[Análisis] Tumbleseed
Habrá que ver si Tumbleseed conseguirá alguno de los premios indie que se reparten cada año para reafirmar la opinión que en este análisis se muestra del juego. Desde el humilde punto de vista de este analista, nos encontramos ante uno de los indies más bien diseñados en mucho tiempo. De nuevo, es altamente reconfortante saber que un equipo pequeño puede hacer juegos que ofrezcan la cantidad de horas de juego de calidad que tradicionalmente solo encontrábamos en títulos AAA. En este análisis vamos a desgranar cómo se consigue esta calidad. Un adelanto: en Tumbleseed hay un equilibrio perfecto entre dificultad, curva de aprendizaje, historia, diversidad de niveles y ritmo de mejora del jugador. Pinta bien, ¿verdad? Adentraos en el análisis si sentís curiosidad sobre esta obra.
Tabla de contenidos:
Rodar hacia arriba, una aventura única
Este juego es eso: único. ¿Por qué? Por muchas cuestiones que trataremos en distintos apartados. Empecemos por el que analiza la chispa de su historia. Encarnamos una de las semillas que habitan en el pie de una enorme montaña que, desgraciadamente, acaba de ser atacada por el mal. Unos odiosos gusanos perforadores de tierra están agujerando la montaña, y otras bestias e insectos protegen sus zonas enemistándose con cualquier semilla que se preste a subirlas. TS, nuestra semilla, deberá encaramarse en la cima para plantarse y devolver la paz, como la manda la profecía.
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¿Cómo se mueve la semilla? Rodando. Deberemos ladear una vara en la que la TS se posa. Nuestra redonda semilla se mueve por el peso de la gravedad, así que nos será intuitivo hacernos con el control. Nada es nuevo este mundo, dos juegos arcade de Taito relativamente conocidos llamados Ice Cold Beer y Zeke’s Peak han servido de inspiración a AEIOWU. Para conseguir el control realista que ofrecían estos dos clásicos (no eran juegos mecánicos en los que la gravedad era real), el sello indie ha implementado para la versión de Switch funciones de HD Rumble de manera soberbia. La velocidad con la que rueda TS se transmite a nuestras manos perfectamente.
Para lograr su objetivo, TS deberá afrontar el reto de sortear los agujeros y los enemigos que se interponen hasta la cima. Estos últimos son nuestros depredadores y harán de todo para matarnos. Hacer cima en The Mountain (el juego está en inglés) es uno de los retos más difíciles que han llegado a mis manos acostumbradas a los videojuegos. Tumbleseed cuenta la historia de superación personal más real de los últimos tiempos y eso lo logra a partir del diseño de los niveles (que comentaremos en el apartado “La montaña mágica que siempre cambia”) y de elementos narrativos exclusivos del medio que nos apasiona, el videojuego. Es el juego más difícil actualmente en el catálogo de Switch y, lo mejor de todo, la dificultad encaja perfectamente con la historia que quieren que vivamos.
Muchos son los elementos que se suman para conseguir la sensación de héroe, e incluso de alpinista de ochomiles. La dificultad es el más evidente, pero hay otros. Uno genial, los diálogos breves que ayudan a entender nuestro papel en la odisea hacia la cima. AEIOWU nos demuestra que con una sucinta incorporación de elementos dialogales puedes llegar a llenar de vida a toda una comunidad. ¡Cuántos textos vacuos habremos leído en nuestras andanzas por los videojuegos!
Más: los agujeros y el poder de plantar una bandera. Tumbleseed cuenta con un sistema de poderes (que en el juego se llaman “semillas [seeds]”) de combate y estrategia que contaremos en el apartado “¡Mil millones de semillas”; no obstante, hay un poder que escapa del uso en combate. Es el primero que conoceremos, el de plantar una bandera. Este poder está ligado a la inseparable prueba de avanzar y no caer. Es la acción que realizaremos que mejor simboliza lo que el juego quiere que hagamos: ser conscientes del peligro, evitar volver atrás, ser prudentes y tener en cuenta metro que hayamos ganado respecto a la cima.
Queda un solo elemento narrativo más que tratar. Se trata de la penalización de la muerte. Cada vez que muramos, habrá que volver a empezar de nuevo. Esto, junto con lo explicado con el párrafo anterior, dará mucho, o más bien muchísimo, valor a nuestros movimientos. No es un juego en el que andar con el piloto automático. Lo han comparado con Dark Souls y esta analogía lo dice todo.
La montaña mágica que siempre cambia
Si algo ha quedado claro en el apartado anterior es que morir, moriremos mucho. Además, que si mueres, reinicias la partida. Por consiguiente, una duda asaltará a cualquier jugador dispuesto a pagar por Tumbleseed: ¿Cómo han logrado que el jugador que no para de morir siga encontrando atractivo el juego? Mediante la creación de escenarios procedimentales.
Hemos visto muchos juegos fracasar debido a este planteamiento de generación aleatoria. Esta montaña que vamos a escalar no es el caso: esta se genera con inteligencia y elegancia y da un resultado brillante. Principalmente, por tres motivos:
- Los escenarios siempre varían. Hay 5 escenarios temáticos según la altura en la que nos encontremos. Dependiendo del tema que represente cada zona (por ejemplo bosque, pradera o la cumbre nevada) encontraremos enemigos concretos. Cada vez que entremos en una zona, el escenario se generará aleatoriamente siguiendo el patrón determinado de esta. Gracias a esto, nunca nos dejará de sorprender.
- Juego circular y coherente. Tumbleseed está planteado para que puedas aprender poco a poco, muriendo y mejorando durante horas y horas. Como ampliaremos en el siguiente apartado (¡Mil millones de semillas!), tendremos habilidades que cambiarán a cada partida. Así que la estrategia que tomemos también será diferente cada vez. Para ayudarte a progresar y a dominar estas habilidades, se han incorporado una serie de misiones secundarias que darán coherencia al juego y servirán como tutoriales avanzados en cualquier momento del juego (porque siempre se puede mejorar).
- Posibilidad de registrar tus logros e incluso subirlos a internet. Debido a que la partida se repite constantemente en su fórmula de generación aleatorio, el juego cuenta con un sistema de registro de tu paso por la montaña que te permitirá saber cómo mejoras con el tiempo. Este registro cobra especial interés en el modo “reto diario”, donde nos podremos picar con todos los jugadores del mundo cada día. Como demuestra la imagen de más abajo yo, Laíta, pude ganar un día a los mismísimos creadores del juego, AEIOWU. ¡Es satisfactorio ver que las horas de juego se compensen con reconocimiento mundial!
¡Mil millones de semillas!
No son tantas, obviamente, pero lo parece. Más de 30 poderes (recordemos que los poderes equivalen a semillas) podrán adquirirse en las distintas partidas que juguemos. Son muy variados y harán que nunca hagamos una carrera hacia la cima igual que la anterior.
Como son tantas semillas que obtener y descubrirlas es una sorpresa que no queremos destripar a quien vaya a comprarse el juego, vamos a nombrar solo algunos de las habilidades que otorgan. Podremos aumentar nuestro límite de corazones; matar enemigos de distinta forma como con pinchos, bombas o intoxicándolos; llenar los agujeros de agua para poder pasar por encima; saltar para sortear obstáculos, etc.
Perfeccionar nuestra habilidad con cada una de estas semillas llevará horas. Si bien es verdad que se trata de un juego indie que un speedrunner podría finalizar en menos de una hora, también lo es que ese speedrunner habrá jugado más de 20 o 50 horas para perfeccionar la técnica y lograr la hazaña. Esta es la cantidad de tiempo que el juego ofrece al que busque el reto de dominio total.
Un apunte sobre el diseño
El diseño de este juego es, según el propio creador del juego, de estilo Nintendo. Esto es, ofrece un reto enorme pese ser colorido e incluir objetos aparentemente inofensivos. Vamos a hablar sobre ello porque este estilo genera un problema.
Super Meat Boy es el juego indie difícil por excelencia. Su diseño, que también destaca por ser colorido, deja claro al jugador que está delante de una obra de dificultad extrema: nos encontramos con sangre, enemigos viscosos, radiales, pinchos, etc. Tumbleseed, que es más difícil, toma otra deriva. Sus enemigos no parecen tan hostiles a simple vista y todo está diseñado para que se entienda, a modo de icono, en vez de estarlo para que genere sensaciones al jugador.
Esto que hemos señalado en el párrafo anterior tiene su parte positiva y su parte negativa. La positiva es que Tumbleseed es muy agradable de jugar y el jugador reconoce fácilmente para qué sirve cada objeto sobre el escenario después de haber entendido el concepto del juego presentado en el tutorial.
En contraposición, tenemos la parte negativa. Muchos jugadores van a aventurarse a comprar este videojuego por lo relajante y sencillo que parece ser, ya sea para ellos mismos o de regalo a niños. He aquí el problema: si alguien se confunde y compra este juego pensando que es fácil, va a sentir frustración cuando muera una, otra y otra vez y sienta que sus logros son borrados después de morir. En otras palabras: el arte del juego no lo relaciona con su dificultad.
Conclusiones
Tumbleseed está diseñado con gusto para lograr que el jugador tenga un reto enorme al estilo Nintendo, colorido. Sobre todo, quedaos con que es un reto enorme. Nuestro papel en este juego es perfeccionar nuestra habilidad constantemente y lograr llegar a la cima de una montaña que funciona como símbolo perfecto de la superación personal. Si sois de los que queréis este tipo de retos y preferís quedaros en casa jugando a videojuegos que ponerse a hacer alpinismo, este es vuestro juego.
Tumbleseed estará disponible desde mañana mismo, 2 de mayo, en las eShop europea y americana a un precio de 14.99 €/$. 427 MB de memoria libres serán necesarios para instalarse.