[Análisis] ‘Mutant Mudds: Super Challenge’ (eShop 3DS)
Mutant Mudds, de Renegade Kid, es una historia de superación en sí mismo. En principio iba a ser un título con gráficos 3D para DSiWare, pero la mochila propulsora del protagonista no tuvo suficiente fuerza para llevarle a la anterior portátil de Nintendo. Lejos de lo que su nombre indica, la desarrolladora no se renegó y reinventó la idea para la eShop de la 3DS. Ahora llega su secuela Mutant Mudds: Super Challenge, no apta para cualquier jugador por sus desafiantes añadidos
Puede parecer un videojuego simpático e incluso simplista, pero sus gráficos retro van acompañados de una dificultad desafiante y una jugabilidad de otro tiempo. Un plataformas innovador pero clásico, de los que crean escuela.
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La esencia minimalista que destila el juego en sus gráficos se ve reforzada por una historia sencilla y directa. Una corta cinemática y listo, a acabar con las extrañas criaturas que han invadido el mundo (los Mutant Mudds). Max, el protagonista, lo presencia todo por televisión y, equipándose con su bazuca y su mochila propulsora, se arma de valor para salvar el planeta. Todo ello con una estética entre los 8 y los 16 bits, “12 bits” según sus creadores.
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Un indie de otra época
En ese sentido se asemeja a lo que consiguió Shovel Knight: evocar nostalgia sin caer en ella, con un juego que se vale de la estética retro para ofrecer horas de diversión a cualquier perfil de jugador y traer tiempos pasados a las pantallas actuales. Y es que el juego de Jools Watsham, Matthew Gambrell y Troupe Gammage consigue enganchar gracias a su sencillez. Está íntegramente en inglés, pero la magia del género plataformero hace que eso se quede en un detalle sin importancia y que todos puedan disfrutarlo.
La senda del jet-pack
Nada más empezar nuestras opciones no son demasiadas: movemos al personaje con el stick analógico o el pad digital, además de disparar y saltar (propulsándonos al mantener el botón) con tan solo dos botones. ¿Simple? Por eso te enganchará tanto. Pese a ello, vais a necesitar un tiempo de adaptación para manejar con destreza vuestro jet-pack al mismo tiempo que disparáis a los viscosos invasores.
Este tipo de mecánicas fueron el pan de cada día hace no tanto y los creadores de Moon o Dementium se han propuesto recordarlo. Cada nivel está cargado de plataformas de lo más variadas y complicadas, desde las clásicas plataformas que tan pronto aparecen como desaparecen sin que nos haya dado tiempo a saltar, hasta fosos repletos de pinchos que se encargarán de acabar con nosotros con tan solo rozarlos. Saltos de infarto en los que tendrás que calcular cada milímetro y aguantar la respiración de pura tensión, sin obviar a unos enemigos que, sin ser difíciles, estarán en el lugar menos indicado justo cuando estés al lado del bendito punto de control.
Un planteamiento simple pero efectivo, una dificultad que favorecerá el progreso pero que exigirá paciencia a los jugadores e incluso puede llegar a desesperar… puro estilo old school. Sin embargo, innova en algo o apuesta por lo clásico? Renegate Kids no se ha conformado con ofrecer un plataformas en scroll lateral 2D al uso, sino que mediante ciertos propulsores podemos desplazarnos entre dos planos de profundidad, similar a lo que proponía Kirby Triple Deluxe. Una vez más puede parecer simple, pero combinado con el efecto 3D de nuestra portátil se obtiene un añadido que otorga frescura al género.
El esfuerzo tiene su recompensa
Como en todo videojuego de la época que intenta evocar Mutant Mudds: Super Challenge, la dificultad puede desesperar a cualquier jugador. Tres corazones y tiempo limitado en cada mapa hacen de esta versión un reto hardcore que hará sufrir tanto a novatos como a expertos. La poca capacidad de Max para soportar el roce de estos acabe con nuestra paciencia, ya que esto nos dejará sin corazones de forma inmediata y el contador de muertes subirá y subirá (admite hasta 9 dígitos). Si eso pasa, dejad el juego un rato y respirad. Pero volved a intentarlo; merece la pena.
Si los saltos ajustados, los fosos traicioneros y los enemigos colocados con la peor de las intenciones son vuestro fuerte, los 40 niveles sin autoguardado os sonarán a bendición. En ese sentido supera a su predecesor y lo de Super Challenge es algo más que un título. El juego es consciente de que un progreso lineal sería suficientemente frustrante como para que más de uno desistiera, así que hay varios niveles abiertos del tiempo para que el jugador no se quede atascado. Si el juego original ya refleja la esencia del octavo arte, este recuerda incluso más a la dificultad que planteaban clásicos como Mega Man. Para consuelo de muchos, en la sala de selección de nivel podremos elegir entre tres power-ups: uno para mejorar el arma y disparar más rápido y a más distancia, otro para aguantar más en el aire con la propulsión y uno para lograr un mayor impulso al saltar.
La correcta elección de la bonificación será clave para superar cada fase y, como para manejar los controles, no tendremos más ayuda para elegir que nuestra propia experiencia de juego. Para los que busquen el verdadero super challenge, existen rutas alternativas más difíciles que las principales, de modo que para completar de verdad el juego habrá que pasarse dos veces cada nivel con más dificultad si cabe. Esa voluntad de superación se verá recompensada con las 200 monedas de cada nivel, los discos de música, 20 personajes secretos y armas adicionales que ayudarán contra enemigos que antes eran invencibles (los fantasmas que aparecen en una de cada cinco fases). Las horas de juego son directamente proporcionales al nivel de cada jugador y a las limitaciones que cada uno se imponga.
Viva lo retro
Mutant Mudds: Super Challenge nos recuerda que un juego no necesita rendir a 60 fps en HD y disponer de texturas de ultimísima generación para hacer disfrutar al usuario. Es esa filosofía que siempre ha mantenido Nintendo, la de la diversión como objetivo principal y con la que la obra de Renegate Kids casa tan bien. Es un detalle que sea una edición cross-buy que nos de acceso a la versión de Wii U y 3DS sin importar cuál hayamos comprado. A muchos les fascinará cómo unos diseños tan desenfadados pueden derrochar tanto carisma. La paleta de colores, variada y resultona, es verdaderamente notable.
En cuanto al apartado sonoro, Troupe Gammage ha recopilado una serie de melodías con clara influencia de los plataformas de la vieja escuela. La música otorga más ritmo y simpatía si cabe al videojuego de la desarrolladora independiente. Como pasa con el apartado visual, la banda sonora combina elementos de la época de los 8 y 16 bits para tomarse la licencia de crear una suerte de estilo ’12 bits’.
Conclusión
Un juego básico pero desafiante que evoca los tiempos de Mega Man, Mario y otros tantos héroes plataformeros con un estilo audiovisual único. No es una locura afirmar que estamos ante uno de los mejores videojuegos de toda la eShop, que no es poco. Un must a precio de ganga (9,99 euros) tanto para los más nostálgicos como para aquellos que estén pensando en darle una oportunidad al género.
https://www.youtube.com/watch?v=hdH9XjHB1T8