[Opinión] ‘Pokémon GO’ me llega tarde

La semana pasada volvieron a comenzar las clases. La universidad nos esperaba con los brazos abiertos cual trampa que cercenará todo nuestro tiempo. Debido a ello, estos últimos días no he tenido tiempo para jugar, ni otras cosas tan ordinarias como ver una serie de televisión —aunque es verdad que el Eurobasket está ocupando gran parte de mis ratos libres—. Sin embargo, a mediados de esta se anunció un juego que ha llamado la atención de amantes y detractores de la saga: Pokémon Go.

Para los que no hayáis visto el trailer, se trata de un nuevo videojuego de la famosa saga japonesa, aunque algo distinto: es para smartphones y se basa en la realidad aumentada. No voy a mentir. Yo soy de los que adoró el trailer. Es un concepto de juego que me gusta. Obviamente sé que no se va a ver así, que luego será mucho más cutre, pero todo lo que sea expandir esta saga a más plataformas cuenta con mi apoyo. Ojalá se hubiese lanzado al mercado hace muchos años… Y a eso quiero ir a parar. Pokémon Go me llega tarde, igual que a muchos de mi generación, pero estoy seguro de que será un éxito entre los más jóvenes.

A medida que crecemos muchos recuerdos van desapareciendo. Es inevitable. Nuestro cerebro no es infinito y lo más nuevo va sustituyendo a lo anterior (Inside Out, la última película de Pixar nos habla de ello). No obstante yo tengo uno grabado a fuego en mi mente. Estaba en la piscina con mis amigos. Tendríamos siete u ocho años, a lo mejor nueve, y disfrutábamos del verano. En esta estación dividíamos el tiempo de tres maneras: piscina, quedar para jugar a la Game Boy y partidos de fútbol. Pero nada decía que no pudiésemos mezclar diversiones. En el agua, cuando nos cansábamos de chapotear, como niños que éramos, dejábamos volar nuestra imaginación. Así empezábamos a decir los pokémon (imaginarios obviamente) que teníamos sueltos cada uno por la piscina. Alguno hablaba de Pidgey sobrevolándonos, otros teníamos a Bulbasaur pastando en el césped… Nos lo pasábamos genial.

Ahora me paro a pensar lo que hubiese supuesto para nosotros contar con este juego en esa época aunque ofreciese únicamente un 25 % de lo que promete. Poder salir a la calle con nuestros teléfonos y buscar por cada callejón un Pokémon. Que, aunque fuese a través de una pantalla, estuviesen ahí, en nuestros jardines, delante de nosotros. Atraparlos y combatir sobre el asfalto. Sería increíble volver a esa edad por un solo momento.

Miles de detractores han aparecido desde su anuncio. Todos dicen lo mismo, y es verdad: el tráiler solo vende humo. Lo único que ha buscado es jugar con el hype de los más pequeños y los más nostálgicos. Pero ahora os pregunto: ¿y si funciona medianamente bien? ¿Y si se mezcla con la imaginación de los chavales? Porque este juego no está dedicado a los que ya pasamos la veintena, sino a los que rondan la primera decena.

Estoy seguro de que este juego será todo un éxito en ventas. Y lo estoy porque si yo tuviese diez años estaría deseando jugarlo. También me la jugaría a que el accesorio que van a comercializar a parte va a ser uno de los dispositivos más vendidos del año que viene. Claro que no se reunirán diez mil personas en Time Square para atrapar a Mewtwo, pero sí que grupos de amigos jugarán juntos para intentar superar el evento de turno.

Por último, me gustaría felicitar a Nintendo por el acierto comercial que tiene este último anuncio. Si os fijáis, únicamente se muestran pokémon de la primera generación. Eso se debe a que buscan que todos, incluso los que solo tocaron una Game Boy en sus primeros años, evoquen sus recuerdos a la hora de verlo. Conmigo lo han conseguido, aunque no era demasiado difícil. Pokémon para mí siempre será Pokémon, la saga a la que más horas le he dedicado de mi vida. Es mi infancia y la de la mayoría de los de mi generación. Me gustaría que, si alguna vez tengo un hijo, pudiese disfrutar de ellos.

Hazte con todos.