[Artículo] Concentrar los recursos en el mercado portátil, ¿una alternativa para Nintendo?
Su precio desorbitado de lanzamiento, un catálogo al que le ha costado arrancar sin apenas presencia third-party, o el nefasto marketing son algunos de los factores que han convertido a Wii U es un lastre económico para Nintendo. Y parece que la historia continúa: la próxima entrega de la franquicia Zelda confirma su llegada a NX y se retrasa hasta marzo de 2017, quebrantando las esperanzas de recibirlo este mismo año. Un movimiento que ha desatado la ira de gran parte de los poseedores de la plataforma, que se las prometían muy felices hasta conocer la inesperada noticia. Otra patada en la entrepierna que recuerda a Twilight Princess y sus constantes retrasos para lanzarlo en Wii.
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Por un motivo u otro, la realidad es que Nintendo lleva nadando entre aguas revueltas desde Nintendo 64 (con la excepción de Wii). Sus sobremesas han sido una fuente inagotable de grandes obras, pero el ritmo y número de ventas han sido todo lo contrario: un desastre. A la pescadilla apenas le queda cola por morderse y Nintendo sigue sin aprender de sus errores: escaso apoyo de terceras compañías, falta de potencia, bajas ventas… por hache o por be, siempre hay un bache en el camino que les impide avanzar con paso firme. Si su ruta en el camino de las consolas mayores es una cuesta empinada llena de adversidades; en sus hermanas menores es un camino de rosas del que siempre salen airosos.
Nintendo se mueve como pez en el agua en el ámbito portátil. Cada sistema, tarde o temprano, termina imponiéndose con autoridad con un catálogo y unas cifras de ventas sólidas. Desde aquella robusta Game Boy hasta la actual Nintendo 3DS es la típica historia de final feliz. Y no por falta de competencia, que siempre ha estado ahí: ni siquiera la temible PlayStation Portable y sus sucesoras han conseguido despertarla de ese sueño ideal, convirtiéndose en una pesadilla para el resto. Para Nintendo sus portátiles son su niña bonita, su ojito derecho al que cuidan y miman, y al que no quieren que le falte nada. Da igual el problema, siempre hay una solución para todo. Es otra actitud.
El cambio, evidentemente, es más fácil de escribir que de poner en marcha. El primer damnificado sería el jugador, quien sabe que independientemente del número de consolas puestas en cada hogar (que le afecta, pero no es prioritario), siempre tiene en ellas su pequeño harén de títulos indiscutibles. Sería como perder un riñón y vivir con uno solo; fisiológicamente posible pero con ciertas limitaciones. Un duro palo que podría conllevar la pérdida de algunas franquicias inéditas en sobremesa, que por otro lado, ha quedado demostrado ser capaz de adaptarse a las portátiles, como el caso mas reciente de Super Smash Bros. for 3DS. Por méritos propios, tanto la marca Game Boy como Nintendo DS, han hecho méritos de sobra para creer en esta pequeña utopía creada en mi cabeza.
Sin embargo, no se puede menospreciar al mercado móvil. Un hueso duro de roer totalmente en auge, del que Nintendo quiere su parte de pastel, que aún tiene que evolucionar para dejar de ser una alternativa a los sistemas portátiles. Los dispositivos móviles atraen a un tipo de consumidor, que por regla general, se aleja del perfil tipo de consolas. Un factor, que por suerte, sigue permitiendo una convivencia apacible entre quien estaba aquí y el recién llegado.