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[Artículo] Sucesores espirituales acuden a la salvación de los fanáticos

Los indies han sido pioneros en el uso del crowdfunding aplicado al mundo de los videojuegos. Gracias a esta mecánica de micro-mecenaje, grandes títulos han visto la luz, siendo el ejemplo más exitoso Star Citizen, que recaudó más de 83 millones de dólares. Otros han utilizado este método de financiación para introducir contenido adicional, como es el caso de Unepic, el cual pudo obtener así el añadido de actores de doblaje.

Aun así, no os vengo a hablar hoy de videojuegos independientes cualquiera, sino de aquellas viejas glorias a las que ya no se les permite desarrollar franquicias clave del pasado. Palabras como «este juego ya está pasado de moda» o «el hardware actual ofrece demasiada potencia como para desarrollar un nuevo juego de esta saga» son solo algunas de las razones que a muchos fanáticos no les sirven, ya que mueren por ver un nuevo título de la franquicia en cuestión. Por eso mismo, hoy queremos dar protagonismo a los sucesores espirituales de los siguientes grandes títulos. Podríamos llamarlos, en la actualidad, la trifuerza de tiempos pasados:

Bloodstained: Ritual of the Night es el sucesor de los clásicos Castlevania en dos dimensiones, aunque parece tener mucha relación en cuanto a conceptos con Symphony of the night. Está producido por Koji Igarashi y promete ser una gran dosis jugable, artística y nostálgica.

Por otra parte, tenemos a Yooka-Laylee, sucesor de la IP poco utilizada Banjo Kazooie. Las mecánicas presentadas son las mismas que en su predecesor, pero con personajes distintos y una banda sonora que trae los recuerdos con los simples suspiros del viento.

Por último, encontramos Mighty No.9, polémico en los últimos días a causa de no incluir una versión especial para WiiU, ya que su creador, Keiji Inafune, hizo un llamamiento importante a los nintenderos para poder realizar el proyecto con éxito. Aun así, la calidad del mismo no se pone en duda y se espera un título que prometa alertar a Capcom sobre su decisión de no hacer más juegos de MegaMan tras la cancelación de MegaMan Legends 3.

Una vez explicado todo lo anterior, os insto a que miréis atrás, hacia el pasado año 2014 y penséis en los títulos que salieron denominados como «triple A» o superproducciones. El año pasado fue muy bueno para Nintendo y para los indies, pero todo lo demás poco relució. Por poner algunos ejemplos, TitanFall prometía acabar con la monotonía de Call of Duty, pero parece que no tuvo el boom esperado, a pesar de su buena calidad. Junto con este shooter en primera persona, le acompañaron Evolve, con polémica por la gran cantidad de DLC, a pesar de tener una idea original y loable. Un batacazo enorme fue, a nivel técnico, Assassin’s Creed Unity, que fue dejado de lado por jugadores que aseguraban no poder jugarlo en óptimas condiciones con un PC de gama alta. Incluso juegos que, bajo mi punto de vista, merecieron más reconocimiento y no lo tuvieron, como es el caso de Dragon Age: Inquisition. Tuvo buenas críticas y ganó el premio al juego del año, pero eso no pudo evitar que otras producciones con menos trabajo y calidad le solapasen en éxito. Fue como si los verdaderos jugones hubiesen preferido esconderse en un hoyo al ver el panorama desastroso de títulos grandes. Para más inri, SEGA cavó una tumba para Sonic de una forma que más vale olvidar, pero no para no pensar en el erizo jamás, sino para ver lo que era antes y en cómo puede renacer.

A lo que quiero llegar es… a todas esas producciones millonarias, sin éxito, sin calidad, o sin ambas… ¿Cómo les habrá sentado que videojuegos independientes como Shovel Knight hayan costado mucho menos y hayan tenido mucha mejor recepción? Y lo más importante ¿Por qué ha sucedido tal cosa? Mi respuesta es la siguiente: Los indies son, en parte, fanáticos de los videojuegos que quieren ver algo hecho realidad. Si, también lo son los trabajadores de, por ejemplo, Ubisoft, pero difícilmente cuidarán con tanto cariño un juego cuando están bajo contrato, mientras que los creadores de Mighty No.9, Bloodstained: Ritual of the Night y Yooka-Laylee llevan a cabo dichos proyectos por propia iniciativa.

A pesar de que eso fue el año pasado, creo que es una situación comparable a la siguiente: los tres títulos anteriormente citados ya han sido un enorme éxito de financiación y se auguran buenas ventas para ellos, ya que hace demasiado tiempo que los fans los llevan pidiendo. Entonces ¿Hará esto despertar a Konami, Capcom y Rare? ¿Les hará ver que estaban en un error al no dejar desarrollar dichos juegos? ¿Será este un reclamo de sus creadores para que las compañías les dejen volver a hacer estos títulos? Es decir, Konami y Capcom parecen querer ir a lo seguro en cuanto a videojuegos y producir solamente los que sepan o crean que van a dar beneficios.

Quién sabe… por ahora, lo único que podemos hacer es sentarnos a vislumbrar este espectáculo que será ver en las estanterías sus ediciones físicas (aunque la de Yooka-Laylee no está confirmada) junto a las de los videojuegos de las compañías que tienen los derechos de sus predecesores. Esto es una batalla interesante y vale la pena tener los ojos bien abiertos para no perder detalle.

Señoras y señores, estamos a punto de vivir algo histórico.

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