[Análisis] BoxBoy! (eShop 3DS)

En el último Nintendo Direct nos encontramos por sorpresa con un nuevo juego exclusivo de la e-Shop desarrollado ni más ni menos que por Hal Laboratory, de sobra conocidos por ser los creadores de sagas famosas como Kirby, Earthbound o Super Smash Bros. De hecho, se nota muchísimo el toque del estudio en el juego que nos ocupa, ya que sólo ellos son capaces de aportar tanto carisma a un juego minimalista de puzzles protagonizado por una simple caja. Box Boy, más allá de su simplicidad visual, es un divertido juego en el que debemos hacer uso de nuestro cerebro y nuestra capacidad de lógica, en el que tener una «mente cuadriculada» adquiere un nuevo sentido.

^{Ser cuadrado resulta muy útil}

Durante el juego tomamos el control de Qbby, un gracioso cuadrado con ojos que tiene la habilidad de generar nuevas cajas tanto encima, como a los lados de su cuerpo. A lo largo de su aventura, Qbby deberá superar una serie de niveles de no mucho más de un minuto de largo, en el que debemos pensar como aplicar su curiosa habilidad para superar diversos obstáculos, entre los que se encuentran abismos o rayos fulminantes. Dichos niveles están distribuidos en mundos, en los cuales se van introduciendo nuevas habilidades para Qbby, así como una variedad bastante extensa de pruebas.

Por si fuera poco, los niveles no solo cuentan con la dificultad de sus puzzles; al principio de cada fase se nos indica el número de cajas hasta las que Qbby puede extenderse, así como las veces que puede usarlas. De esta manera, el jugador no solo tiene que pensar en cómo resolver el puzzle, sino en cómo hacerlo de la manera más eficaz, para superar los retos contrarreloj que incluye el juego, además de otros retos de puntuación. Otra opción bastante útil para muchos jugadores es la posibilidad de adquirir pistas: si alguien se queda atascado durante una prueba, el jugador siempre puede comprar una pista mediante las monedas de juego de 3DS, lo cual es una muy buena opción para que los jugadores menos avezados puedan avanzar si llevan mucho tiempo en una misma fase.

En cuanto a la dificultad, no vemos muchas diferencias en cuanto a la curva que suele plasmar Nintendo en todos sus juegos: en sus inicios el título es fácil, aumentando su dificultad en cada fase pero sin llegar a ser frustrante. Conforme vamos avanzando y aprendiendo habilidades, el juego se va volviendo un reto, en el que además tendremos que volver a jugar de nuevo las fases para conseguir todo los que nos ofrece, porque no solo tendremos que superar el nivel, pasar al siguiente y olvidarnos: durante los niveles podemos recoger una serie de pequeñas coronas, que pueden desaparecer si tardamos mucho en completar la fase, y que nos darán un bonus extra.

^{Simple, pero con estilo}

Al final de cada fase Qbby recibe una serie de puntos que pueden ser utilizados más adelante en la tienda que se encuentra al principio del largo pasillo desde el cual se accede a los mundos. A medida que se va avanzando, nuestro protagonista hallará cofres que aumentarán el número de productos disponibles en la tienda. Aquí podemos comprar instrucciones para usar las nuevas técnicas de Qbby, la música del juego o graciosos complementos para personalizar a nuestro protagonista.

Los gráficos se basan en un concepto minimalista, utilizando simples lineas y el cuadrado como forma básica de todos los elementos del escenario, en dos únicos colores, el blanco y el negro, en un entorno que recuerda mucho a Game Boy, e impregnado aún así por un gracioso encanto. Aún así, a pesar de que esta característica lo haría muy agradecido en el uso del 3D, Box Boy no usa esta capacidad de la consola. Los puzzles son muy ingeniosos y hasta sorprendentes, y aunque alguno puede provocar más de un quebradero de cabeza, como ya hemos dicho, la dificultad está muy bien ajustada al progreso del juego, y además contaremos con diversos checkpoints (ideal para el estilo de juego portátil, y que nos permitirá realizar sesiones de juego tanto largas como cortas), así como la posibilidad de recomenzar una fase con tan solo pulsar a la vez los botones L y R.

La brevedad de los niveles lo hacen ideal para partidas rápidas, convirtiendo a Box Boy en un magnífico juego para aquellos jugadores sin demasiado tiempo. Tan solo la música, meramente ambiental, queda en un segundo plano durante el desarrollo del juego, sin embargo, cumple bien su función; en un género que requiere de pensar, no resulta una distracción para el jugador.

En definitiva, Box Boy es una divertida apuesta de HAL que no defrauda. Por un buen precio, Qbby aporta una buena cantidad de niveles que retarán a nuestra paciencia, procurando horas de diversión mientras desafiamos a nuestra mente.