[Análisis] ‘Pokémon GO’
Ha llegado el momento. Tras casi un mes desde su lanzamiento y varias actualizaciones, es la hora de analizar Pokémon GO. Antes de proceder, es necesario aclarar dos cuestiones. En primer lugar, hemos esperado para ver la evolución del juego, la gestión de Niantic y si la experiencia se veía afectada por las actualizaciones. Por otro lado, es obvio que la aplicación recibirá más contenido y mejoras, por lo que este texto puede ser revisado en más de una ocasión.
Además, el que escribe ha preparado un vídeo en su canal para los que deseen una alternativa al análisis escrito:
https://www.youtube.com/watch?v=y_LTLs5v-wE
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El mejor peor juego de Pokémon
La aplicación triunfa por el fenómeno que conlleva la marca Pokémon y no por su calidad como juego, más bien poca. Es básicamente un fan service, por lo que nubla la vista de quienes ven cumplidas sus expectativas. El lanzamiento fue un caos (y es, porque no todos los países lo tienen). La apk filtrada mostró las carencias de unos servidores que siguen cayéndose. Además, el error de las tres huellas, que no permitía saber cuándo te acercabas a un Pokémon, se cargaba la mecánica más básica de un juego simple de por sí. Si encima eliminan el sistema de búsqueda y la posibilidad de usar aplicaciones de terceros para la causa, peor.
Hablando de mecánicas, su gameplay tampoco es una maravilla. El minijuego de captura es repetitivo y muy injusto (más aun tras la última actualización), tanto como para acabar cediendo a los micropagos. Al no poder quitar PS, paralizar, envenenar o dormir al rival todo depende de que el ratio de captura se porte bien, no de tu habilidad. Es un juego incompleto que sobrevive por la importancia de la franquicia.
Sin embargo, lanzar Poké Balls como posesos y que los servidores se caigan no son los mayores problemas. La detección del GPS es deficiente, no aparece la misma cantidad de Pokémon en un núcleo poblacional pequeño respecto a uno grande y muchos móviles sufren lag si aparecen varias criaturas a la vez. Problemas, todos ellos, que no han sabido arreglar tras un mes de experiencia acumulada.
Es Pokémon simplificado hasta el extremo. Todas las evoluciones y entrenamientos siguen el mismo sistema: los caramelos. Sin embargo, el criterio de entrenamiento no se basa en nuestros gustos, sino en entrenar solo a los Pokémon más fuertes. Al resto los capturaremos sin sentido porque es de las pocas formas de obtener experiencia. El competitivo se ve reducido a conseguir un número alto y pulsar el móvil repetidas veces, lejos de un sistema de combate profundo en el que se premie la estrategia, como en el metagame de la saga principal.
Tanto si estáis leyendo el análisis como viendo el vídeo desde vuestro móvil es porque no tenéis Pokémon GO activo. Más que nada porque no se puede ejecutar en segundo plano y jugar supone tener la aplicación activa en todo momento. Otra razón es que consume batería como para revitalizar la industria de las baterías portátiles. Como en todo free to play, llegará una pulsera mágica que solucione ambos problemas por 30 euros.
La virtudes del viaje
Pero no influirá en nada. Un aspecto positivo es que es free to play, no pay to win. Esto significa, a grandes rasgos, que pagar no es decisivo para ganar, solo acelera ciertos procesos. Puedes atraparlos a todos sin gastar nada, planificando rutas cada cierto tiempo para recargar Poké Balls y gorronear algún cebo.
Por muy apocalíptico que nos lo pinten algunos medios, lo cierto es que la app de Niantic ha hecho que muchos jóvenes salgan a la calle más de lo normal. No es raro que cada día, al menos durante las primeras semanas del boom, gente de todas las edades haga sus kilómetros de rigor. Sin ser un juego de salud estilo Wii Fit ayuda a mejorarla y eso es genial.
La fórmula es sencilla, esencial en una aplicación para móviles. Lanzar Poké Balls con el dedo se hace simple y arbitrario, pero es accesible para cualquiera. Prometía ser la experiencia más inmersiva de la saga (al menos con lo visto en el tráiler) y se ha quedado en una de las que menos. Pese a ello, al tener un objetivo tan marcado y relativamente fácil de conseguir, hacerse con los 150, invita a seguir jugando. La rivalidad entre equipos para dominar el gimnasio del barrio crea una minicomunidad competitiva para la que no es necesario controlar el metagame de la saga principal. El problema es que, con lo que hay disponible, es muy repetitivo.
Muchos pensaban que Pokémon estaba casi muerto y que solo sobrevivía por su fiel fandom, pero esto demuestra que no. La aplicación de Niantic ha sacado a la calle a gente que se quedó en primera o segunda generación, pero también a los que han aguantado fieles hasta ahora. No supondrá el mismo boom que en los 90, pero sí puede ayudar a enganchar a una nueva generación de niños y/o a que los jugadores de otra época retomen la saga con Sol y Luna. Pokémon lleva 20 años siendo un fenómeno, una eternidad en una sociedad globalizada donde las modas vienen y van.
¿Qué tiene que hacer Pokémon GO para perdurar en el tiempo? Evidentemente, mejorar la estabilidad de los servidores, la ejecución en segundo plano y los problemas de consumo de batería que ocasiona. Pero también incorporar misiones tanto para jugadores con mucho nivel como con poco nivel al estilo Ingress. Intercambios, batallas, Centros Pokémon y más generaciones son cuestiones que se dan por hechas y que mejorarán la experiencia. Sin olvidarse de crear contenido para jugar en estático. En verano es fácil salir y echar horas en la calle, no así en invierno. Niantic tiene que pensar en el juego en casa sin cargarse la esencia, que es salir al mundo a capturar Pokémon.
Conclusiones
Pokémon GO no es la experiencia que fue en su momento, pero sí que ha sido un auténtico bombazo. La idea es el sueño de toda una generación de entrenadores, pero la ejecución tiene mucho que mejorar. Ha devuelto a la saga la importancia perdida y el renombre del que nunca debió carecer. En definitiva, es el mejor peor juego de Pokémon y sienta las bases (popularidad, comunidad, presencia en los medios…) para que Sol y Luna sean un éxito si lo hacen bien.