[Análisis] ‘Mario Kart 64’ (CV de Wii U)
La franquicia Mario Kart es sinónimo de evolución. Su vuelta a las pistas siempre pone a toda máquina la fábrica de ideas para crear un producto totalmente diferente al resto, que incorpore suficientes novedades como para ser único en su especie. Una premisa que la serie se ha ido tomando más en serio conforme ha transcurrido el tiempo; sacando el mayor partido a las capacidades exclusivas de las plataformas en las que ha aparecido. Una tendencia que fue más allá con el lanzamiento de Nintendo DS y Wii, donde el reto no sólo residía en explotar la potencia, sino en hacer un uso inteligente de las características propias de cada consola.
Con Mario Kart 64 no era tan difícil. Incorporar novedades en una saga que estaba en plena niñez aún tenía un amplio margen de mejora; aprovechar la monstruosa desigualdad entre Super Nintendo y su sucesora para añadir todo lo que fue imposible en Super Mario Kart, el origen de la serie. Una ventaja de la que Nintendo no supo sacar partido, o para ser justos, menor del que se esperaba: la evidente diferencia visual no fue suficiente ante la falta de cambios de peso. Un salto cualitativo pero no cuantitativo, que en parte se compensó por el exquisito control del juego, adaptado como anillo al dedo a la ergonomía del mando, y su apuesta por el multijugador a cuatro bandas. Será que con el paso del tiempo la franquicia nos ha ido mal acostumbrando y diez años después estemos siendo excesivamente exigentes.
En términos generales, las novedades se basan más en sustituir que en aportar con respecto a su antecesor. Los escenarios ganan en realismo y variedad (Autopista Toad era una locura por aquel entonces), con más elementos en pantalla, baches, colinas, saltos, cambios de rasante y pendientes, pero con tan solo 16 pistas disponibles (en contra de las 20 del título de Super Nintendo); se bajan de la parrilla Koopa Troopa y Donkey Kong Jr. para dar entrada a Wario y Donkey Kong, un cambio natural que mantiene el número de conductores en ocho. Los ítems, la salsa y sello distintivo de la serie, son bastante conservadores: los caparazones verdes y rojos, además de los champiñones, se encuentran también en grupo de tres; indispensables para marcar estrategias en carrera; se pierde la pluma, que permite saltar para evitar obstáculos, para dar la bienvenida a la caja de ítems falsos, el champiñón dorado y la joya de la corona: el caparazón azul. Uno de los grandes aciertos de Mario Kart en todos sus años de vida.
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La jugabilidad mantiene el nivel impuesto por Super Mario Kart a pesar del salto a las tres dimensiones y la dificultad que ello conlleva. De hecho, Nintendo supo adaptar a las mil maravillas prácticamente todas sus franquicias en Nintendo 64. Tomar posesión del kart es una delicia; el uso del stick, algo insólito en aquel momento en otras consolas de la compañía, sorprendió y sigue haciéndolo en su versión para la Consola Virtual de Wii U con una respuesta excelente. La exigencia del control y algunos escenarios requieren lo mejor de nosotros en la cilindrada de 150cc, donde se exige concentración para alcanzar la meta en primera posición o evitar desviarse de la pista del circuito.
Una de las grandes bazas de Mario Kart 64 fue la apuesta por el multijugador, con hasta cuatro jugadores en Grand Prix o Modo Batalla y una fluidez que en contadas ocasiones se ve afectada en Wii U. Una opción que a día de hoy puede quedarse obsoleta ante la competencia de sus hermanos, pero que aporta la misma diversión y frescura que entonces aún con sus limitaciones. Y que tiene a favor la alta variedad de controles que soporta, desde el GamePad (con Off-TV incluido) o mando Pro de Wii U, hasta el mando clásico, de Wii e incluso hasta el de Game Cube. La excusa perfecta para recordar quien fue antaño el Rey del salón de miles de hogares.
Mario Kart 64 puede adquirirse en la eShop por 9,99€. Un precio similar al resto de títulos de la franquicia disponibles en la Consola Virtual de Wii U, como Super Mario Kart, Mario Kart: Super Circuit 0 Mario Kart DS; dura competencia a la hora de decidir cuál comprar. Por suerte, la entrega de Nintendo 64 mantiene intacta sus funciones multijugador y luce mucho mejor en la pantalla del televisor a pesar de las carencias de contenido, sobre todo al compararlo con sus homónimos de GameBoy Advance y Nintendo DS.