[Análisis] Has-Been Heroes
Has-Been Heroes es la última apuesta de Frozenbyte, el estudio indie detrás de obras como la saga Trine. El juego nos ofrece una aventura repleta de elementos típicos del RPG y el roguelike, enfocada en la estrategia y con cierta presencia de dinámicas secundarias como el coleccionismo.
Algunos de los elementos habituales de Trine, como la necesidad de servirse de varios personajes o la idea general de ciertos enemigos, hacen su aparición en Has-Been Heroes. Sin embargo, estas similitudes son hasta cierto punto escasas, lo que encaja en intención de Frozenbyte de ofrecer un título diferente y que, suponemos, pretende tener personalidad propia.
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La premisa de Has-Been Heroes es muy sencilla: dirigir a dos viejas glorias y a una nueva promesa en su viaje por un reino plagado de monstruos, para acompañar a las dos jóvenes hijas del rey a la Academia de Princesas. Para avanzar por este mundo, nos serviremos de un sistema de batalla a tres carriles en el que aprovecharemos las diferentes habilidades de nuestros héroes, así como los combos o hechizos con los que nos hagamos durante la aventura.
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Incluso las leyendas envejecen…
… y sus historias se difuminan. Has-Been Heroes parafrasea las palabras iniciales del narrador del juego, y nos plantea una historia que no sólo es sencilla, sino quepasa a segundo plano durante todo el desarrollo de la aventura. El prólogo nos llevará poco más de unos minutos ya que, de hecho, es la excusa para mostrar un breve tutorial y enlazar a los tres protagonistas. Tras él, habremos conocido ya casi todo lo que el juego nos tiene preparado en materia de argumento.
La historia vendrá acompañada de diversas narraciones de la voz en off (en castellano, como la totalidad de los textos del juego) y de escenas bien dibujadas, siguiendo el estilo gráfico tipo cómic del juego. Son el sonido y los gráficos los que consiguen dar algo de vida al argumento, contribuyendo a formar un ambiente que, si bien no resulta inmersivo, sí goza de su propia personalidad.
El estilo gráfico 2D es adecuado para el sistema de juego de carriles, y el trazado encaja a la perfección con el tono desenfado que Frozenbyte ha querido imprimir a Has-Been Heroes. Los menús son sencillos y la interfaz de combate, presente durante toda la partida, sólo presenta cierto problema de legibilidad de ciertos textos -siempre en función de la pantalla en la que juguemos-.
En cuanto al sonido, el principal elemento es la voz del narrador, que nos acompañará durante las escenas y nos dará la bienvenida a cada mapa, siendo también quien nos comunique que el sistema de muerte permanente del juego ha hecho de las suyas al final de cada partida. Frente a la voz del narrador, los efectos de sonido no destacan demasiado, acompañando a los golpes o pequeñas acciones de recolección de objetos.
Por último, la banda sonora, si bien no es especialmente reseñable, sí suma a la creación de este ambiente, existiendo temas bastante interesantes y qué encajan con lo apacible de cierto paisaje o lo complicado de un determinado combate.
Bienvenidos al bosque nevado
O al oscuro, o a la Desolación. Lo cierto es que el nombre del mapa no influirá tanto como cabría esperar en la experiencia de juego, ya que éstos son pequeños, existe un sistema de avance directo que dificulta la exploración, y sus trazados son aleatorios. Además de enemigos y un jefe por cada mapa, en las intersecciones de los mismos encontraremos personajes como el apostador de hechizos, el vendedor de hechizos no elementales, el cerrajero o el mercader común, además de cofres o campamentos de resistencia. En la mayoría de casos, será necesario gastar el dinero que hayamos ganado en batalla para mejorar nuestras habilidades, adquiriendo hechizos y objetos coleccionables.
En cuanto a los enemigos, lo cierto es que sólo los jefes poseen una personalidad más o menos definida y presentan ciertas estrategias que descolocarán las nuestras, como cambiar de carril o lanzarnos avalanchas de súbditos. Este aspecto, que puede resultar positivo, desembocará también en batallas en ocasiones demasiado largas y aleatorias. Los enemigos comunes, que encontraremos -o no- en los cruces, pueden pecar de repetitivos en su diseño y funcionalidad, especialmente en los primeros mapas. Hay que tener en cuenta que los enfrentaremos cientos y cientos de veces debido al reinicio que prosigue a cada fin de partida.
Y los monstruos vencieron a los héroes (una y otra vez)
El sistema de muerte permanente es una de las señas de identidad de Has-Been Heroes, clave de su rejugabilidad y, a la vez, causante de su mayor punto débil. La imposibilidad de progresar entre partida y partida, que nos lleva a perder no sólo los avances, sino también los objetos y hechizos conseguidos durante el juego, se traduce en que la sensación de avance sea prácticamente nula. Esto se suple, en parte, con el coleccionismo de hasta 80 enemigos y otros tantos objetos y hechizos, además de varios cruces o finales. Es aquí donde brilla la aleatoriedad de los mapas y la distribución de eventos, ya que desplazarse una y otra partida por lugares clónicos sería tedioso.
El sistema de combate no presenta mucha más profundidad que la que detallamos al principio del análisis. Sin embargo, es cierto que puede requerir cierta estrategia, ya que cada héroe tiene sus propias características (poder y tiempos de carga) y puede desplazarse entre un carril y otro. Esto evita que el juego se convierta en un mero machacabotones. Necesitaremos, eso sí, los primeros minutos de la partida para hacernos con los controles, ya que tienen una distribución fuera de lo habitual y, para ser sinceros, el tutorial del juego es realmente escaso en tiempo e información.
En cuanto a su funcionamiento en Switch, no hemos notado ningún fallo importante. El tipo de sistema de juego y la falta de uso de herramientas como el giroscopio, lo puede hacer ideal para jugar en modo portátil, siendo ésta, además, la principal diferencia respecto al resto de plataformas en las que se publica el juego.
Conclusión
Has-Been Heroes no es un mal juego. Propone algunas ideas interesantes y, pese a que puede resultar frustrante en las primeras partidas, no resultará difícil engancharse a jugar unas horas para intentar superar nuestra última marca. Frozenbyte ha creado un ambiente bonito que, sin ningún alarde, puede presumir de un buen dibujo y una banda sonora notable.
Sin embargo, la aleatoriedad, que se traduce en la ausencia de una curva de dificultad real, y la sensación de falta de avance, pueden hacer que la experiencia de juego se resienta. En algunos aspectos, parece que el esfuerzo de la desarrolladora y la idea inicial no terminan de llegar a buen puerto, dando como resultado un juego interesante pero que, probablemente, no destaque en el catálogo de Switch y el resto de plataformas.