[Análisis] Paper Mario (Nintendo 64)
Corría el año 2001, y Nintendo 64 se encontraba ya en el ocaso de su vida. Aun así, estuvo a tiempo para darnos increíbles obras maestras como The Legend Of Zelda: Majora’s Mask o el nacimiento de una nueva propiedad intelectual de Nintendo, Paper Mario.
Si, vuelve a estar protagonizada por el archiconocido fontanero del mundo de los videojuegos, y a pesar de un coqueteo con el género RPG en Super Mario RPG: Legend Of Seven Stars, el verdadero alma de la serie de rol de Mario nació con su versión de papel.
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¿Queréis revivir con nosotros cómo fue el comienzo del fontanero de papel en el mundo de las tres dimensiones?
Tabla de contenidos:
Érase una vez…
Érase una vez el Reino Champiñón en tres dimensiones, donde todos sus habitantes estaban hechos de papel.
Un día, la princesa del lugar, Peach, hizo llegar una carta a sus dos predilectos, Mario y Luigi, para hacerles venir a una fiesta a su castillo. Cuan fue la sorpresa del hermano vestido de rojo cuando Bowser secuestró a la princesa delante de sus narices gracias a un objeto mágico llamado varita estelar, que robó poco antes en el Refugio Estelar.
Derrotado, Mario recibe la visita de las estrellas que viven en Refugio Estelar, y le instan a recuperar la varita Estelar robada por Bowser, no sin antes rescatarlas para obtener el poder suficiente para hacerle frente.
A partir de este momento, Mario se embarcará en una enorme aventura a través de 7 mundos de los más variopintos con el fin de rescatar a las 7 estrellas que custodian el poder necesario para derrotar a Bowser y salvar a Peach.
Vale, no es la historia más original del mundo, pero gracias a los personajes protagonistas que acompañan a Mario durante la aventura, a los jefes de zona con los que tendrá más que palabras y los escenarios del mundo de papel, podemos decir que la aventura se hace de los más divertida y entretenida.
Un papel en blanco
A pesar de que Nintendo 64 fue la consola más potente de su generación, el afán de la compañía japonesa de anteponer el estilo artístico al realista fue el detonante de uno de los apartados gráficos más personales que se han creado en los videojuegos.
¿La idea? Crear un mundo en tres dimensiones en el que los personajes fueran en dos dimensiones, como si de papel estuvieran hechos.
Sin verlo por nosotros mismos puede parecer algo que no encaje, que eche para atrás o que suene infantil. Pero ¿qué es de la vida sin riesgo?
Intelligent Systems se puso a cargo de uno de los proyectos más ambiciosos para Nintendo 64 pretendiendo crear la que sería una serie de videojuegos muy particulares, enfocados a los fans de los JRPG, todo ello basado en el mundo de Super Mario.
Y así lo hicieron, tomando como base un papel en blanco en el que nadie había escrito hasta el momento, comenzaron a dibujar a un Mario que se podría doblar como si fuera de papel, un Luigi con nulo detalle en sus ojos, o una princesa Peach a la que el cancán ya le quedaba grande.
Los colores vivos llenaron las páginas de este libro de forma que hicieron un Reino Champiñón aun más alegre de lo habitual.
El diseño, en general, es magistral, con los personajes caricaturizados de forma excepcional y creando una atmósfera que mezcla la novedad con lo que ya conocemos de otros juegos de Mario.
Los ocho co-protagonistas que acompañarán a Mario en su viaje están sacados de las razas que ya conocíamos del universo del fontanero, pudiendo encontrar a una Bob-omb, a un Goomba o a un Lakitu… pero no como los tenemos acostumbrados. Con una personalidad muy marcada, estos personajes harán que empaticemos con ellos y les recordemos durante mucho tiempo.
Los entornos son los que nos tienen acostumbrados en los mundos de Mario: bosques, tundras, volcanes, desiertos… funcionaban en el pasado y siguen funcionando, dando variedad necesaria en las situaciones.
Cabe destacar que, a pesar de que han pasado casi 15 años del lanzamiento del juego, es uno de los que mejor ha envejecido, y esto es debido a su característico estilo gráfico. ¡Ah! Y por si os lo preguntáis, la adaptación a Wii U es totalmente estable y no padece de ningún defecto gráfico.
En cuanto al apartado sonoro, en gran medida se toma com base el mundo de Mario, con melodías alegres y los clásicos efectos de sonido. Quizá sea el apartado más flojo del juego, y aunque no hace que pierda puntos, tampoco aporta gran cosa.
Rey de turno
La premisa de Paper Mario era realizar un juego basado en el universo del fontanero, pero del género JRPG, es decir, rol por turnos.
Efectivamente encontraremos muchos de los componentes de este género con interesantes añadidos.
Mientras nos movemos por el mundo 3D del juego con el stick de control, podemos hacer acciones más propias del género de acción, como atacar enemigos saltando sobre ellos o golpeándoles con el martillo.
También podremos interactuar con el entorno golpeando árboles, removiendo arbusto o abriendo puertas, algo muy típico en los juegos de Mario. Esto le otorga al juego un componente de exploración bastante alto.
Pero la estrella que más brilla son los combates. Por turnos, como los clásicos más clásicos, la reinvención se encuentra en la acción que conlleva realizar un ataque o defenderse con los protagonistas. Al contrario que en otros juegos del género, no nos tendremos que limitar a realizar el ataque y esperar a ver el resultado: aquí tendremos que pulsar comandos de botones, algunos en el momento adecuado.
Esto te hace estar alerta en los combates y que no resulten para nada aburridos. La estrategia aumenta al tener a los co-protagonistas que tendrán su propio repertorio de ataques, muy variado y adecuado a su especie.
Por si esto fuera poco, podremos modificar los ataques de Mario con las medallas, elementos coleccionables que aportarán poderes especiales a los ataques del fontanero. Golpear varias veces seguidas, añadir efectos especiales, protegerse en ciertas ocasiones… hay montones de ellas, y hacen el juego aun más variado.
Por último, no podía faltar la joya de la corona de todos los JRPG: las subidas de nivel. Por cada enemigo derrotado, Mario adquirirá puntos estrella, y por cada 100 de ellos subirá un nivel, aumentando así su vitalidad, sus puntos flor o sus puntos de medalla, a elección del jugador.
Lejos de ser un sistema simple, la variedad de situaciones a las que puede llegar el jugador, así como las elecciones estratégicas que puede tomar, lo convierten en toda una oda a los juegos JRPG.
Tiene una curva de dificultad ajustada, con un aprendizaje gradual por parte del jugador que puede que no llegue a exprimir todo el potencial del título, pero si lo hace encontrará una verdadera joya.
Por último, como buen juego de rol, nadie nos quitará sus 20 horas para terminarlo, y si queremos descubrir y coleccionar todos sus secretos, la cifra se dispara.
Una lástima que una vez terminado el juego, no tengamos la posibilidad de guardar nuestra partida para seguir desde un punto intermedio y revisitar de forma rápida y sencilla todos los mundos.
Así nació el mundo de papel de Mario
Paper Mario supuso un paso adelante en los videojuegos basados en el fontanero más famoso de los videojuegos.
Como una de sus subsagas principales, tenía sobre sus hombros la responsabilidad de crear escuela con un juego largo, bueno, divertido, complejo y con mucha personalidad. Y así fue, desde su acertado aspecto técnico y artístico hasta su peculiar jugabilidad, Intelligent Systems creó uno de los mejores juegos de Nintendo 64, una consola que precisamente no careció de calidad en su catálogo.
Que no os eche para atrás su antigüedad; el juego ha envejecido realmente bien y sigue siendo dinámico y desafiante.
Nos despedimos con el deseo de que Nintendo nunca deje de realizar este tipo de juegos tan completos y divertidos.