[Análisis] ‘Don’t Starve’ (eShop Wii U)
Hoy nos encontramos ante un juego del que Tim Burton se sentiría orgulloso. Con una elaborada estética y un negro sentido del humor, los chicos de Klein Entertaiment nos sumergen en un mundo lleno de misterios donde la supervivencia será nuestra única y principal misión. Es uno de esos juegos de los que poco esperas cuando lo compras, pero que poco a poco te va sumergiendo en su mundo hasta que te fascina y no puedes parar de jugarlo.
Nuestra aventura comienza tras un breve vídeo en el que se nos explica como llegamos al extraño universo en el que nos encontramos y un breve mensaje que nos recomienda comenzar nuestra búsqueda de alimentos y refugios antes de que llegue la noche. Así, sin la mínima ayuda ni un simple tutorial, deberemos prepararnos para la llegada del final del día, pues con la oscuridad nos atacarán las mas diversas criaturas, de las que poco más que protegernos empleando fuego podremos hacer en estos momentos. También deberemos tener mucho cuidado con las tres facetas que afectan a nuestro personaje: hambre, salud y salud mental, ya que dos son letales directamente mientras que la tercera provocará alucinaciones, en forma de terribles criaturas, que nos atacarán también en la oscuridad.
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El mundo en el que nos movemos nos da total libertad de actuación, podremos cazar, coger objetos, hacer combinaciones entre ellos para fabricar nuestras necesidades… El entorno se crea de forma aleatoria al empezar cada partida, por lo que cada vez que empecemos será diferente y no será tan repetitiva su exploración. ¿Y por qué vamos a volver a empezar una partida después del trabajo de explorar todo una vez? Esa pregunta que todos os deberíais hacer tiene dos posibles respuestas: la primera es que si nuestro personaje se muere, hay que volver a empezar el juego desde cero; la segunda es que con cada partida acabada obtendremos unos puntos que nos servirán para desbloquear nuevos personajes, cada uno con sus propias características y habilidades.
Gráficamente el juego no es excelso, podría decirse que cumple con su propósito y sus necesidades sin mayores ambiciones. Igual sucede con las melodías, que pueden llegar a hacerse realmente cansinas si nos paramos a escucharlas, pero que sin ellas no sería lo mismo esta aventura. Claro que la ambientación “burtoniana” le da un punto de gracia, al igual que los ingeniosos comentarios, aunque hay que saber inglés para poder comprenderlos porque el juego no está traducido al castellano. Éste, junto con lo repetitivo que se puede acabar haciendo el juego cuando se lleva un buen número de horas invertidas en él, son los grandes fallos que se le pueden achacar al juego.
Por todo ello se puede decir que nos encontramos ante un juego muy entretenido, que igual no llega a ser un gran clásico, pero que, apoyándose en su estética, su dificultad, y la sensación de acecho que nos acompaña desde el inicio hasta el final, nos tendrá pegados a las pantallas de nuestra Wii U durante muchas horas intentando sobrevivir.