[Análisis] Blaster Master Zero
Cuando un videojuego consigue determinado éxito, por muchos años que tenga detrás, no es de extrañar que las desarrolladoras le tengan un cariño especial.
En el año 1991, concretamente hace 26, la desarrolladora Sunsoft lanzaba Blaster Master para NES, la versión original de este videojuego. Muchos fueron los aplausos que recibió, y no era de menos pues empleaba todo el potencial de la consola y ofrecía una historia completamente única. Por ese motivo, ahora nos deleitan con esta renovada entrega para 3DS y Switch. Los cambios son verdaderamente notorios, ahora está formado por una historia mucho más sólida que antes, y se han añadido nuevas fases y jefes que duplicarán la duración total de Blaster Master Zero.
Si aún recordáis este videojuego y la nostalgia os conmueve, no dudéis en seguir leyendo este análisis, pues estáis ante un gran remake.
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A través del portal
Esta historia se ubica en la tierra, nuestra tierra. Después de innumerables guerras y una nueva era glaciar, nuestro planeta por fin respira de nuevo. La flora ha vuelto a crecer y nuevas especies de fauna lo habitan. En esta aventura encarnamos a un atrevido joven llamado Jason Frudnick. Un día cualquiera este joven encuentra una rana, prendido por hallar una criatura tan peculiar decide seguirla a través del portal dimensional creado por ella. Acto seguido llega a una cueva en la que encuentra un vehículo de combate llamado SOPHIA III y se embarca en una aventura por las profundidades subterráneas del planeta. Cabe destacar que estas profundidades son los restos de una civilización mucho más avanzada que nosotros.
A partir de ahora tendremos que superar numerosos desafíos afrontando todo tipo de niveles, para hacernos paso entre monstruos y ayudar a una joven. La historia y los menús nos llegan completamente en inglés. No es un inglés muy avanzado, ni una historia profunda, pero personalmente pienso que después de 26 años podrían haberlo traducido.
Saltar, disparar y explorar
Si algo tenían en común la mayoría de juegos de la época dorada de NES, era su jugabilidad de saltos y disparos. Aunque las mecánicas fuesen parecidas, todos ofrecían algo diferente que los hacía únicos.
Blaster Master Zero realmente llama la atención en su jugabilidad, pues es su punto más fuerte. Durante todo el juego combinaremos la perspectiva lateral (2D) y la perspectiva vertical para avanzar por la aventura. Cruzaremos las áreas o mundos controlando a SOPHIA III en 2D, donde tendremos enemigos por doquier a los que disparar. Una vez encontremos una cueva nos bajaremos de nuestro vehículo para entrar en ella y pasaremos a la vista vertical, las cuales están perfectamente implementadas. Las zonas en vista vertical son más lineales y no nos brindan a penas exploración, como sí lo hacen las pantallas en 2D. El diseño de los enemigos es muy híbrido: colosales bichos robóticos vendrán a por nosotros para importunar nuestra aventura. La cantidad de enemigos que hay es muy alta, por lo que lo convierte en un juego muy pero que muy exigente. A medida que vayamos avanzando la suma de enemigos y su resistencia será mayor, por lo que terminarlo no será tarea fácil.
Una barra de salud y otra de ataque nos acompañan durante nuestro viaje. Como es típico, mientras más ataques recibamos más bajará nuestro medidor de salud y podremos morir. Por suerte, por todo el recorrido están colocados bastantes puntos de control a los que volveremos en caso de muerte. La segunda y última barra nos mostrará el ataque. Una vez vaciada, nuestro ataque será más débil. Podremos recargar estas dos recogiendo los objetos que dejen los enemigos al deshacernos de ellos.
Y para terminar con la jugabilidad, la guinda del pastel son sus habilidades. Destruir un jefe final nos dará una habilidad, la cual usaremos para seguir avanzando por la aventura. Hay una cantidad muy notable de habilidades, tanto controlando a SOPHIA III como para Jason; desde bombas hasta rayos supersónicos.
Conclusión
El claro ejemplo de cómo tendrían que ser los remakes; con un mejor control, más áreas, jefes y unos gráficos bien implementados a la consola. Definitivamente, está muy bien hecho y hará las delicias de los jugadores más experimentados en el género. Si no eres fan de los shooter retro, algunas fases te harán pasarlo realmente mal. Se torna muy complicado a medida que vamos avanzando, y no todo el mundo va a tener la paciencia suficiente para superarlo. Es muy exigente; si estáis pensando en hacer con él estad preparados para volver al punto de guardado varias veces por partida.
Nos llega completamente en inglés y aunque no sea indispensable para poder jugarlo, frustrará a todo aquel que no sepa el idioma. La musiquilla que nos acompaña durante la aventura es la original, completamente retro y bastante caótica. La aventura principal la superaremos en una media de 6 horas, suficiente para los 10€ que cuesta este remake.
Si este análisis te ha producido nostalgia y echas de menos este tipo de juegos, no te lo pienses dos veces y hazte con él, pues va a brindarte muchísima diversión.