[Retroanálisis] ‘Zelda II: The Adventure of Link’
El increíble éxito de la primera entrega de la saga The Legend of Zelda propició la salida de una secuela en 1988 (fecha occidental) para la misma consola, la Nintendo Entertainment System, o más comúnmente conocida como NES; sin embargo, este nuevo título tenía una gran presión a sus espaldas que no logró superar tan correctamente como se esperaría. Supone un cambio radical en la fórmula respecto a la entrega anterior (fórmula que no se volvió a repetir), añadiendo más elementos roleros y eliminando ese toque especial que tenía el original. Aun así, estamos ante una obra de calidad aceptable, que, aun siendo el peor juego de la saga para muchos, no es un mal título.
El primer cambio que notaremos nada más jugar será el título, siendo simplemente Zelda II. Es la excepción en la familia, ya que todos los juegos son nombrados “The Legend of Zelda” junto a un subtítulo. También nos sorprenderá el cambio total de perspectiva, el juego estará dividido en dos puntos de vista distintos, el mapa del mundo con la conocida perspectiva cenital, y una visión enfocada para los momentos de acción en 2D.
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El objetivo de nuestro héroe, Link, será despertar a la princesa Zelda de un sueño eterno, y para logralo debemos superar los 7 palacios o templos que conforman el título, estructuras donde nos enfrentaremos a los más temibles monstruos antes de una batalla contra el jefe de la zona. Los templos siguen teniendo un diseño que invita a explorar todas sus salas, con un tamaño bastante decente, aunque se hacen repetitivos. Veremos nuevas criaturas y también otras ya conocidos.
Para llegar a los templos tendremos que recorrer un gran mundo parecido al de The Legend of Zelda, pero de mayor tamaño. Sin embargo, en esta ocasión los enemigos no estarán repartidos por los escenarios, sino que unas siluetas de monstruos aparecerán de la nada e intentarán acercarse a nosotros con movimientos bastante impredecibles. Al toparnos con una silueta aparecerá un escenario con una vista en scroll lateral, y que estará infestado de enemigos.
Para salir de esa zona simplemente debemos llegar al final. Son fases muy breves y no hay necesidad de derrotar a cada una de los oponentes. Con el paso del tiempo estos combates se llegarán a hacer verdaderamente frustrantes y aburridos, e incluso intentaremos evitarlos a toda costa. Cada bichejo que mandemos “al cielo” nos dejará una pequeña cantidad de puntos de experiencia, uno de los elementos roleros que comentaba anteriormente, y es que Link podrá subir de nivel, y al hacerlo podremos desarrollar uno de los tres atributos disponibles: Ataque, Salud y Magia. Como es lógico, el ataque hará que nuestra espada cause más daño, la salud aumentara nuestra defensa para que sea más difícil derrotarnos, y la magia nos servirá para reducir el consumo de esta al usar nuestros hechizos. Y si queremos aumentar aun más nuestra vida y cantidad de magia, habrá repartidos por todo el mundo contenedores de corazón y magia.
Zelda II sigue manteniendo cierta libertad heredada del original pero su desarrollo se ha vuelto más lineal, algo que no es nada negativo. Repartidas por todo Hyrule habrá aldeas con varias casas que visitar y PNJs con los que hablar. En este juego será más importante que nunca conversar con los habitantes del reino, ya que podrían ofrecernos pistas útiles, recuperarnos la salud o la magia e incluso darnos técnicas y hechizos nuevos. Podríamos decir que estos elementos sustituyen a los objetos de Link de las demás entregas, de los que solo hacen aparición unos pocos.
Hay de todo tipo, como un conjuro que nos volverá prácticamente invencibles o una habilidad para saltar más alto. Este es el único juego de Zelda en el que podremos saltar pulsando un botón y agacharnos para cambiar la posición del escudo y defendernos de ataques bajos. Tendremos una barra de vida y otra de magia que se irán agotando a medida que perdamos salud o usemos nuestras técnicas. Nuestro personaje tendrá 3 reapariciones, cuando las pierda regresaremos al inicio del mapa, frustrando la experiencia de algunos jugadores. Además, el título posee una dificultad notable.
El estilo gráfico también ha cambiado profundamente, mejorando los sprites en general y consiguiendo un mejor acabado, con entornos más diferenciados entre sí que su predecesor; aun así, los poblados pecarán de ser prácticamente iguales, y lo mismo ocurre con los personajes que encontraremos. La gran mayoría de sonidos son nuevos, y escucharemos una pequeña variedad de melodías de buena calidad y perfectas para la aventura que nos espera.
Entre la dificultad propia del título, el tamaño del mundo, la limitación de 3 vidas y la propia duración del título, tenemos juego para rato, si no lo acabas abandonando antes…
Conclusión
Zelda II: The Adventure of Link es una excepción en la saga por el cambio tan grande de las mecánicas y la introducción de elementos roleros, que por desgracia, no le sentaron bien del todo. Un juego aceptable, no es un mal título, pero tampoco el mejor. Puede gustar a algunos fans de la saga o disgustar a otros, y desde luego, no es recomendable para gente nueva.