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[Artículo] Las guerras de usuarios por defender una marca

Con diez años fue la primera vez que entré a un foro de videojuegos, pero no fue hasta los doce cuando empecé a interesarme por más por ellos. El motivo por el que comencé a participar asiduamente fue que la salida de Pokémon Perla y Pokémon Diamante estaba a la vuelta de la esquina y la necesidad de conocer todos sus detalles me llevaron a pararme en dicho lugar. Probablemente, durante un año y medio no salí de la sección dedicada a la Nintendo DS, y la verdad es que pasaba casi todo el tiempo en el tema dedicado a estos nuevos lanzamientos. Sin embargo, hubo un momento en el que me entró curiosidad y quise ver de qué se hablaba fuera. Fue entonces cuando me encontré con una realidad que no ha cambiado en los últimos diez años: las guerras de usuarios por defender una marca.

Hay pocos sectores en los que los usuarios se enamoren tan profundamente con una marca como en el tecnológico, quizás únicamente en el fútbol y en la política tengamos escenarios semejantes. Las batallas entre partidarios de iOS y Android es comparable a la que tenemos nosotros entre Microsoft, Sony y Nintendo. Un éxito del marketing es que un consumidor se convierta en tan entusiasta de la marca que cuente sus bondades en su entorno —que con Internet es infinito— y que la defienda de sus detractores. Es el objetivo de toda empresa. Sin embargo, hay un momento en el que el entusiasmo cruza una línea y deja de ser positivo: cuando el usuario empiece a menospreciar, insultar y a privarse de disfrutar de los productos de otras marcas.

Esto es algo que nunca he podido comprender. Como os he contado en muchos de mis artículos yo le tengo un cariño muy especial a Nintendo. He crecido con esta marca y desde que tengo uso de memoria no he dejado pasar ninguna de sus consolas. Me chiflan sus personajes, sus mundos y el cuidado que pone la compañía a la hora de desarrollar sus videojuegos. Solo se puede comparar este gusto con el que también siento por Apple, aunque eso no viene a cuento.

Sin embargo, a pesar de todo este cariño, nunca le diría al resto que sus productos son peores, nunca les tomaría por tontos por comprarlos, y muchísimo menos me privaría de jugar a los juegos de Sony o Microsoft —por algo tengo también una PlayStation 4 y una PSVita en mi habitación—. No le veo sentido a llevar el amor por una marca hasta el extremo de odiar todo lo demás.

Así llegamos al término «fanboy». Aunque todos sabéis a qué me refiero, ¿cómo podemos definirlo? Bajo mi punto de vista, considero un fanboy a «aquella persona a la que le gusta tanto una marca que su fanatismo acaba nublándole el criterio y juicio a la hora de tomar decisiones en ese campo». ¿Estáis de acuerdo? ¿Qué le añadiríais?

En lo personal, creo firmemente que a un fanboy no le gusta realmente el ocio que tanto se empeña en defender. Un amante de los videojuegos podrá jugar a lo que sea sin importarle el logo que aparezca en cada caja. Una persona que disfruta tanto de este mercado puede ser crítico con las decisiones que van en contra de los usuarios. Porque si no eres capaz de hacer todo esto, es que lo que te gusta es la pelea y la polémica.

Este tipo de comportamientos no le hace ningún favor a esta industria. Primero porque las compañías solo buscan hacer dinero. Pueden cuidarnos más o menos, pero eso no quita que lo que les interese sean nuestros bolsillos. Segundo, porque estamos consiguiendo que en un ocio que podemos disfrutar todos juntos se estén creando bandos que no nos aportan nada más que enfados. ¿Por qué no remar todos en la misma dirección? ¿Por qué tener odio del que tiene los exclusivos de otra compañía?

¡Basta! Desde Nintenderos queremos lanzar un mensaje: #StopALaGuerraGamer. Súmate a él por las redes sociales y ayúdanos a conseguir que la gente vuelva a ver esto como lo que es: diversión.

¿Tú qué piensas de estas guerras de usuarios? ¿Alguna vez has participado en una? ¿Cómo conseguirías que se detuvieran? Déjanoslo en los comentarios.