[Análisis] Mario Party 10
Mario Party, la famosa saga del tableros y minijuegos multijugador para las consolas Nintendo, ha regresado. Para esta décima entrega se ha decidido dar el salto a Wii U y sacar todo el potencial posible de la consola de sobremesa con el objetivo de disfrutar a lo grande.
Con este título se da el gran pistoletazo de salida, para un año en el que parece que la Gran N va a sacar un sinfín de grandes títulos para asentar definitivamente a Wii U en el mercado.
Tabla de contenidos:
Tres opciones de juego
En Mario Party 10 contamos con tres modos diferentes de juego, cada uno distinto a su manera pero conservando todos el espíritu característico de la saga.
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Bowser Party
El primero de ellos es el que más nos ha sorprendido ya que vuelve a exprimir la fórmula de juego asimétrico que tanto nos gusta. El modo Bowser Party puede ser disfrutado por cinco jugadores simultáneamente. Uno de ellos, el que controle el GamePad, tendrá que competir con el resto a lo largo de un tablero para evitar que alcancen la meta. Los minijuegos de este modo son los más acertados ya que los diferentes equipos tendrán que hacer frente a situaciones distintas.
Mario Party
El segundo modo que encontramos es Mario Party, en donde se recupera la fórmula introducida en Mario Party 9. En esta ocasión cuatro jugadores distintos tendrán que hacerse con el mayor número de miniestrellas posibles a medida que avanzan por el tablero y van superando una gran variedad de minijuegos; ya sean compitiendo entre los cuatro, en equipos dos contra dos, tres jugadores contra uno o los cuatro contra un jefe. En el tablero encontraremos diferentes casillas que nos proporcionarán dados especiales, miniestrellas extra o cambios de puntuación made in Bowser. Es necesario destacar que este modo se hace un poco largo, debido a que el número de minijuegos es reducido, en comparación con la duración de una partida.
amiibo Party
El último modo de juego principal es el Amiibo Party, una nueva apuesta de Nintendo para sacar partido a sus figuras exclusivas. Estas partidas recuperan la esencia del Mario Party tradicional, ya que en esta ocasión nuestro objetivo será ir consiguiendo monedas individualmente para hacerse con las estrellas. Tened en cuenta que a este modo solo se puede acceder con las figuras amiibo compatibles y que cada una de ellas desbloqueará un tablero personalizado. Pese a esta novedad el modo queda más como un extra que como una parte principal del juego, al ser muy básico en jugabilidad y los tableros excesivamente sencillos y lineales.
Quitando estos tres modos de juego principales, en el título también contamos con un gran número de extras. Destacan unos pequeños juegos para hasta ocho jugadores, los desafíos a modo de trofeos de otras consolas y la tienda, que nos permitirá hacernos, entre otras cosas, con nuevos personajes.
Diversión multijugador
Como en cada entrega de la saga, el principal atractivo de este título vuelve a ser el modo multijugador. La mayoría de los minijuegos resultan mucho más divertidos en compañía y los piques entre amigos o familiares son una apuesta segura de diversión. Por esto es de agradecer la inclusión del modo Bowser Party que aumenta hasta cinco el número de jugadores y propone otra forma divertida de terminar amistades.
Una vez más el modo online ha quedado fuera de los planes de Nintendo y tenemos que conformarnos con el cooperativo local o con el juego individual. Si jugamos solos el título pierde gran parte de su atractivo pero podemos centrarnos en cubrir los retos que nos propone el juego.
Un colorido HD
El apartado gráfico de esta nueva entrega de Mario Party sigue la estela de sus predecesores, pero claro introduciendo la principal novedad de Wii U, que es la alta definición. A los minijuegos de Mario les sienta de maravilla la alta resolución, aunque el apartado gráfico se queda escueto si lo comparamos con otros grandes títulos de la consola.
Por su parte la banda sonora vuelve a hacer un buen trabajo, aportando melodías y canciones pegadizas para que profundicemos más en el juego. Las voces y los efectos de sonido también se encuentran a un buen nivel y cada personaje cuenta con sus característicos sonidos.
Horas y horas de piques
No vamos a engañaros, Mario Party 10 no es el clásico título con una duración específica. Es un juego que podrás aprovechar durante meses siempre que tengas la ocasión de estar acompañado o quieras entretenerte realizando retos. Con más de 70 minijuegos, un jugador medio tardará en coger el tranquillo a todos ellos, así que nos esperan horas y horas para poder hacernos con una victoria fácil. Estos pequeños desafíos, de alrededor de un minuto de duración, ofrecen una gran variedad de situaciones. Desde clásicas carreras, hasta juegos azar y habilidad podremos disfrutar en este título.
En cuanto a la dificultad del título, en los primeros niveles la CPU no supone ningún desafío pero conforme aumentamos su dificultad las cosas empezarán a ponerse más interesantes.
Una apuesta ganadora para jugar en compañía
La nueva entrega de Mario Party se estrena en Wii U pisando fuerte. Con nuevos modos, juego asimétrico y la posibilidad de utilizar las figuras amiibo. Pese a esto, la fórmula de tablero heredera de Mario Party 9 en ocasiones resulta lenta y nos deja con ganas de jugar más minijuegos en una partida.
Los modos de juego se encuentran claramente enfocados al multijugador, lo que asegura una gran dosis de diversión y piques entre los amigos y la familia. La parte negativa de esto es que el gran atractivo del juego se pierde si no cuentas con nadie a quien jugar pese a que puede resultar entretenido.
En conclusión, podemos afirmar que Mario Party 10 es un gran juego para jugar en compañía y que pese a sus defectos, vuelve a ser una genial opción multijugador que sigue la estela marcada por la saga.