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[Artículo] Breve experiencia en el E3 2015

La semana más importante para los videojuegos del año, o así dicen. Personas de todo el mundo se juntan en Los Ángeles para dejarse llevar por el misterio y la intriga patrocinada por las compañías que han visto nacer a tus personajes favoritos y, si puedo agregar, tus amigos más cercanos. Sí, el E3 2015 ha concluido y desafortunadamente para nadie es un secreto que la participación de Nintendo fue, a diferencia del año pasado y poniéndolo en las palabras menos hirientes que la educación que he podido pagar me ha conseguido, deficiente e incluso prescindible.

Muchas otras palabras aceptadas podrían describir despectivamente el espectáculo y solo aquel que no conozca límite en su billetera se atrevería a refutarlo, pero ni mi problema con Nintendo es monetario, ni he venido a poner el dedo en la herida. De hecho, a riesgo de parecer inconsistente habiendo expuesto lo anterior, hoy estoy aquí para ser positivo. Intentaré explicarme mejor redactando una breve parte de mi experiencia en la conferencia de Nintendo de este E3:

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16 de junio de 2015, 9:00 a.m. La sala para la exposición de Nintendo estaba impecable. Era difícil creer el entusiasmo que acompañaba a las personas que me rodeaban, un martes por la mañana. Solo Nintendo podría estar detrás de tal emoción. Algunos susurraban minutos antes de empezar y aseguraban conocer lo que anunciaría la compañía. “¡Un nuevo Metroid se revelará para Wii U, te lo digo yo!”, dijo en inglés alguno de los visitantes con aires de superioridad. Mientras tanto, otros apostaban, literalmente, por si “The Legend of Zelda para Wii U” inauguraría el evento digital o tendría la responsabilidad de concluir el mismo. Incluso hubo quien, confiado en sus habilidades súper humanas de predecir el futuro con las que presumía de haber sido dotado por el mismo Satoru Iwata, afirmaba que no solo mostrarían por primera vez NX, sino que estaría a la venta este mismo año y en oferta para quienes tienen una Wii U.

Acto siguiente comenzó la conferencia y lo mostrado en la pantalla fue seguramente idéntico a lo que intuyo la mayoría de vosotros pudo ver a través de Twitch, Youtube, Nintendo.com e incluso varios medios informativos de alto prestigio. Hizo falta valor para aceptar el resultado final de dicha presentación. Incluso los nintenderos más radicales parecían estar indignados ante la situación y, quienes no estaban molestos, tampoco parecían estar nada complacidos. Solo un valiente podía estar de pie escuchando semejantes acusaciones hacia la compañía más significativa de su infancia y tener que enfrentarse a la desagradable posibilidad de estar de acuerdo.

Sin embargo, lejos de disgustarme, lo entendí. Nintendo esta vez no innovó, costumbre que ha definido a la gran N por decenas de años. Su versión de Metroid era demasiado similar a otras importantes franquicias de su competencia y sus juegos parecían alternativas irrelevantes que pasarían inadvertidas por esta generación. En ningún momento sentí la necesidad de levantarme forzosamente de mi asiento, más que para salir de la sala. Nintendo esta vez no habló de diversión ni de innovación. Sin embargo, hubo otro término presente que parece haber pasado desapercibido ante los presentes, casi intentando sentarse junto al público con la mirada al suelo en la zona más profunda del salón. Un término que al principio no parecía trascendente viniendo de un muppet pero, al escuchar a Reggie Fils-Aime hablando de “transformación”, era más que evidente. Fue entonces que finalmente lo entendí.

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Para que vosotros también podáis entenderlo, me otorgaré la libertad de, a expensas de parecer demasiado optimista y equivocarme, proponer una teoría sin ningún fundamento científico y, ciertamente, ningún fundamento histórico.

¿Qué pasaría si te digo que NX ya fue revelada? ¿Qué pasaría si, con todo en mi contra, te digo que la consola que tienes en tu salón o habitación es, de hecho, la consola que pagarás en 2016-2017? ¿Y si The Legend of Zelda se lanzará en NX, pero también en Wii U? ¿Habéis explorado lo suficiente en lo más profundo de vuestra imaginación la palabra “transformación” como concepto?

Situaciones parecidas a éstas tuve la oportunidad de exponer, como buen nintendero, durante algunos minutos frente a unos cuantos compañeros. Escuché entonces de la mano de algunos entendidos en la materia las más ineludibles razones que desestimaban de forma científica, casi sin esfuerzo alguno, cada uno de mis argumentos.

Propuse que Nintendo podría estar elaborando un dispositivo que triplique la potencia de Wii U y, siendo a la vez opcional, la compañía podría mantener en pie su heroica política que hace de los videojuegos un mundo accesible para cualquier tipo de bolsillo. Sin embargo, mi propuesta recibió todo tipo de invalidaciones. Desde que no había manera real de extender la potencia de la consola mediante un par de puertos USB (entre los cuales al menos 1 estaría, probablemente, ocupado por una unidad de disco duro externa debido a la baja memoria interna de la plataforma), hasta que cualquier intento de manipulación interior por parte de un usuario regular podría terminar en resultados catastróficos para la salud a corto-largo plazo de la consola.

Incluso se descartó la mejora visual a través de cableados, ya que ni siquiera el cable HDMI más moderno tendría el poder de ofrecer una mejora gráfica significativa en comparación con sus competidores. Entre lo dicho y los medios integrados que necesitarían de maquinaria pesada para ser removidos y un inevitable arreglo en la arquitectura, mi teoría parecía casi alocada. Fue entonces cuando, siendo tan predeciblemente necio como siempre, cuestioné:

“¿Y qué si Nintendo encuentra la forma?”

“¡Es imposible! No puede encontrarla porque no hay forma de hacerlo.” Dijo un extraño que desde hace unos minutos atrás se había incorporado a la discusión.

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“Tienes razón.” Respondí. “Aun así, me parece que te equivocas. Y si hay una sola posibilidad de que se pueda mejorar la potencia de un dispositivo, ya sea remota o físicamente, para convertirlo en una competente plataforma de videojuegos; creo que Nintendo es la única compañía de la que lo esperaría. Eso, mis amigos, sería ‘transformación’.”


«Yeah, I guess that could happen!», respondió sonriendo.

Algunos se mantuvieron decepcionados mientras otros mostraron signos de fe, puesto a que todos queremos lo mejor por parte de Nintendo a pesar de que evidentemente la situación actual no es la prometida. Como he escuchado en varias oportunidades a lo largo de mi vida, cualquiera puede ser pesimista y cualquiera puede dar una opinión negativa. Atrévete a tener la tuya propia. De hecho, os animo a compartirla en este artículo, sea ésta positiva o negativa.

Dicho esto, os comento que en un par de días tendréis los avances de los títulos que he podido probar durante el E3 y adelanto que tanto Yoshi’s Woolly World como Mario Maker son, en manos de cualquier jugador, la forma más sencilla de hacer que anochezca sin darte cuenta. Gracias y no os rindáis con Nintendo.