[Artículo] La psicología detrás de los videojuegos
Podemos hablar de videojuegos, de consolas, de la jugabilidad, de los gráficos y de muchos más factores que determinan si un juego nos gustara o no pero, realmente, ¿por qué nos gustan los videojuegos? Algo que pocos saben es que las compañías de videojuegos cuentan con unos asesores psicológicos que ayudan a dichas compañías a crear títulos “eficientes“, que gusten y que aseguren las ventas de dicho título y los siguientes de la saga.
Lo que se va a tratar en este artículo es la psicología detrás de los videojuegos y como se plantea un videojuego desde el punto de vista psicológico para gustar y crear esa “adicción” que todos hemos experimentado. Los videojuegos y consecuentemente las compañías de videojuegos juegan con aspectos psicológicos del ser humano los cuales hemos obtenido al estar en una sociedad y estos son: el poder, competitividad y violencia. Los juegos de simulación, los shooters o incluso juegos como Animal Crossing suponen la piedra angular de los videojuegos en cuanto a psicología se refiere.
A todos nos gusta un buen RPG, eso es algo que está claro, pero exactamente, ¿qué nos hace continuar jugando a un RPG? La historia y el nivel de participación del consumidor en el videojuego son puntos decisivos pero también lo es el sistema. Un RPG se basa en la idea de enfrentarnos a algo o alguien, matarlo y obtener una recompensa de ello. En realidad, cualquier RPG se basa en ese sistema y es el centro de todo juego de este tipo y es la historia la que en efecto refuerza y justifica el llevar acabo ese comportamiento. Es decir, un boss es un boss porque suelta un mejor loot y la historia refuerza y justifica el que demos ese entendimiento a lo que vemos.
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Los juegos nos absorben hasta puntos inimaginables y esto depende directamente de nuestra propensión a la adicción de los videojuegos o a lo que produce en nosotros el hecho de ganar a alguien en algo ficticio o el hecho de sentirnos poderosos jugando a Los Sims. Por ello, muchas veces depende de una relación optima entre logro, objetivo y recompensa si un juego nos gustara o no y consecuentemente afectará a las ventas y próximos títulos.
En cambio, en los videojuegos nos volvemos productores y en ocasiones los mismos creadores del título. Para lograr esto hay distintos métodos como el famoso Mario Maker o incluso la personalización del personaje o juegos en los que puedes decidir el destino del personaje.
La competitividad y el ver quién saca la mejor puntuación es el principal atrayente de videojuegos como Mario Kart 8, que además junta en el cóctel la violencia, aquello a lo que nos sentimos inherentemente atraídos. De esta forma, es el hecho de ganar a otro ser humano e inconscientemente humillar a otro ser humano lo que nos lleva a querer seguir jugando.
Cabe destacar que la atracción que muchos adultos sienten hacia este tipo de títulos tiene que ver con la “maduración” psicológica y emocional del individuo, y que por lo general, individuos que no han tenido la oportunidad de enfrentarse a la realidad se escapan más a través de las grietas a estos mundos ficticios que les aseguran el volver a empezar la partida si mueren.
Finalmente, me gustaría añadir que muy lejos de poder considerar esto como algo científico, si que se puede, sin embargo, tomar con cierta atención, pues se basa en principios científicos. No cabe duda que los videojuegos nos producen muchas emociones y otras muchas de las que no deberíamos estar orgullosos, pero son los videojuegos los que están construidos de esta manera para utilizar nuestros más profundos deseos o principios amorales con el fin de sentirnos atraídos a dichos videojuegos.
El poder, el control, la violencia, crueldad, rabia, el capitalismo en Animal Crossing, y mucho más son sentimientos y emociones que son sanos de experimentar en su cierta medida pero que al final todos abusamos un poco de ellos.