Wii U

[Opinión] ‘The Legend of Zelda’ para 2015, 2016, 2017… suma y sigue

Muchos recordareis (o eso espero) que a principios de año, yo mismo redacté un artículo de opinión acerca de los riesgos que una mala planificación en cuanto al lanzamiento de la nueva entrega de la saga Zelda para Wii U podría conllevar. Pues bien, hoy, 4 meses después, los peores presagios se han visto confirmados: Las próximas aventuras de Link tendrán lugar en Wii U y NX, algo que no es necesariamente malo de por sí… si no significara que el título se retrasa una vez más, en esta ocasión, hasta marzo de 2017. Sí amigos, tampoco veremos este año el esperado juego.

Partiendo de este punto, son muchísimas las dudas que se plantean, acrecentadas por las, en opinión de un servidor, extrañas informaciones que nos llegan desde la propia Nintendo: The Legend of Zelda será el único título jugable en el E3, pero NX no estará en la feria y ambas, la nueva consola y la nueva entrega de la saga, dejarán pasar un periodo tan jugoso como el navideño, donde no se sabe aún muy bien qué es lo que va a ofrecer la compañía a los usuarios de Wii U que, recordemos, por el momento solo tiene anunciados tres juegos para 2016, y nos acercamos peligrosamente al ecuador del año. El caso es que, como digo, tanto NX como Zelda, se emplazan al final del primer trimestre del próximo año, en un lanzamiento global, que coincidirá con la salida de los consumidores de la conocida y temida «cuesta de enero». Tildar a esta estrategia de extraña, es ser muy benevolente.

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Pero centrémonos en The Legend of Zelda, una de las más icónicas franquicias de la gran N, mimada y maltratada a partes iguales, especialmente de un tiempo a esta parte. Resulta irrisorio, un chiste de mal gusto, que una compañía con más de 30 años de experiencia a sus espaldas, que ha sido santo y seña del mercado durante décadas, se permita el lujo de anunciar uno de sus títulos más esperados (me atrevería a decir que uno de los tres más esperados de todo el ciclo de Wii U) para 2015; no, espera, para 2016…; ah, no, perdón, para 2017… por segunda vez, como ya hiciera en su momento con Twilight Princess, caso del que está repitiendo todos y cada uno de los pasos, y que no gustó entre su público.

No parece importarles demasiado, como tampoco parece que les importe el hecho, y esto es una cuestión meramente sentimental pero significativa y que marca un hito en la historia de la compañía nos guste o no, de que Wii U pase a los libros como la única consola de sobremesa de Nintendo que al final de su vida no cuente con ningún Zelda original y exclusivo. Triste mérito. Eso sí, nos han «regalado» dos remasterizaciones bien bonitas, todo perdonado. O eso deben creer.

El juego corre el peligro cierto de convertirse en el típico producto que nace muerto, como muchas superproducciones de cine, por ejemplo, con unas ventas aseguradas, pero también con los ojos de crítica y público clavados en él, después de años de espera, de expectativas y mucha, mucha paciencia que sin duda son un excelente caldo de cultivo para un nivel de exigencia que será inusualmente alto y ante el que corre mucho más riesgo de sucumbir. Esta entrega deberá hacer frente a esta frase: «¿Y para esto llevo esperando tanto tiempo? ¿Para esto tanto retraso?». Nintendo se ve ahora en la obligación autoimpuesta de crear un proyecto casi perfecto que compense tantos sinsabores. Difícil tarea la que ellos mismos se han encargado.

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Los anuncios con los que nos hemos despertado esta mañana son francamente desalentadores: el comportamiento de Nintendo parece indicar que están dejando a su consola de sobremesa a la deriva, cuando queda prácticamente un año para la llegada de la próxima, las ventas de 3DS, que hasta ahora eran una apuesta segura, se han visto resentidas, así como los beneficios de la compañía, que si bien aún siguen generándose, están en una clarísima y preocupante disminución desde 2010 en adelante.

Diversificar, explorar otros horizontes es siempre bueno, los amiibo se han revelado como una inagotable fuente de ingresos, y Miitomo resulta un éxito indiscutible en la primera incursión de Nintendo en el mundo de los dispositivos móviles, pero por favor, Ninty, que los árboles no te impidan ver el bosque. Creedme cuando os digo que me duele de verdad escribir esto, pero uno debe ser honrado y consecuente con lo que piensa, y yo pienso que llevamos ya demasiado tiempo cayendo en malas decisiones. Todo tenemos presente que este no ha sido un año fácil con el triste fallecimiento de Satoru Iwata, el cambio de CEO…pero eso no debe ser excusa para que una grandísima compañía suelte las riendas de esta manera.

Lo que está claro es que nos encaminamos hacia una nueva era y, aunque ahora mismo no lo parezca en absoluto, confiamos en que al final vuelvan al camino correcto, al que nunca debieron abandonar. Al de mejor fabricante de videojuegos del mundo.