[Retroanálisis] ‘Elements of destruction’
Imagina que eres un niño o niña risueñ@, que que entra en una tienda de videojuegos con sus padres porque quieren comprarte uno como regalo de fin de curso. Ahora imagina que ves un juego llamado Elements of destruction en un estante y lo compras porque te gustan los tornados, las tormentas, y cualquier cosa que te recuerde a los titanes de Hércules, porque molan.
Y lo juegas, y al principio bien, eres joven y no admiras la profundidad, solo quieres jugarlo, así que pasas buenos ratos con el juego durante unos meses. Y luego, años después, te acuerdas del juego, lo juegas y… ya no es lo mismo, ¿a que no?
Elements of destruction es un juego para Nintendo DS (sí, de esas que tenían los NintenDogs), desarrollado por Black Lantern Studios y distribuido por THQ. Tuvo una versión, también decente, para Xbox360 y PC.
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Pocos análisis hay en Internet de este juego, pero para resumir sus pros y sus contras, se describirán en las secciones a continuación.
Tabla de contenidos:
Historia
La historia es simple: Marty, un meteorólogo obsesionado con las catástrofes naturales es despedido de su trabajo en televisión, y sustituido por un presentador complaciente que dice a las masas lo que quieren oír. Llevado por su deseo de venganza, decide utilizar una máquina capaz de provocar desastres naturales artificialmente para causar el mayor daño posible a la ciudad.
La historia es un cliché dentro de su ámbito, es una remasterización de la típica historia del científico loco, muy al estilo de Megaman, e incluso Marty y el Doctor Wily tienen cierto parecido. La nica diferencia con esas historias es que el jugador ejerce el papel del científico loco, en lugar de ser su némesis. Con esto, más de uno puede dar rienda suelta a su maldad, castigando a los inocentes edificios virtuales solo por estar ahí.
Sin tener en cuenta estos cambios, el argumento sólo se desarrolla al inicio del juego, entre tandas de misiones (van en tandas de siete) y al final, y únicamente a través de imágenes y cuadros de diálogo, como los cómics. La continuidad, por tanto, se pierde casi por completo a lo largo del juego, ya que las misiones solo consisten en el villano causando desastres con su invento.
Jugabilidad
Al principio, la jugabilidad es compleja. Las instrucciones para crear tormentas (nombre que se da a las catástrofes, tales como tornados, terremotos o meteoritos) son simples, pero hay factores internos del juego (pobremente explicados) que dan un plus de dificultad. Tal es el ejemplo de los medidores de integridad de los edificios, de energía para crear tormentas y la aparición de drones reparadores. A pesar de ello, las mecánicas son sencillas de comprender.
El juego ofrece escasas explicaciones tanto sobre los edificios anti-tormentas como sobre el funcionamiento de las mismas, y esto las hace erráticas y descontroladas.
La mecánica es dinámica y divertida, pero a veces hay fallos que limitan la jugabilidad. Las tormentas solo avanzan en línea recta, pero se puede cambiar su dirección con el lápiz táctil. A veces el lápiz puede no corregir la trayectoria y la tormenta sigue una dirección no deseada, lo que puede suponer un problema si se dirige al borde del mapa o a un edificio anti-tormentas. Además de ello, el alcance de las tormentas es casi aleatorio, algunas tormentas recientes desaparecen casi al instante y los potenciadores hacen de la tormenta una vorágine incontrolable.
Todos estos factores limitan la jugabilidad, haciendo que el juego sea adictivo, pero poco rejugable, ya que puede acabar siendo frustrante.
Duración, gráficos y sonido
En cuanto a duración, el juego puede acabar durando entre ocho y doce horas, en función del avance del jugador. No es un juego largo, y su rejugabilidad es limitada.
En relación a las gráficas, vemos que son muy simples, aunque decentes para un juego de su época. Pero pueden confundir, ya que algunos edificios parecen iguales y hay ciertos edificios que, a pesar de ser ventajosos para el jugador, son difíciles de identificar.
Las texturas solo pueden ser reconocidas en los edificios, ya que las montañas y los parajes naturales son simples decoraciones, como si estuvieran pintadas en el fondo de la pantalla.
Por otro lado, el sonido es el esperado para un juego de su generación. No hay voces, la banda sonora es sencilla y repetitiva, y solo suena durante los menús y cuando los personajes hablan entre ellos. No obstante, sabe transmitir la sensación de que hay un peligro creciente, oculto en alguna parte.
Textos
Los textos son un punto a favor dentro del videojuego, ya que está completamente en español, y la traducción es clara y entendible.
No se puede cambiar el idioma de los textos, pero saben expresarse con bastante claridad. Los diálogos son estereotipados (El científico loco, la jefa dura, el coronel férreo, etc.) pero bien construidos.
Diversión
Como problema principal, es repetitivo, y a la larga, frustrante. Si se juega demasiado tiempo, puede generar al jugador cierto rechazo por varias causas: Las tormentas pierden la dirección, los edificios anti-tormentas son casi invisibles, el medidor de energía no se recarga lo bastante rápido…
Aunque si se ignoran los problemas y limitaciones presentados a lo largo del análisis, el juego es perfectamente disfrutable, y ofrece diversión a raudales mientras se juega. Requiere estrategia y algo de planificación, pero ver explotar un edificio en este juego es muy satisfactorio, incluso con los gráficos que lo caracterizan.
Conclusión
Como conclusión, el juego da para buenos ratos de entretenimiento. No es un videojuego hecho con prisa, pero flojea en algunos aspectos que pueden resultar cruciales. Una buena solución para llevar una tarde aburrida.
Análisis realizado por: Forastero23