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Presentación en Sevilla de ‘Cine y Videojuegos: un diálogo transversal’

Presentación en Sevilla de ‘Cine y Videojuegos: un diálogo transversal’

Cine y videojuegos

Pasaban unos minutos de las siete de la tarde cuando José María Villalobos, autor de Cine y Videojuegos: un diálogo transversal, se sentaba a la mesa del pequeño forum de Fnac Sevilla en la avenida de la Constitución. A su lado le acompañaba Isaac López Redondo, su compañero de aventuras y autor del primer libro de la editorial sevillana Ediciones Arcade, ¿Qué es un videojuego?. A diferencia de la presentación de esta última obra, en esta ocasión se intercambiarían los papeles y sería López Redondo quien daría introducción a Villalobos en la presentación de su primer libro. Para cuando comenzó a hablar, el auditorio estaba completamente lleno, y más de una decena de personas quedaron de pie en los laterales de la sala.

Como la cosa iba de literatura, Isaac prefirió leer un pequeño texto que había redactado y en el que contaba cómo en su camino se topó, un buen día allá por el año 2009, con Jose María, que coincidía en ese momento estaba dando una charla precisamente sobre la temática de su libro. A ese encuentro fortuito le sucedió un segundo, ya en la propia Fnac (donde Villalobos comenzó a trabajar en la sección de videojuegos), que acabó con el clásico intercambio de teléfonos entre charlas amistosas videojueguiles. Desarrollando Isaac su tesis doctoral sobre videojuegos y medios de comunicación, éste contactó con el autor de Cine y Videojuegos para hacerle unas preguntas, y ahí la relación pasó de ser profesional a afectiva.

Público en la presentación de cine y videojuegos

Cuando Isaac comenzó a plantear la editorial Ediciones Arcade, le sugirió a Villalobos que plasmase todos esos conocimientos en un libro, a lo cual aceptó, hasta día de hoy, donde por fin puede verse materializado un trabajo de años, una investigación de otros tantos y un amor por el cine clásico y los videojuegos que no conoce límites.

Tras las emotivas palabras de Isaac, y entre calurosos aplausos, Villalobos comenzó a narrar cmo surgió la idea, todo comenzó un día impartiendo charlas sobre cine y videojuegos, en realidad, en un primer momento se dedicó a realizar talleres sobre cine clásico, hasta que un día le propusieron llevar esa misma temática a alumnos de un instituto. Para evitar que se aburriesen, decidió mezclar la temática con la del videojuego, mucho más atractiva y cercana para los chicos de esa edad, a la vez que hacía una comparativa entre ambas expresiones artísticas y su grandiosa relación.

Aprovechando el fenómeno creciente de internet, comenzó también a escribir en distintos blogs, hasta que se convirtió en uno de los autores más importantes de Vidaextra, el blog sobre videojuegos más leído de España. Su encuentro con Isaac y los posteriores cafés (y cervezas sevillanas) le brindó una nueva posibilidad: la de publicar el primer libro del mercado sobre cine y videojuegos, una oportunidad única para hablar de los distintos (o comunes) lenguajes que hacen únicos a uno y otro.

Isaac y Villalobos

Hasta día de hoy, en el que pudo sentarse delante de un público numeroso, entusiasmado con sus palabras, y con su primer libro entre manos. Jose María Villalobos emocionado, miraba a los ojos de la luna de Méliès y aseguraba que no lo soltaría hasta que se publicase un segundo libro suyo. Obra que, a buen seguro y a juzgar por el éxito de Cine y Videojuegos, llegará más pronto que tarde.

Tras un sonoro y sentido aplauso, comenzó un interesante debate y turno de preguntas en el que se habló de videojuegos como heavy rain, beyond dos almas o metal gear solid, pero también de obras tan mágicas y distintas en el panorama del videojuego como dear esther.

Un turno de preguntas en las que el respetable demostró entender mucho de cine y videojuegos, y que sacaron de Villalobos algunas respuestas brillantes. Tras un nuevo aplauso, esta vez más ensordecedor, se dio fin a la presentación de Cine y videojuegos, un diálogo transversal.

Gran cantidad de público hizo cola frente a la mesa de Villalobos para que éste le firmase su ejemplar.

Villalobos firmando su libro