[Opinión] El público de los videojuegos
Estos días dan para reflexionar bastante sobre el mercado de los videojuegos en nuestro país, y así, pensando, pensando, se me ha ocurrido escribir esta pequeña columna de opinión.
A lo largo de estos días, me he fijado en que las desarrolladores, ingenuas ellas, crean un producto con un público objetivo en mente que, en la gran mayoría de los casos, no sólo no se cumple sino que resulta a la inversa.Tomemos como ejemplo la famosa franquicia Call of Duty, en cuyas carátulas vemos el símbolo PEGI que indica que es para gente de 18 años o mayor. En el caso de países como América, vemos la M que indica «Mature», es decir, para gente ya madura y crecidita. Y sin embargo, ¿quién termina jugando a esta franquicia?
Exacto, los niños, y con niños hablo desde los 6 hasta las 13 o 14 años, que en ninguno de los casos supone la edad que deberían tener los jugadores de dichos juegos. Ojo, con esto no digo que no exista gente adulta que, responsablemente, juegue a estos juegos que sí corresponden a su franja de edad, pero la experiencia me está mostrando que existe un número preocupantemente alto de menores que juegan a esta saga que, insisto, no corresponde a su rango de edad. Podríamos entrar a debatir que es responsabilidad de los padres, de la educación que se le ofrezca y de muchos otros factores en los que no quiero entrar, pues no es mi objetivo con esta opinión.
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Tomemos ahora el caso opuesto, y me viene a la cabeza la mítica saga Pokémon, juegos que, en un principio, se crearon para un público más joven y que son más aclamadas y disfrutadas por gente ya algo mayor (no hay más que ver Twitter y demás redes sociales). Vuelvo a reiterar que aquí también ocurre lo antes comentado, que también existen niños que disfrutan de Pokémon como corresponde.
Sin embargo, cabe mencionar que la doble vertiente de Pokémon hace que se produzca este pequeño milagro de que lo disfruten por igual jóvenes y adultos, y es la vertiente competitiva. La profundidad que tienen estos juegos permiten que los mayores se rompan la cabeza intentando crear un equipo a la altura mientras los pequeños disfrutan con la historia y con sus criaturas favoritas (lo cual tampoco resta que haya niños muy buenos compitiendo ni adultos que simplemente disfrutan del juego sin meterse en terreno de competición).
Así pues, lanzo una pregunta, ¿qué ocurre en las compañías? ¿Desconocen realmente qué tipo de gente juega realmente a sus juegos? Me resulta curioso que, por ejemplo, los creadores de Call of Duty piensen que realmente son los mayores los que juegan a su saga. Obviamente no es culpa suya ni su responsabilidad, pero a veces me da la impresión de que la industria y los jugones no tienen en mente los mismos objetivos.
El mundo al revés, quizá. Hay muchos factores relevantes que sin duda influyen en esta curiosa paradoja, pero mi objetivo con esta columna es simplemente poner de manifiesto esta aparente contradicción. Ahora os toca a vosotros, lectores y lectoras, opinar, eso sí siempre con el debido respeto.