[Análisis] ‘Child of Light’
En este título viviremos la aventura de Aurora, una niña austríaca que muere tras una larga enfermedad. Sin embargo, gracias a un hechizo de su madre, la pequeña despierta en la tierra mágica de Lemuria; allí deberá salvar el mundo de Umbra, la Reina Oscura que ha robado el sol, la luna y las estrellas. Aurora, ayudada por la luciérnaga Igniculus, deberá recuperarlos para así salvar a su padre y el reino de Lemuria.
Child of Light es un juego muy llamativo, lo primero que resalta es el estilo artístico (de la mano de Patrick Plourde), los paisajes y personajes parecen pintados con acuarelas y lápiz. El diseño de Aurora es muy bonito, el pelo rojo fuego, que no para de moverse y flotar siguiendo los movimientos de la niña, contrasta con los escenarios en los que suelen abundar tonos fríos y desaturados. El resto de personajes es variado y hay para todos los gustos, aunque los enemigos se repiten a menudo y varios simplemente cambian en el color. Los escenarios son variados y muy espectaculares, recorreremos bosques, minas, una ciudad aérea… Las distintas partes están colocadas en diferentes planos para dar sensación de profundidad y la iluminación ayuda a enfatizar la atmósfera.
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El motor gráfico del juego, UbiArt empleado también en Rayman Legends y Rayman Origins, en 2.5D nos permitirá movernos en 2 direcciones a lo largo del mapa, aunque los personajes ingame están modelados en una mezcla de 3D y 2D. Para las conversaciones, dichos personajes contarán con sprites dibujados con algunas expresiones para ayudar a la expresividad del diálogo. Hablando del diálogo, el juego está entero rimado lo cual acentúa la temática de cuento de hadas presente en todo el juego.
En cuanto a la jugabilidad nos encontramos con una mezcla entre plataformas y RPG por turnos. Manejaremos a Aurora por el mapa, primero saltando y luego volando e iremos resolviendo una serie de puzzles de pesos y luces. Con la pantalla táctil o el joystick izquierdo manejaremos a Igniculus el cual nos ayudara a conseguir ítems y resolver los puzzles. Cuando nos choquemos con los enemigos dispersos por la pantalla, se cambiará la escena y empezará el combate por turnos. Cada turno se basa en dos partes: cargar y lanzar; si durante la carga de nuestro ataque el enemigo estaba cargando el suyo, lo interrumpiremos y ganaremos un turno. Parece sencillo, sin embargo la importancia de interrumpir será mayor a medida que subamos niveles, para ellos podremos ralentizar a los enemigos con la ayuda de Igniculus.
Otro aspecto fundamental de la jugabilidad es la creación de los oculis. Cuando derrotemos a los enemigos y abramos cofres iremos consiguiendo unas gemas, estas gemas se deberán combinar para conseguir oculis cada vez más poderosos que nos darán mejoras, generalmente para las magias. También será muy importante la exploración para conseguir pociones, orbes y gemas. los mapas son amplios y hay bastantes secretos y partes ocultas. Además iremos encontrando unas cartas que profundizarán más en la historia de Lemuria.
Nuestra party constará de dos personajes en batalla, sin embargo éstos se podrán cambiar fácilmente en medio de los combates. Nuestros compañeros se pueden separar en dos grupos: de apoyo y de ataque, entre los de apoyo nos encontramos al típico healer, o uno que nos da inmunidad ante las magias enemigas, mientras que entre los que atacan tendremos magos y personajes de ataque físico. La ventaja es que no hace falta luchar con los personajes para que suban de nivel, ganan todos experiencia. Al ganar experiencia entramos en un menú ramificado donde elegiremos las mejoras que desbloquear para las distintas habilidades.
El juego consta de 10 capítulos separados, al final de cada capitulo tendremos una pelea contra un jefe final. En total la duración está entre las 10 y las 15 horas. Es importante leer bien los diálogos, ya que la historia está llena de metáforas y sutilezas y a veces difuminarán ciertas partes de la trama.
La banda sonora es de Coeur de Pirate, una compositora y cantante canadiense famosa en la escena indie. En las melodías destaca el piano, muy delicado en las partes de tranquilidad y con más percusión en las batallas. La música acompaña perfectamente cada escena y da esa sensación de magia que busca el juego. La pieza final “Off to Sleep” cantada por la propia compositora será el broche final de un gran juego.
Hasta ahora he ido enumerando todas las maravillas que tiene el juego: gráficos, jugabilidad, música; sin embargo, esté título tiene algunos fallos. La relación de Ubisoft con Nintendo no es perfecta y esto se puede apreciar en el vago port de Assassins Creed 3 o en la tardanza en publicar Watch Dogs. En el port de Child of Light para WiiU se han incorporado cosas buenas, como el control táctil en los menús o Igniculus o el modo Off-TV. No obstante se parecía caída de frames en ciertas partes, y la luciérnaga no responde del todo bien al control por lo que a veces se queda parada.
En definitiva, a pesar de estas imperfecciones, es un gran título. La historia sigue la clásica estructura de cuento de hadas, pero la trama se va volviendo cada vez más interesante. Al final le acabarás cogiendo cariño a Lemuria y Aurora.