[Análisis doble] Nintendo Classic Mini: NES
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Análisis de Voro82
Ya está aquí, la espera ha llegado a su fin y por fin podemos tener en la nuestra mano (literalmente) la NES Mini. No es el primer intento de la industria por sacar un producto de estas características, pero sí es el que más expectación ha despertado y aparentemente el que más éxito está cosechando. En su día la NES fue una consola con mucho potencial, no sólo por sus características, sino por tener un catálogo de juegos incomparable y ser la precursora de las muchas grandes franquicias actuales de Nintendo.
Abrimos la caja y en ella podemos encontrar la NES Mini, un mando, un cable HDMI, un cable de alimentación USB (sin el adaptador), unas instrucciones de instalación y un cupón para canjear 300 Puntos de platino en nuestra cuenta de My Nintendo. Es una lástima que no añada el adaptador a la corriente pero tenemos el consuelo de que cualquier adaptador de móvil nos puede servir, por ejemplo el de iPhone (no obstante, aconsejamos revisar que los adaptadores tengan 1 amperio y 5 voltios antes de usarlos en nuestro nuevo sistema).
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La consola
Sorprende por su tamaño y su peso (unos 200 gramos aproximadamente). Poco más puedo decir del producto que no se haya dicho ya pero se ha de reconocer que una vez en tu mano el acabado es bastante bueno.
El mando
Aunque parezca mentira, en casa tengo la NES original conectada y de vez en cuando la pongo en funcionamiento. Es por ello que cuando he cogido el mando de la nueva consola me he percatado al instante de que el tamaño, los materiales y pulsación de los botones es totalmente idéntica; eso sí, el mando al igual que la NES Mini es muy ligero, pudiendo arriesgarme a decir que pesa la mitad que el original. El pero más grande que poca gente podrá perdonar es ese cable tan corto de 70cm que impide que juegues más lejos de la consola (a menos que adquieras el alargador). El concepto mini mola pero no hace falta llevarlo a tal extremo, sobre todo porque las televisiones actuales son muy grandes y te obliga a jugar muy de cerca. Una televisión de más de 42 pulgadas puede ser un problema.
Cable de alimentación USB
Es un cable que únicamente alimenta (no se puede usar para pasar información de ningún tipo por él). Aunque esto parezca un inconveniente tampoco lo es tanto ya que gracias a ello podemos conectarlo directamente a cualquier puerto USB de la televisión, y eso significa cualquier puerto. Digo esto porque, en mi caso, he usado el puerto USB de servicio de la TV (el que gasta el soporte técnico y no puede ser usado para su uso normal en la TV), con esto he conseguido alimentar la NES Mini sin necesidad de adaptador y sin utilizar un USB funcional.
Una vez conectada empieza la diversión. Escuchas la música del menú en 8 bits (creada para este dispositivo) evocando la nostalgia ochentera que tanto gusta revivir mientras escoges el idioma. Una vez hecho esto ya entramos en el menú principal de la consola. No voy a entrar en detalles, pues es muy intuitivo y fácil de usar pero querría enumerar algunas de las cosas que podemos hacer como ordenar los juegos según criterio, salvar cuatro puntos de control por juego y seleccionar el modo de pantalla. Se podría decir que el modo de pantalla es una de las opciones más importantes y que requiere un poco de atención. A continuación os explicamos en qué consiste cada uno de los modos y qué pueden aportar:
- Modo TV antiguo: Es un modo para revivir los juegos como si estuviéramos con una televisión CRT de las de antes. Es muy gracioso pero teniendo los otros dos modos no deja de ser anecdótico.
- Modo 4:3: Es el modo en el que los juegos se ven mejor y más nítidos. La resolución es muy buena y seguramente la opción preferida por los jugadores.
- Modo Original: Es el modo en su resolución original adaptada a los televisores de ahora. La imagen no es tan nítida como lo es en el modo 4:3 pero si eres un jugador experto puedo asegurar que los controles aquí funcionan un poquito más precisos que en los otros modos, algo que para muchos puede ser inapreciable pero importante para los más puristas. No obstante los controles son muy precisos y los mandos funcionan increíblemente bien en cualquiera de los tres modos.
Todavía no he podido disfrutar de todos los juegos de la NES Mini pero he estado probando una selección y puedo garantizar que la jugabilidad es exactamente igual que en la original, incluso los glitchs de las versiones de originales siguen estando aquí. Añadir que los tiempos de espera en la carga de los juegos es inexistente, algo muy de agradecer. Es una gran selección de juegos muy acertada pero sabiendo que no hay posibilidad de agrandarla se echa de menos (por lo menos en mi caso) algunos grandes ausentes como Battletoads, Blaster Master, Power Blade, TMNT: The arcade game y alguna que otra secuela de Ninja Gaiden o Megaman.
Como todo el mundo hablará bondades de los mismos juegos de NES Mini (Super Mario Bros 3 como máximo exponente), quisiera defender un gran tapado de la lista para muchos: Kirby’s Adventure, un juego que salió en 1993, cuando muchos de los gamers de la época ya habían cambiado de generación y/o plataforma y por lo tanto se lo perdieron. Es uno de los juegos más fáciles de la lista, pero su profundidad, duración, diversión y uso de la paleta de colores está al alcance de muy pocos y ahora tenéis la posibilidad de jugarlo como nunca.
Por último comentaros que la única manera de salir de los juegos y volver al menú es pulsando el botón ‘RESET’ de la consola, algo que supone una pequeña molestia y que podría haberse resuelto, por ejemplo, pulsando Select y Start a la vez.
En el recorrido de la historia de los videojuegos, NES Mini es una parada imprescindible que requiere nuestra atención para comprender que lo que se hacía en los años 80 y principios de los 90 estaba repleto de ingenio y diversión a falta de los medios tecnológicos actuales. La NES Mini no es sólo lo que se ve, también es lo que significa porque en gran parte, gracias a la consola original la industria del videojuego ha llegado donde ahora está.
A pesar de sus pequeños inconvenientes, NES Mini es una compra imprescindible, un gran regalo de Navidad, económico, divertido y lleno de nostalgia que derramará en algunos esa lagrimita del recuerdo en el que no hace tantos años los juegos eran igual de divertidos y mucho más desafiantes. Lo retro está de moda y ahora todavía más.
Análisis de Mario_HIGH
Por fin está aquí, ya llegó a nuestras manos la tan esperada por los nostálgicos Nintendo NES Mini, la “revisión” de la primera consola que Nintendo nos brindó allá por el ya lejano 1985. Y aprovechando el treinta aniversario de la querida “caja gris” Nintendo nos trae esta versión reducida de su primer éxito, adaptada al siglo XXI para hacer las delicias de aquellos que en su momento disfrutaron el modelo original y para atraer a los neófitos y curiosos que quieran adentrarse y conocer el mundo de los 8-bits.
Diversión en la palma de una mano
Lo primero que hay que destacar de la consola es su tamaño tan pequeño; y es que aunque la consola ya presume del prefijo ‘Mini’ uno se queda impresionado de lo verdaderamente diminuta que resulta, literalmente cabe en la palma de una mano. Se han cuidado los detalles al mínimo, la serigrafía original, la banda negra, el dúo de grises que da color a la consola, la presencia de los botones ‘POWER’ y ‘RESET’ (que son funcionales) y los puertos correspondientes a los mandos. En la parte posterior tenemos el puerto del HDMI (cable incluido en la caja de la consola) y el puerto correspondiente a la alimentación de la consola. Tengo que destacar sobre esto último que el cable de corriente sólo consta de una toma USB y no cuenta con un adaptador de corriente propiamentedicho por lo que el usuario que no disponga de un puerto USB cercano tendrá que hacerse con un adaptador, una decisión un tanto extraña por parte de Nintendo…
Una interfaz para unirlos a todos
El software de la consola es tan sencillo como intuitivo, resulta tan fácil configurarla como simplemente elegir el idioma de tu región…y jugar. Ya está, así de simple, como la versión a la que homenajea: encender y a “viciar”.
En el menú principal se despliega el recopilatorio (sin posibilidad de ampliación) de los 30 éxitos que Nintendo ha reunido en el sistema. En la parte superior se dispondrán unos poco iconos que conciernen a configurar el formato de visualización de la consola (hay tres modos: Formato Original, Formato 4:3 y Formato TV antiguo), establecer un modo de apagado automático y un modo salvapantallas, posibilidad de visualizar la información legal del sistema y un enlace a un código QR que nos derivará a los manuales digitales de los correspondientes juegos.
A la hora de jugar, como muchos ya habrán podido intuir, sencillamente es seleccionar el juego y con un golpe de botón empezar a disfrutarlo.
Una adición propia de los tiempos que corren y que nos servirá de mucha utilidad con respecto al modelo original es la posibilidad de disponer de puntos de guardado con los retomar la partida sin necesidad de recurrir al engorroso sistema de passwords de antaño. Dispondremos de cuatro ranuras de guardado que se dispondrán en la parte inferior de la interfaz principal.
Para realizar uno de estos guardados primero ha de arrancar el juego deseado y una vez en él pulsar el botón ‘RESET’, de esta manera accederemos de nuevo a la interfaz que nos señalará la posibilidad de añadir un punto de guardado para poder retomar la partida en el punto donde se dejó.
El catálogo de la 8-bits
A pesar de haber grandes ausencias Nintendo ha hecho una recopilación más que decente de los juegos que alimentaron a la NES original habiendo una colección de sus principales obras, alguna que otra third party relevante y por supuesto sus sagas más representativas.
Muy importante es que el usuario sepa que no estamos simplemente ante unas versiones como las que podemos adquirir en la Consola Virtual de Wii U o 3DS. Los juegos se ven extraordinariamente bien, con una nitidez en sus colores muy destacable, una visión de la imagen más nítida y “limpia” que las que se puede apreciar en sus homólogos de la CV; y es que es aquí en lo que radica la diferencia, lo que hace que NES Mini no sea simplemente un emulador más.
Se aprecia el esfuerzo que se ha hecho por convertir una imagen, que no estaba ni de lejos pensada, al formato HD. La jugabilidad se convierte en algo fluido y se siente muy natural ; y en el momento que el jugador quiera cambiar de juego simplemente le vale con pulsar el botón ‘RESET’ y a por el siguiente título.
Pero, ¿y el control?
También ocupa un papel destacable, cosa poco baladí, la presencia del afamado mando original de NES. Me encantaría hacer saber a nuestros lectores que hay un abismo enorme entre jugar a un juego emulado y poder disfrutar, como es el caso que atañe, de un juego de 8-bits con su mando original. La respuesta es óptima, el control muy preciso, un mando que hace alarde de la fama que se ganó hace 30 años por su fiabilidad y comodidad. En su sencillez y precisión estriba su éxito.
No sólo está el hecho de poder añadir un segundo mando complementario para disfrutar con un amigo jugando a la antigua usanza sino que también podremos usar dicho mando para jugar en las CV de Wii y Wii U.
El único defecto que hay que destacar es el corto alcance del cable, aspecto que se hace muy notorio, más hoy en día por la ausencia de los mismos en la mayor parte de los controles actuales, y que pudieran forzar al usuario a jugar en posiciones no tan cómodas como desearía. Aunque habrá quien viendo el vaso medio lleno lo vea como una forma de tener más a mano el botón ‘RESET’.
Conclusión
Nintendo Classic Mini: NES hará las delicias de los nostálgicos y supone una oportunidad de oro para aquellos que por el motivo que fuera no pudieron disfrutarla en su momento. Su reducido tamaño y peso, su facilidad a la hora de ser instalada y el concepto de la vieja escuela de “encender y jugar” hace que resulte muy atractivo para el usuario. Sin duda una pieza de colección que no desmerece el mimo con que se ha hecho, un homenaje merecido a la consola de sobremesa que sentó cátedra en el mundo de los videojuegos. Gracias, Nintendo.