[Retroanálisis] Metroid II: Return of Samus
Muchos recordaréis Super Metroid como el juego que sentó la mecánica actual de la serie, pero realmente ese fue el papel de otra producción no tan conocida: Metroid II Return of Samus. Lanzado para la GameBoy original en 1992, fue la secuela directa del Metroid original de NES. Mejoró lo visto en ese juego,retando en parte las limitadas características de la portátil.
Comenzaremos sin ninguna introducción argumental ni nada por el estilo, directamente a la aventura. Sin embargo, un detalle a agradecer en esa época, es un pequeño texto que encontramos en el manual y que narra los hechos que ocurren, metiéndonos en ambientación y haciéndonos conscientes de existe un mundo detrás del gameplay.
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En Metroid II la federación galáctica pretende enviar equipos armados al planeta SR-388 para destruir a los Metroides. Pero cuando ninguno de ellos regresa, contratan a la cazarrecompensas Samus Aran para cumplir esta misión. Durante el transcurso del juego, Samus tiene que destruir a las distintas fases evolutivas de los metroides: Alpha, Gamma, Zeta, Omega y Reina.
Ya dentro del juego, veremos unos sprites mejorados respecto al original, con una Samus y unos enemigos mucho más detallados. Teniendo en cuenta de que la GameBoy es una consola potencialmente inferior la NES, es un logro.
Recordemos que la GameBoy no tenía pantalla en color, por lo que el juego se ve completamente en escala de grises, para algunos podrá ser un punto negativo, pero la verdad es que tiene su pizca de encanto retro.
Una de las cosas en las que nos fijamos al jugar un juego, es en su banda sonora, y, sinceramente, no es el fuerte de Metroid II, con unas melodías algo fuera de lugar y muy repetitivas. En cambio, los efectos sonoros sí están más trabajados, aunque no son sobresalientes.
No olvidemos que estamos jugando a un Metroid, y una de las cosas primordiales es la mejora de las habilidades de nuestra heroína. Disponemos de una gran variedad de habilidades y objetos que conseguir, desde diferentes tipos de rayo, hasta poder adherirnos a las paredes, pasando por mini-bombas y saltos espaciales; que además no serán fácilmente hallables, sino que habrá que explorar para encontrarlos, uno de los aspectos más gratificantes de este Metroid.
Los juegos posteriores, a excepción de la trilogía Prime, pecan de ser demasiado lineales. Sin embargo, en esta entrega la curva de dificultad se ajusta a la perfección, sin tener un mapa tan laberíntico como su predecesor (era excesivo), pero que sí invita a descubrir nuevas zonas. Y en esas zonas será donde encontremos coleccionables muy útiles, como los tanques de energía (que aumentarn enormemente nuestra vitalidad) y los paquetes de misiles, que agregarán una determinada cantidad de munición que será de gran importancia a lo largo de la aventura.
Quizás algunos se percaten de cierta falta de movilidad, y un control algo tosco, que entorpecerá mínimamente nuestros movimientos, junto con unos saltos algo “flotantes”, aunque es cuestión de cogerle el truco. Ciertos enemigos serán atoxigantes, pero es lo que pasa cuando te vas sola de aventura a un planeta desconocido lleno de criaturas hostiles.
El juego dará para rato debido al reto que suponen ciertas partes del juego y a su gran mapeado, y si intentamos conseguir todos los objetos y coleccionables, lo cual os lo recomiendo, el contador de horas jugadas (si tuviera) empezará a subir.
CONCLUSIÓN
Es un Metroid agradable, que no destaca como otros juegos de la misma saga, pero tampoco es la oveja negra de la familia, como algunos dicen. En mi opinión es buen juego y los fans deberíamos darle una oportunidad.