[Opinión] El cataclismo de la octava generación: la aparición de PS4 Neo, NX y Xbox One.5
Han pasado tres años y medio desde que Wii U llegó a nuestros hogares, dos y medio para Xbox One y PS4 que dieron un salto algo más tardío, pasando así a la octava generación de consolas.
Hoy nos damos cuenta de que algo ha fallado, algo está ocurriendo en las entrañas de las tres grandes compañías, que pretenden o planean renovar o sacar versiones más diferentes de estas todavía «nuevas» consolas.
Vamos a analizar rápidamente la situación del mercado actual y la de cada una de las tres grandes empresas en particular. Así comienza el terremoto de la octava generación:
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Antecedentes
Nintendo fue la primera de las tres grandes creadoras de hardware que decidió dar el paso a la nueva generación con Wii U, un concepto similar a Wii con cuatro veces más RAM que Xbox 360 y una arquitectura totalmente distinta, a priori bastante más potente que la anterior consola de Microsoft.
Al año siguiente, Sony y Microsoft hicieron su parte con dos consolas que estrenaban arquitectura similar a la del PC y cuadruplicaban a su vez en memoria RAM a Wii U, convirtiéndose en algo así como PCs «consolizados», con una apuesta por parte de Microsoft por la innovación con un mejorado Kinect 2.0.
Se que la memoria RAM que lleve un sistema no indica su nivel de potencia, ya que influyen un sinfín de puntos, pero si que nos da una idea de hacia donde quieren apuntar sus creadores.
Mientras tanto, las portátiles se hacían hueco en un mercado dominado por los smarphones, con una Vita abandonada rápidamente por Sony y una Nintendo 3DS que, aún en 2016 y con más de cinco años a sus espaldas, sigue dando guerra.
Unos diversifican y otros concentran esfuerzos, pero todos se han equivocado.
El fallo de Microsoft
Xbox One puede ser (y es) una gran consola, y lo es incluso sin su tumor de nacimiento, Kinect 2.0. Este lastre en forma de súper cámara que fue utilizado para dos juegos contados, aumentó el precio de inicio de la consola superando así notablemente al de Sony, haciendo que los usuarios, además de decantarse por la marca, lo hicieran por el precio.
Ni grandes exclusivas como Sunset Overdrive, Halo, Forza o Quantum Break han podido siquiera toser a Sony y su PS4, superando a la Wii U de Nintendo en ventas aunque con un margen bastante estrecho.
La cancelación de Fable Legends y posterior disolución de su estudio, las campañas de Sony para desacreditar a One con los juegos de segunda mano, el cambio de estrategia al año de salir la consola a la venta eliminando Kinect del universo… todo ha sido un fracaso que comenzó en el momento de la presentación de la plataforma.
El asunto, a estas alturas, tiene muy mala solución, con una Microsoft que se empeña en robar exclusivos a su propia consola para lanzarlos en PC. Esto nos hace pensar… ¿Y si la nueva consola de Microsoft, es en realidad el PC?
El fallo de PlayStation
Está claro que la plataforma mejor posicionada esta generación es PlayStation 4, la consola de una empresa que echa humo. Y decimos humo porque es de lo que viven sus usuarios, si no fuera por el inmenso apoyo de terceras compañías.
La gran baza de Sony es la publicidad agresiva, el espectáculo, el presentar 20 vídeos de juegos que ni siquiera han sido comenzados a programar. Esta estrategia, visto lo visto, ha funcionado y muy bien. Juegos publicitados a bombo y platillo como Knack o DriveClub, siendo películas de animación y la quintaesencia de la conducción respectivamente durante su anuncio, han terminado siendo juegos bastante mediocres o pasables, mientras que otros como Deep Down (con una dudosa demostración «real») dejaron a medio mundo boquiabierto derrochando potencia gráfica por los cuatro costados. Si, todavía estamos esperándolo.
¿Dónde están The Tomorrow Children, Rime o Detroit (Aka Kara)? ¿Dónde demonios se ha metido Dreams desde su presentación en 2013? Y ¿por qué entusiasmó tanto a la gente solo un vídeo si nadie sabía ni de qué diablos trataba el juego? Por suerte Nathan Drake está cerca de llegar ya a la consola, dos años después de su anuncio en 2014, eso si.
Quizá aquí el problema no sea de Sony, si no de la gente que se ha jubilado esperando The Last Guardian o Final Fantasy XIII Versus.
Si finalmente PS4 no sirve para reproducir contenido multimedia en 4K, como ya prometió la compañía, y «obliga» a las desarrolladoras a adaptar sus juegos a dos plataformas fragmentando aun más el mercado, creemos que los únicos contentos con la actitud de Sony serán ellos mismos.
El fallo de Nintendo
Y tú no te salvas, fábrica de sueños. ¿Qué es Wii U? ¿Es un mando para la Wii? ¿Es una versión de la consola?
Nintendo ha tenido problemas para explicar el concepto de Wii U desde su presentación, donde muchos terminaron confusos con el Wii U GamePad creyendo que no era más que una extensión de Wii.
No fue por intentos, y es que compañías como Ubisoft se dejó la piel (bueno, se rasgó superficialmente las vestiduras) en sacar juegos y ports de ultima generación e incluso el gran exclusivo temporal ZombiU, que gustó bastante a los usuarios de la consola. Rayman Legends, Pikmin 3, NintendoLand… Juegos que sin ser exponentes gráficos han sido de los mejores valorados de la consola.
Bayonetta, Smash, Mario 3D World, Mario Kart 8, Hyrule Warriors… Nintendo ha nutrido de juegos de una calidad muy alta a su consola hasta este momento, con Paper Mario o Fox ya en la puerta de la consola.
No se libra de retrasos como los que sufrió Xenoblade X, anunciado con dos años de adelanto y que fue vital para devolver la confianza de los compradores en su consola, que dudaban seriamente de su potencia.
El abandono third party, tanto por falta de fuerza técnica como por el público, las ventas iniciales y su complicada arquitectura, han propiciado la caída de Wii U, y aunque Nintendo asegura que no la dejará sin desarrollos, el «tranquilizador» anuncio de NX para no dar sensación de abandono a los jugadores de vídeoconsolas tradicionales tras la entrada al mercado móvil, ha servido para abrir la veda de un sin fin de rumores sobre los planes de futuro de la compañía.
El alzamiento del PC
Aunque las ventas de los PC disminuye de forma dramática año tras año (excepto los Mac, Apple vive en un mágico universo paralelo) en favor de las tablets, los usuarios de videojuegos en PC aumentan rápidamente, en unacarretera por la potencia en la que las videoconsolas tradicionales no pueden competir.
El último año hemos visto como Oculus y HTC Vive abren el mercado de la realidad virtual, que requiere grandes dosis de procesamiento gráfico para generar mundos lo más realistas posibles.
Facebook y HTC apunta a contenido social, Sony a simuladores y juegos tradicionales, y otras como Samsung en la reproducción de contenido multimedia. Apuntando a videojuegos, y de la misma forma que ocurría con Kinect, puede que la realidad virtual solo sea útil para ciertos géneros, previsiblemente simuladores de todo tipo.
Parece que la guerra por la potencia en videoconsolas está tomando un carácter absurdo y grotesco, con desarrolladores perezosos que cada vez quieren optimizar menos y usar más recursos, (¿habéis jugado Just Cause 3 en Xbox One?), y empresas que, a falta de innovación, solo buscan un alto grado de impresión visual para llamar la atención del usuario, aunque se trate de la cuarta iteración de una saga más que trillada sin ninguna novedad adicional aparente.
¿De verdad las videoconsolas necesitan estar tan a la vanguardia a nivel técnico para divertir con nuevos juegos?
Los parches de la nueva generación
Suponiendo que PS4 Neo no mate desarrollos en la actual PS4, las creaciones cada vez más ambiciosas alejarán a las consolas actuales del estándar de buen funcionamiento, con un buen antecedente en Hyrule Warriors Legends para Nintendo 3DS (si, funciona en la antigua 3DS, funcionar funciona).
Llegará el momento, cada vez más cercano viendo juegos como FF XV o MGS V, en que lo fotorrealista esté a la orden del día, y… ¿Cuál es el objetivo que queremos conseguir creando un videojuego?
Permitidme volver a 1995, cuando para hacer algo diferente y divertido no se requería montones de gigas de memoria RAM, una tarjeta gráfica superpotente de más de 500 euros o que se vieran con toda nitidez los poros de la piel de un personaje.
Una vez más, vuelvo a lo mejor que ha dado esta generación y el ejemplo a seguir (en mi opinión): Splatoon. Ni Bloodborne, ni Quantum Break, ni Super Mario 3D World.
No necesitamos estar a la última en potencia para crear software y consolas buenas y divertidas. Lo que necesitamos son mentes creativas que tengan nuevas ideas, frescas y originales, sin necesidad de que lo único de lo que se tenga que presumir sea de potencia gráfica.
Ya hemos visto de lo que es capaz Wii U con Xenoblade X. Han creado un mundo abierto colosal y lleno de vida en una consola poco potente comparado con los sistemas actuales. Si se puede hacer algo tan grande con tan poco, ¿de verdad necesitamos siempre más? ¿Estar a la última? ¿No estaremos equivocándonos de dirección de ruta?
Creo que la respuesta a esto es que hay, si me permitís la expresión, una crisis creativa de la ostia, que se intenta tapar con gráficos ultrarrealistas y publicidad agresiva y rocambolesca.
Si esto fuera un patio de colegio, parecería que Sony quiere lanzar «cualquier hardware» estas navidades y presentar algo a toda costa este E3 para eclipsar el anuncio de Nintendo NX. Pero sería raro hacer una presentación de algo tan importante de forma improvisada, ¿no?.
Nosotros, por nuestra parte, lo único que podemos hacer es analizar la situación, no dejarnos llevar por los ojos, y elegir la opción que mejor se adapte a nosotros, aunque todos queremos lo mismo: divertirnos jugando.