[Artículo] Los oficios de Mario
Apareció por primera vez en 1981, donde su objetivo era esquivar peligrosos obstáculos con el fin de alcanzar y derrotar a Donkey Kong. Sin embargo, su estrellato llegó años más tarde, donde protagonizaría su primer título, Super Mario Bros. Aquí supimos que este pintoresco fontanero tendría un gran futuro y sería reconocido por multitud de personas. Frases como «It’s me, Mario!» o «Mamma Mia…!» se nos han quedado grabadas para la posteridad. Sin embargo, nunca pensamos que la llama de sus temidas bolas de fuego nunca llegase a extinguirse. Con tantos títulos en sus espaldas es prácticamente imposible acordarnos de todos y, con una franquicia valorada entorno a los 10.000 millones de dólares, se ha convertido en pilar y signo inconfundible de Nintendo.
Amable, valiente, aventurero… Son tantos los adjetivos con los que describirle que nos quedaríamos sin espacio en este artículo. Mario se ha convertido en uno de los personajes más reconocidos de la industria del videojuego. Protagonizando decenas de entregas además de participar en otras muchas, difícil es no haberse encontrado con él alguna vez. Desde el comienzo de sus andanzas en las plataformas, el mítico fontanero ha realizado tantos oficios como monedas ha recolectado. Nos encontramos ante uno de los personajes más polifacéticos que podamos recordar y, haciendo honor a las muchas disciplinas que ha realizado, recapitularemos todas y cada una de las apariciones y oficios que ha desempeñado, desde los muchos años saltando de plataforma en plataforma hasta su experiencia como luchador en los combates más encarnizados. Poneos cómodos y preparad algo para picar, porque aquí tenemos décadas de historia que contar.
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¿Cuántas veces habrá sido capturada la princesa Peach? El archienemigo de Mario ha raptado tantas veces a la princesa del Reino Champiñón que nos parece incluso raro que el fontanero no haya desistido ya en rescatarla. Sin embargo, tras años pasando de fase en fase, superando castillos inexpugnables y recorriendo de una punta a otra los aledaños de un lugar más que conocido por todos, nunca cesará su empeño por buscarla. Mario hace lo que mejor sabe, saltar de plataforma en plataforma. Con una fórmula que aún nos sigue cautivando, nunca dejaremos de ver al fontanero en este ámbito.
Nos encontramos ante el oficio más conocido de Mario. Toda su experiencia se ve volcada en su habilidad para saltar y aplastar Goombas sin descanso. Sin embargo, no todo se reduce a esto. Manejar bolas de fuego, poder flotar en el aire o escalar muros transformado en un adorable gato son solo unos de los muchos y conocidos power-up que siempre acompañarán su aventura. Y no nos olvidemos de su labor recogiendo monedas. Son tantas las posibilidades que ofrece su faceta plataformera que prácticamente nunca nos casaremos de ella, y al parecer Mario tampoco. Desde verdes prados hasta heladas montañas, ha recorrido vastas fases hasta alcanzar todos y cada uno de los escondrijos de Bowser, incluyendo su disputa contra el temido Bowsy y los Koopalings. Siempre nos han aterrado esos imponentes y llameantes castillos que nos infunden temor y que se reducen a un mero entretenimiento para el fontanero. Le hemos visto también sumergiéndose en turbulentas aguas, sobrevolando los cielos o a lomos de Yoshi, solo unas de las muchas y variadas ocasiones en las que veremos al fontanero haciendo lo que mejor sabe. Hay tantas horas a sus espaldas dando saltos que prácticamente se ha convertido en su especialidad.
Sin embargo, Mario siempre está en busca de nuevas experiencias y posibilidades donde ofrecer sus conocimientos plataformeros que le hemos visto en multitud de situaciones. Nos sorprendió explorando el Castillo de Peach y sus secretos desde una nueva perspectiva en Super Mario 64, nos cautivó en su odisea en el espacio en Super Mario Galaxy y aún nos da muchos buenos momentos en los rompedores a la par que nostálgicos New Super Mario Bros, aunque tampoco hay que olvidar su aparición en Super Mario Sunshine, título para enmarcar en el catálogo de GameCube donde recorriendo la paradisíaca Isla Delfino tuvimos que limpiarla de pintura a golpe de chorro con el A.C.U.A.C. Son tantos los títulos plataformeros que Mario ofrece que es casi imposible acordarse de cuántas aventuras nos ha ofrecido. Desde la generación de los 8-bits que nos ofreció NES hasta el revolucionario HD que tenemos en Wii U, aún queda tiempo para que el fontanero aparque la gorra y deje de saltar. Ya veis que un solo oficio puede presentarse de muchas formas. Al parecer nunca saciaremos nuestra sed de plataformas, ni Mario de saltarlas.
La sensación de velocidad es algo que a muchos nos encanta, ¿no? Sentir la velocidad en nuestros huesos es algo que muchos queremos experimentar, y Mario al parecer también. Desde Super Mario Kart, el fontanero se subió en el primer bólido que pudo para acelerar en toda recta, girar en la curva más retorcida y emplear turbos hasta acabar con la reserva de champiñones. Hace mucho tiempo que lo vimos por primera vez montado en un kart y desde ahí difícil ha sido bajarle de él. Las carreras más alocadas llegaron hace más de dos décadas y aún nos siguen gustando. Desde la entrega de SNES, pasando por los polígonos de Mario Kart 64 o la locura doble de Double Dash!, Mario Kart 8, octava entrega de la saga, ha llegado a convertirse en uno de los mejores títulos de este año y gran referente en la saga.
Caparazones verdes, plátanos, champiñones… Después de multitud de carreras estos objetos los conocemos como la palma de nuestra mano. No es nada fácil sorprender entrega tras entrega, y en este ámbito Mario lo ha conseguido. Cada vez que se subía en un bólido ha hecho posible evolucionar la fórmula mágica, convertir unas simples carreras en una oda a la velocidad, la diversión y por qué no, los piques entre conductores. Puede que lo que mejor se le dé sea saltar, pero tampoco se desenvuelve mal conduciendo. Si por algo nos sorprende además es por los lugares por donde conduce su kart. El asfalto se le quedó corto, y los karts pequeños. Había que probar nuevos entornos y de ahí se sumergió en el agua, desplegó un ala delta para sobrevolar los cielos y desafió la gravedad para conducir por las paredes, y todo esto ya sean en el bólido más potente posible o incluso en la moto más ágil. Pasamos de las cuatro a las dos ruedas, todo un reto que afrontó sin apenas despeinarse el bigote. Quién sabe la de cosas que afrontaremos en futuros Grand Prix ofrecidos por el fontanero. Desde excavar hasta las profundidades o visitar nuevas realidades, aún le queda gasolina para recorrer unos cuantos kilómetros más y darnos unas cuentas sorpresas como conductor…
Además de coches, a Mario hay que considerarlo como un gran deportista de élite. Ha probado tantos deportes que se le están quedando cortas las disciplinas existentes. Golfista, tenista, futbolista… Muchos deportes ha practicado y en todos ha triunfado. Puede que esta no sea una de sus especialidades, pero sin duda alguna sigue causando furor.
Todo deporte le viene como anillo al dedo. Sabe desenvolverse en cualquiera y pocas dificultades tiene para que no se le dé bien. En Mario Tennis le vimos cogiendo por primera vez una raqueta con la que después, a través de sus temidos revés, voleas, dejadas o incluso remates incasdencentes, siempre fue fácil escuchar «Juego, Set y partido» a favor del fontanero. Con Mario Golf cogió sus primeros palos para practicar su famoso swing y llegar lo más lejos posible. Hacer un «Hoyo en uno» era toda una proeza, incluso llegar al lejano green que se nos puede escapar de la vista de los campos de golf más variopintos, desde vastas praderas hasta zonas costeras, pasando por su visita anual al Reino Champiñón. Otra de sus especialidades fue el baloncesto. En Mario Slam Basketball salió a la cancha por primera vez acompañado de Luigi, Peach, Yoshi y compañía. Corriendo el peligro de ser asestado por un caparazón, esos rebotes y triples nos dejaron impresionados, además de esos tiros especiales que se sacaba de la manga. Su lado más agresivo lo pudimos ver en el deporte rey, el fútbol. Poniéndose las botas en Mario Strikers Charged Football le vimos un carácter tan diferente a lo que estamos acostumbrados que nos sorprendió. Pasando de intentar rescatar a la princesa Peach a empujarla contra peligrosas vallas electrificadas e incluso rematar balones envueltos en llamas contra sus queridos Toad, aquí pudimos a Mario usando cualquier artimaña para ganar. Por cierto, no os penséis que estos son los únicos deportes que ha hecho el fontanero. Béisbol, Hockey, Volleyball o incluso balón prisionero son otras muchas de las veces que hemos visto a Mario en este ámbito
Especial mención a su vez a la labor en los Juegos Olímpicos. Multitud de disciplinas a afrontar y teniendo como rival a otro grande de la industria, Sonic The Hedgehog. Varios juegos ha protagonizado, viajando desde Beijing hasta Sochi y afrontando tantos deportes que difícil acordarnos de todos. Carreras, competiciones gimnásticas o deportes de nieve, a Mario no se le opone nada. Puede que no sea la forma más habitual de verle en acción, pero aún nos quedan muchos juegos por disputar y deportes a practicar con Mario.
Posiblemente no lo asemejemos a un oficio en sí, pero sí que cabe destacar una de las apariciones más especiales del fontanero. Además de saltar, a Mario también le caló la vena rolera. Seguramente sepamos más de él gracias a estas apariciones. Desde poder ver por primera vez dónde vive, contemplar al menos cómo es su vida en el Reino Champiñon e incluso descubrirlo desde una perspectiva diferente, hemos podido comprender un poco mejor al fontanero. Junto a Luigi pudimos frenar los pies a la malvada bruja Cackletta en Superstar Saga, viajar en el tiempo y conocer cómo eran los hermanos en el pasado en Compañeros en el Tiempo, descubrir los recovecos e intestinos de Bowser en Viaje al Centro de Bowser e incluso transportarnos al mundo onírico en la mente de Luigi en Dream Team Bros. Sin duda esto nos proporcionó una nueva forma de ver a Mario, pero no nos olvidemos de su eterno compañero y hermano. A raíz de esta entrega supimos más de él, contemplamos su carácter asustadizo. Posiblemente la valentía la heredase Mario, pero sin la presencia de Luigi no sería lo mismo. Terminamos hace poco un año en el que el siempre hermano en la sombra cobró un protagonismo sin precedentes, las tornas cambiaron y esta vez Mario se encontraría en más apuros que de costumbre. Podemos dedicarle horas a las aventuras de Luigi, pero de momento centremos este artículo en las andanzas de su hermano.
Obviamente no nos podemos olvidar de su aparición más colorida y «frágil». Con Paper Mario transportamos el Reino Champiñón a una realidad en 2D, colorida y hecha de papel. ¿Pudo haber algo mejor? Mario hizo uso de su martillo y multitud de pegatinas para derrotar de nuevo a Bowser y compañía, siempre con el fin de salvaguardar el reino. Con un toque de humor, la sed de plataformas se sació momentáneamente para sumergirse en una aventura diferente, que comenzó en la mítica Nintendo 64 para continuar sus andanzas en la última de sus expediciones, donde recogió las seis Pegatinas Reales junto a Tina en Sticker Star.
Estas apariciones pueden que no sean eternamente recordadas y no relacionemos siempre al fontanero con este aspecto más rolero que le sentó como anillo al dedo, pero seguramente nos siga causando tanta admiración como la primera vez que le vimos de esta forma.
Todo héroe se merece un descanso de vez en cuando. Entre los inagotables rescates a la princesa Peach y combates contra Bowser, Mario se toma unos días tranquilos, se reune con unos cuantos conocidos y organiza las mejores juergas y fiestas que podamos recordar. Otra de las apariciones más reconocidas ha sido en Mario Party, sinónimo de «diversión». Con muchas situaciones alocadas que afrontar, aquí los minijuegos son los reyes. Nos transportamos de las numerosas fases a recorrer a los enormes tableros en los que se disputaría la victoria. Dados de todos los tipos, situaciones más que alocadas… Podíamos encontrarnos en cualquier sitio, desde una gran ciudad hasta empequeñecernos y sumergirnos en un jardín rodeados de Plantas Piraña. Disparatados lugares que sin duda disfrutamos.
Mario tenía muchos competidores y luchar por la victoria era difícil. Lo intentó desde Nintendo 64 y ahora, en la portátil estereoscópica sigue intentando salir victorioso. Llevamos viéndole en estos tableros durante 12 entregas sin aún cansarnos. El próximo destino es Wii U, y que tenga mucho cuidado Mario porque el destino estará en las manos del temido Bowser.
Podemos admitir que estas son las ocupaciones que más estamos acostumbrados. Sin embargo, ¿son las únicas que ha desempeñado? Qué equivocados estaríamos si pensásemos eso. Mario ha realizado muchas más cosas. Puede que estas sean las más conocidas, aunque hay otras apariciones que incluso nos han dejado huella y seguramente nos volvería a gustar volver a ver.
Pudimos ver a Mario ejerciendo como doctor en el conocido Dr.Mario. Fue ponerse la bata y lanzarse a acabar con todo virus que se le pusiese por delante. Tanto gustó que incluso Luigi se dispuso a sacarse la carrera en Medicina. Probablemente de las pocas veces que hemos podido ver a Mario en un terreno completamente diferente, pasando desde su éxito en las plataformas a intentar conseguir desmoronar puzzles compuestos por virus. Y tampoco olvidarse de su labor como arqueólogo en Mario’s Picross, título donde debíamos descifrar las imágenes escondidas tras los puzzles. Su rol como médico cautivó a todo el mundo, aunque su labor como arqueólogo únicamente sembró en territorio nipón…
Sin embargo, su afán por este género no cesó. También pudimos descubrir a Mario como juguetero en Mario vs. Donkey Kong. Aún seguimos disfrutando de entregas de esta serie donde, con los llamados Mini-Mario, recorremos diferentes puzzles hasta derrotar a Donkey Kong. Parece ser que aún no se han quedado sin cuerda y siguen en marcha, porque Mario aún tiene por delante fabricar muchos de sus juguetes para futuras entregas. No olvidar tampoco su labor como hostelero. Una curiosa aparición del fontanero fue en Hotel Mario, un título para ordenadores donde, recordando a sus enfrentamientos contra Donkey King con escenarios verticales, Mario debía encargarse de cerrar las puertas abiertas que dejaban los traviesos Goombas en los diferentes Hoteles Koopa y encontrar a Peach, una entrega que francamente pareció diferente y llamativa. Especial mención a los Koopalings, jefes finales en cada uno de estos hoteles y que aparecieron por primera vez aquí, momento a partir del cual molestarán a Mario más de lo que pensaría.
Mario también desempeñó un pequeño papel en la enseñanza. No será recordado por esta labor, pero con títulos como Mario’s Time Machine, donde viajaba por diferentes épocas de la historia de la humanidad, o la serie Mario Teaches Typing y Mario Early Years trató de enseñarnos algo más que a comernos los champiñones y lanzar caparazones. También resaltar su vena artista con Mario Paint o Mario Artist, donde poder recrear con nuestras dotes artísticas cualquier escenario o pintar libremente.
Ya resaltamos el lado fiestero de Mario, aunque no todo se acaba aquí. Le vimos dar sus primeros pasos de baile en Dancing Stage: Mario Mix (Dance Dance Revolution: Mario Mix en Japón), una curiosa entrega que vio GameCube donde movíamos el esqueleto con el fontanero siguiendo el ritmo de conocidas melodías de todas las entregas que disponía al momento. El objetivo era derrotar a Waluigi, el cual se apoderó de las Music Keys, teniendo que recuperarlas para reestablecer el equilibrio, una faceta algo diferente del fontanero al que estábamos acostumbrados a ver en su momento.
No podemos considerarlo en sí como una gran participación del fontanero, aunque claramente sí como una de sus apariciones que más recordaremos. Junto a más personajes de otras franquicias de Nintendo e incluso Sega o Capcom, Mario se ha enfrentado desde Nintendo 64 en encarnizados combates donde intentar echar a sus rivales del escenario. La llama de Super Smash Bros aún está viva, y él no es menos para apagarla. Debutó en la primera entrega y actualmente sigue causando admiración su presencia a pesar de tener que enfrentarse a decenas de contendientes diferentes. No pensemos en esto como una de sus apariciones estelares, pero sí como algo que recordar de su presencia.
Después de este extenso artículo, podemos concluir admitiendo que estos son todos los oficios y diferentes apariciones que ha podido tomar Mario en estas décadas. Sin embargo, ¿hay que admitir que estas serán las únicas? Aún falta mucho para que aparque la gorra. Nos quedan tantas cosas por experimentar, tantos juegos por probar que os puedo afirmar que nos faltan muchos años para dejar de ver al bigotudo por nuestras consolas.
Puede que a Mario se le acabe el abanico de opciones, de trabajos a desempeñar, aunque aún así sí que sabe hacer algo de maravilla, explotar sus habilidades al máximo. Después de descubrir que no tendremos a Mario durante este año en todo su esplendor, nos quedará esperar hasta el 2016 para ver qué nos ofrece. Aún así, aunque sus apariciones este año sean discretas, veremos su lado más fiestero en Mario Party 10, una nueva faceta en los puzzles en Puzzles & Dragons: Super Mario Bros Edition y, lo que todos esperábamos, infinitas posibilidades en Mario Maker, pudiendo hacer niveles donde desafiar las habilidades plataformeras del fontanero. Esto de momento, quién sabe si nos esperará alguna cosa más…
Enfocando la atención ya en el año que viene, aún hay tiempo para formular nuestros deseos. Podemos esperar tantas cosas que no nos imaginamos qué veremos en breve. Con un prometedor E3 en unos meses además de todos esos Nintendo Direct que nos proporcionan a lo largo del año, el deseo de muchos seguidores del fontanero es el anuncio de brillantes entregas de aún más brillantes sagas del fontanero. Un Super Mario Galaxy 3 o un posible Super Mario Sunshine 2 están cobrando fuerza poco a poco. Son muchas las cosas que podemos esperar, ¿no? ¿Qué camino te gustaría que Mario tomase en sus próximas entregas?