos de Galaxy y su secuela sabrán moverse con el fontanero a la perfección.
Se ha conseguido que el control sea suave, rápido e intuitivo, y las animaciones y movimientos de Mario se enlazan unas con otras de un modo que no habíamos visto antes.
También podremos vestir al protagonista con trajes que le otorgan efectos o acciones especiales, accediendo así a nuevas formas de conseguir lunas.
Personalmente sentí la sensación de “lo mismo de siempre”, pero con un montón de cosas nuevas y áreas gigantes que explorar, y es que nos alejamos mucho de las plataformas de Galaxy para meternos de lleno en exploración total. Ese es el gran cambio del juego y lo que tiene que ofrecer Odyssey a la saga.
Insistimos en que el número y variedad de los mundos será vital para la calidad del juego, porque al fin y al cabo será más terreno y diversión para experimentar.
Salta sin miedo
Es bueno que Super Mario Odyssey nos recuerde tan fuertemente a Super Mario 64, entre otras cosas por ser considerado uno de los mejores juegos de la historia.
Si Breath Of The Wild dio a la saga Zelda la libertad extrema, Mario Odyssey le da la exploración. No es un cambio tan brutal como el que sufrió Link, pero estos mundos y sus habitantes serán la clave para que el juego triunfe.
Por el momento, el sistema de control nos ha vuelto a enamorar, gráficamente es un juego impecable e inmenso y lo único que le podemos reprochar es la falta de capacidades de Cappy para capturar todo. Y quizá fuera demasiado exigente, pero un servidor esperaba la misma capacidad de libertad que ofrecía Zelda: Breath Of The Wild, donde el jugador puede interactuar con todo el entorno.
Veremos si esto cambia de aquí a la versión final porque, aunque requiera un esfuerzo titánico por parte de Nintendo, la idea de poder controlar la mayor parte de elementos de un juego y llevar al extremo la experimentación del jugador, es lo que esperamos de un gran título de Mario.